18 de agosto 2025 - 16:34

La NASA despliega su mayor antena en el espacio: de qué se trata el satélite NISAR

Desarrollado junto a la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO).

Con este despliegue, la NASA y la ISRO siguen apostando al NISAR como uno de los proyectos de observación terrestre más ambiciosos de la última década. 

Con este despliegue, la NASA y la ISRO siguen apostando al NISAR como uno de los proyectos de observación terrestre más ambiciosos de la última década. 

El satélite NISAR, desarrollado junto a la Organización de Investigación Espacial de la India (ISRO) y de observación terrestre de la NASA, desplegó con éxito su reflector de antena de 12 metros de ancho, el más grande que la agencia exhibió.

Se logró 17 días después del lanzamiento del satélite desde Sriharikota, en el sureste de la India. Durante este tiempo, el gigantesco reflector permaneció plegado hasta que el brazo extensible de 9 metros que lo sostiene completó su apertura y encaje definitivo.

De qué se trata el satélite NISAR de la NASA

Con este despliegue, NISAR se encuentra preparado para rastrear el movimiento de glaciares, el avance del deshielo en Groenlandia y la Antártida, detectar deformaciones del terreno causadas por terremotos o volcanes, seguir deslizamientos de tierra y monitorizar la evolución de bosques y humedales con un nivel de detalle milimétrico.

Por primera vez, el satélite combina dos sistemas de radar de apertura sintética (SAR): un sistema de banda L que puede ver a través de las nubes y el dosel forestal, y un sistema de banda S que también puede ver a través de las nubes, pero es más sensible a la vegetación ligera y la humedad de la nieve. El reflector desempeña un papel fundamental en ambos sistemas, por eso, se generó con tanto éxito, según informó la NASA en un comunicado.

NASA Espacio
Nuevo éxito de la NASA.

Nuevo éxito de la NASA.

Cómo funciona el reflector de la NASA

El reflector, de unos 64 kg, está construido con 123 varillas compuestas que forman un marco cilíndrico. Sobre ellas se extiende una malla metálica recubierta de oro, diseñada para reflejar con precisión las ondas de radar.

El proceso de despliegue se desarrolló en dos fases. El 9 de agosto comenzó la extensión progresiva del mástil. Una semana después se activaron pequeños pernos explosivos que liberaron la antena, iniciando un movimiento controlado de apertura conocido como “floración”. Motores y cables internos llevaron la estructura a su posición final, donde quedó bloqueada de forma segura.

El reflector mide lo mismo que un bus escolar. Gracias al procesamiento de radar de apertura sintética, el sistema logra imágenes de la superficie terrestre con una resolución de apenas 10 metros por píxel. Para alcanzar esa definición con una antena convencional en banda L, sería necesario construir una de 19 kilómetros de longitud.

Con este despliegue, la NASA y la ISRO siguen apostando al NISAR como uno de los proyectos de observación terrestre más ambiciosos de la última década.

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