26 de septiembre 2008 - 00:00

Valijero dijo que Uberti le ofreció una licencia para exportar carnes

Jornada doble ayer, en Estados Unidos y la Argentina, por el caso del valijero Guido Antonini Wilson. En Miami, ante una Corte Federal, el empresario venezolano estadounidense dio detalles del operativo que la inteligencia bolivariana montó para silenciar el ingreso de una maleta con unos 800 mil dólares a la Argentina. Además, este testigo protegido del FBI terminó de complicar al ex titular del OCCOVI, Claudio Uberti: «Me ofreció una licencia para exportar carne». Todo con tal de encubrir el escándalo de la valija. Los tres días consecutivos de declaración de Antonini lograron, además, reactivar la causa local en Buenos Aires. Ayer reapareció la mediática policía María Luján Telpuk en el Juzgado Penal Económico a cargo del juez Daniel Petrone. La ex agente de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, quien descubrió la maleta con los dólares, contradijo el testimonio de Antonini en Miami y ratificó que Uberti ingresó al país sin ninguna valija. Un alivio, de cabotaje, para el gobierno, que debió sufrir la declaración del valijero en simultáneo con la gira de Cristina de Kirchner por Estados Unidos.

Guido Antonini Wilson declaró por tercer día consecutivo ante la Corte Federal de Miami. «Pedímuchas veces que lo llamaran a Claudio Uberti», dijo el venezolano en referencia al ex funcionariode Planificación Federal. En la foto, junto a su abogada Theresa Van Vliet.
Guido Antonini Wilson declaró por tercer día consecutivo ante la Corte Federal de Miami. «Pedí muchas veces que lo llamaran a Claudio Uberti», dijo el venezolano en referencia al ex funcionario de Planificación Federal. En la foto, junto a su abogada Theresa Van Vliet.
Por tercer día consecutivo, el empresario venezolano-estadounidense, Guido Antonini Wilson, declaró ente la Corte Federal de Miami cómo el servicio secreto de Venezuela le ofreció protección para encubrir el supuesto ingreso irregular de valijas con dinero no declarado al país.

Ayer la Fiscalía presentó pruebas sobre diálogos entre el jefe de la DISIP, Henry Rangel Silva, y Antonini producidos entre el 6 y el 18 de noviembre de 2007. «Yo veo que todo el mundo compra tiempo, vacila... y me asusto», admite Antonini en un tramo de la conversación. Rangel Silva responde: «No te preocupes. Mira, yo te voy a ayudar ahí. Ahí ya-ya yo tengo la disposición».

El jefe de la DISIP también se refiere a un abogado que debe viajar a Venezuela «de allí, del Sur», supuestamente en referencia a la Argentina, para trasladarse luego a Estados Unidos donde se encontraba el venezolano: «La estrategia que estamos cuadrando con el Sur es precisamente para enero.

Precisamente estoy esperando al hombre que viene de allá para ponerlo a hablar con Moisés -Maiónica- para que vea los detalles, si hay una mala estrategia, si no la hay, si es acertada, y que la discutan conmigo».

«Yo te voy a ayudar. Ya tengo la disposición, a veces el tiempo y las ocupaciones me desvían un poco. No te preocupes. Apenas hable con el hombre que viene del Sur yo te llamo», fue la frase de Rangel Silva para intentar calmar a Antonini, quien ya actuaba como testigo protegido del FBI.

Pero Antonini también se refirió a Claudio Uberti, el ex titular del OCCOVI, dependiente del Ministerio de Planificación Federal de Julio De Vido. «Pedí muchas veces que lo llamaran a Claudio Uberti», dijo Antonini en referencia a un ex funcionario del gobierno argentino que, según evidencias en el juicio, era uno de los responsables por el traslado de esas maletas entre Caracas y Buenos Aires.

Dos días después de su llegada al país, ocurrida el 4 de agosto de 2007, Uberti, siempre de acuerdo con el relato de Antonini, lo fue a ver al hotel donde se alojó durante su estadía en Buenos Aires. «Me dijo que me agradecía lo que hice, que era muy importante para él y para la Argentina, y que podía pedirle lo que quisiera en su país», contó Antonini.

«¿Usted pidió algo?», le inquirió el abogado Ed Shohat, defensor del venezolano Franklin Durán, acusado junto con Maiónica y Carlos Kauffmann de actuar ilegalmente como espías bolivarianos en suelo estadounidense para silenciar a Antonini. «Me ofreció una licencia para exportar carne argentina y otras cosas, pero le dije que no quería nada, que
necesitaba que solucionen este problema», declaró.

  • Advertencia

    Además, Antonini dijo ayer que cuando el dinero fue hallado por la Aduana en Buenos Aires fue advertido de que debía decir que era suyo o tendría problemas. Antonini relató que tras producirse la incautación de una maleta con 800.000 dólares que él llevaba cuando fue requerida por las autoridades, una mujer se presentó en la oficina de Aduanas, le dijo que solucionaría el problema y que debía firmar un acta en la que declaraba como propio el dinero.

    «Yo les decía que el dinero no era mío. Ella me dijo: ' Cállate, me mandaron aquí a solucionar este problema'», relató Antonini ante el jurado.

    La mujer sería una funcionaria designada en la declaración como María Cristina Galli, aunque no fue identificada por su cargo. Antonini dijo que un empleado completó el acta que él firmó indicando que era dueño del dinero.

    «Me dijeron que si no firmabael acta iba a estar en problemas», respondió a una pregunta del abogado defensor de Franklin Durán, un venezolano acusado de actuar en Miami como agente del gobierno de Venezuela para forzar a Antonini a ocultar los hechos.

    El hecho se iba a tramitar como una infracción. El Estado argentino incautaría 50% del dinero y la otra mitad se devolvería a su supuesto dueño. «Yo iba a poder quedarme con esos 400.000 dólares», contó Antonini que le dijeron.
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