¿Qué hace la lectura en el cerebro?

Leer opera positivamente sobre nuestro cerebro. Son varios los aspectos a mencionar en el vínculo entre nuestra mente y esta actividad.

Lectura y cerebro. 

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Indudablemente, la actividad de leer opera de una forma positiva sobre nuestro cerebro, en varios aspectos. Principalmente, facilita la decodificación del lenguaje y del pensamiento simbólico. Incluso, hasta ahora se pensaba que la lectura afectaba únicamente al hemisferio izquierdo, y si bien la producción del lenguaje sí afecta a esta zona, gran parte de su comprensión, se produce en el hemisferio derecho.

La acción de leer es capaz de generar imágenes mentales a partir de las descripciones, lo que favorece el acceso al contenido inconsciente de nuestro cerebro, reorganizando las estructuras cerebrales y las redes neuronales.

Diferentes estudios muestran, por ejemplo, que los movimientos que realizan los personajes de una novela, activan diferentes áreas cerebrales. Estas áreas activadas son las mismas que se hubieran activado si los lectores hubieran realizado estos movimientos. Este hecho es muy importante para desarrollar las sensaciones del cuerpo y a la empatía.

En realidad, la lectura de toda clase de escritos permite desarrollar nuestra imaginación, ya que permite crear imágenes mentales de caras, situaciones, paisajes, espacios, etcétera.

Además, es una actividad que permite desconectar del entorno inmediato, y por tanto relajarse.

La sombra de actividad

Otra de las conexiones fascinantes entre la lectura y nuestro cerebro, es la llamada "sombra de actividad". Refiere a que, después de haber terminado una novela, ésta deja una huella neuronal en nuestro cerebro. La conexión con la novela, perdura varios días después de haberla terminado. Si el libro ha sido de nuestro agrado, esta huella puede mantenerse más tiempo. Precisamente la magia de los libros se puede explicar gracias a esta "sombra de actividad". La lectura permite sumergirnos en un mundo con personajes e historias de todo tipo.