19 de noviembre 2025 - 08:45

Cómo saber que una relación está llegando a su fin, según la psicología

Cuando un vínculo se está rompiendo pueden haber múltiples señales que lo comuniquen antes de que llegue a su fin, según la ciencia.

Estas son las señales de que algo va mal en tu relación de pareja, según los psicólogos. 

Estas son las señales de que algo va mal en tu relación de pareja, según los psicólogos. 

En la psicología, el fenómeno del amor de pareja es ampliamente estudiado porque reúne aspectos emocionales, cognitivos y conductuales que influyen directamente en el bienestar individual y en la manera en que las personas se relacionan. Las teorías más reconocidas coinciden en que una relación saludable no depende sólo de la intensidad del enamoramiento inicial, sino de la capacidad de sostener vínculos afectivos, comunicativos y de cooperación a lo largo del tiempo.

A medida que una relación avanza, también se vuelve más claro que el amor no es estático: atraviesa etapas, se adapta a las rutinas, enfrenta tensiones y cambia en función del crecimiento personal de cada integrante. La psicología del amor de pareja estudia justamente esos procesos: qué fortalece el vínculo, qué lo debilita y qué señales advierten que la relación empieza a desgastarse.

pareja enojada

Señales de una pareja desgastada

Una de las primeras señales de desgaste es el surgimiento de un rechazo sutil, pero constante, hacia el otro. Según la sexóloga y terapeuta de pareja Silvia Cintrano, este rechazo no se limita a la atracción física: “empieza a molestar casi todo lo que hace la otra persona, desde la forma en que habla hasta sus gestos cotidianos”. Cuando ese malestar se vuelve repetitivo, la conexión emocional se erosiona y el vínculo pierde su calidez inicial.

El desgaste también se expresa como una pérdida progresiva de intimidad emocional. Cintrano explica que, cuando la pareja deja de ser el espacio para compartir miedos, logros o frustraciones, “se rompe el sentimiento de refugio afectivo que sostiene a la relación”. Esto genera que cada integrante empiece a vivir su mundo interno por separado, debilitando la confianza y la sensación de acompañamiento.

Con el tiempo, otra señal evidente es la disminución de actividades compartidas. Para Silvia Cintrano, este cambio no es menor: “cuando una pareja deja de construir planes o proyectos juntos, también deja de alimentar la idea del ‘nosotros’”. La relación se vuelve más funcional y menos emocional, lo que acelera el distanciamiento.

Las peleas que se repiten sin llegar a acuerdos claros son un síntoma fuerte de desgaste. Tal como señala Cintrano, “las discusiones circulares generan resentimiento y agotan emocionalmente a la pareja, porque siempre se discute lo mismo y nunca se resuelve”. En este escenario, la comunicación se vuelve defensiva y poco efectiva.

La rutina juega un papel importante cuando deja de ser organización y se convierte en desconexión. Según Silvia Cintrano, muchas parejas terminan funcionando como “compañeros de piso que comparten tareas pero no momentos afectivos”. Sin gestos, citas o espacios de disfrute, la relación pierde su componente romántico y se transforma en una convivencia meramente práctica.

Comprender estas dinámicas permite identificar patrones e intervenir a tiempo: mantener un tipo de amor que no solo emocione, sino que también acompañe, sostenga y evolucione.

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