26 de agosto 2025 - 16:43

Dos escapadas de primavera para reconectar con la naturaleza

A solo unas horas de la ciudad, Mar de las Pampas es un enclave único donde los pinos y eucaliptos conviven con el océano Atlántico. En contraste, San Antonio de Areco despliega la serenidad de la llanura.

Hacia el norte bonaerense, San Antonio de Areco despliega la serenidad de la llanura.

Hacia el norte bonaerense, San Antonio de Areco despliega la serenidad de la llanura.

Con la llegada de la primavera, la provincia de Buenos Aires se transforma: los días se alargan, los paisajes recuperan su verde más intenso y el clima invita a escaparse unos días. Entre bosques costeros y llanuras pampeanas, hay dos destinos que ofrecen un contacto privilegiado con la naturaleza: Mar de las Pampas y San Antonio de Areco.

El bosque que abraza al mar

mar de las pampas

A solo unas horas de la ciudad, Mar de las Pampas es un enclave único donde los pinos y eucaliptos conviven con el océano Atlántico. Allí, Rincón del Duende Resort & Spa se integra con el entorno gracias a su arquitectura de madera y piedra, que se funde con el bosque.

Desde el hotel, basta caminar unos minutos para encontrarse con playas anchas y tranquilas, ideales para pasear descalzo sobre la arena tibia. En primavera, los senderos entre médanos y árboles regalan aromas frescos y la posibilidad de avistar aves autóctonas.

Constituye un exclusivo complejo, único de su estilo, en donde todos los servicios se desarrollan dentro de los 8000m2 de bosque con salida a la playa y a 150 metros del centro de la ciudad. El Resort está conformado por aparts y cabañas (con capacidad de hasta 7 personas) en distintas categorías. Los aparts están ambientados en una línea moderna completamente equipados y climatizados; cuentan con diferentes distribuciones y dimensiones; provistos de parrillas individuales y diversas, distribuidas en 4 categorías con vistas al bosque y a la playa.

En cuanto a las cabañas son de estilo rústico y tradicional, techos de madera y revestidas en piedra. Poseen sus propios espacios verdes con parrillas individuales y mesas de quebracho. Ambas opciones de alojamiento tienen incluido el desayuno Buffet artesanal, servicio de mucama y blanco, Wi-Fi en todo el complejo y vigilancia nocturna. Una propuesta combina descanso (con spa, piscina y espacios de relax) con la sensación de estar inmerso en un entorno natural que invita a bajar el ritmo. Posibilidad de abonar estadías con tarjeta y en cuotas con Banco Galicia.

La inmensidad pampeana

En contraste, hacia el norte bonaerense, San Antonio de Areco despliega la serenidad de la llanura. Con sus campos verdes y horizontes infinitos, el pueblo criollo por excelencia se vive en cada detalle: en las pulperías, en los talleres de platería, en las tradiciones gauchas.

En este escenario, Pampas de Areco Resort de Campo & Spa, ubicado a 60 minutos de la Ciudad de Buenos Aires, invita a una experiencia donde la naturaleza es protagonista.

El Resort es un punto de encuentro entre la tradición y el placer. Posee una imagen tradicional y majestuosa con proporciones clásicas y generosas, propias del estilo neocolonial; con amplios parques para caminar, cabalgatas entre pastizales y atardeceres que tiñen el cielo de tonos rosados y dorados un lugar único para contemplar la inmensidad. La primavera es el momento ideal para disfrutar de la vida al aire libre: mate bajo los árboles, paseos en bicicleta y el canto de las aves como telón de fondo. Es un lugar exclusivo para mayores de 18 años, ideal para escapadas románticas en pareja o con amigos. La estadía incluye desayuno buffet, acceso a piscina climatizada in/out y el acceso a piscina exterior. La posibilidad de disfrutar del Spa Aguaribay, con diferentes masajes y tratamientos de relax y bienestar (arancelado). Ofrece estadías promocionales en el mes de septiembre con la posibilidad de abonar en cuotas sin interés.

Mar de las Pampas y San Antonio de Areco ofrecen paisajes distintos, pero comparten un mismo espíritu: la posibilidad de detenerse y volver a lo esencial. Ya sea escuchando el murmullo del mar entre los pinos o contemplando el silencio de la llanura, estas escapadas son un recordatorio de que la naturaleza siempre tiene un refugio para ofrecer.

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