4 de julio 2022 - 12:02

Emigrar y emprender, el sueño posible de los millennials

Muchos jóvenes eligen trabajar afuera pero manteniendo cierta conexión con su país natal. Aquí, una guía para conocer los desafíos y facilidades que se les presentan.

Delfina Lazzaro.

Delfina Lazzaro.

Desde mediados de 2020 a octubre de 2021, alrededor de un millón de argentinos salió del país y el 5% lo hicieron por “mudanza”. Esta información oficial, brindada por la Dirección Nacional de Migraciones, determinó que en medio de la pandemia aproximadamente cincuenta mil personas decidieron radicarse en el exterior. En ese grupo, los millennials son la franja etaria que prevalece con la idea de conseguir estabilidad económica y la garantía de una mejor calidad de vida.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los principales países elegidos por los jóvenes argentinos son España y Estados Unidos, donde por la estabilidad económica les resulta factible fundar o expandir proyectos propios.

Si bien no existen datos que registren la emigración de los argentinos a lo largo de los años, por los números citados anteriormente no sería descabellado creer que la virtualidad, en gran medida, facilitó que muchos se animaran a conservar sus pymes o emprendimientos en Argentina y, a la vez, sumen una sede en otro país, o viceversa. Es que estar aquí y allá gracias a la tecnología se hizo posible durante y después de la pandemia.

En primera persona

Tres años atrás, Delfina Lazzaro (31) fundó Koffie Agency, una agencia boutique de marketing y comunicación. Casi a la par, empezó a soñar con la idea de mudarse a Miami y finalmente logró llevar a cabo su deseo en febrero de 2021. “Para radicarme en Estados Unidos aplique a una Visa O1, que es de habilidades extraordinarias. Es un procedimiento complicado, con muchos pasos como el armado de un portfolio con todos mis trabajos y recomendaciones de distintas personas del rubro. Cuando me preguntan sobre vivir acá, digo lo mismo: ‘No es armar la valija y listo’. Hay que asesorarse muy bien y aunque nada es imposible, nada es fácil. Todo lleva tiempo, dedicación e inversión. Esta Visa también requiere de muchas ganas porque el papelerío es laborioso y es necesario la asesoría de un buen abogado”, explica Delfina, que es licenciada en Comunicación Social.

En su ADN está el gen del emprendedor. Su familia materna es dueña de una reconocida agencia de publicidad que fue su gran escuela durante los años facultativos. Pero su deseo por crear algo propio y “más enfocado a lo digital” la llevó a alejarse y dar vida a su propio proyecto. “Cuando decidí abrirme a esta nueva experiencia sin la contención del apellido las marcas con las que ya trabajaba me acompañaron. De a poco fui sumando nuevos clientes nacionales y otros extranjeros, la mayoría de Estados Unidos y Europa. Muchos me pedían armado de sitios web, propuestas de social media y generación de contenido. Desde entonces, amplié la empresa, con base en ambos países, Argentina y Estados Unidos. También me obligó a tomar personal: sumé tres personas al equipo en Argentina y dos más que viven en Europa”.

A raíz del gran número de amigos y conocidos que la contacta habitualmente para consultarla por su experiencia, Lazzaro decide compartirle a Ámbito algunas recomendaciones para quienes deseen seguir sus pasos: “Emprender en el exterior es difícil. Es un territorio nuevo, un público nuevo, una comunicación nueva. También es reaprender y rearmarse. No son los mismos formatos aquí que allá. Por suerte, tenemos clientes que nos apoyan y guían. Hay que venir dispuesto a pelearla porque si donde naciste cuesta por diversos motivos, en otro idioma y atravesados por otra cultura, se pone un poco más desafiante. Pero nada es más gratificante que alcanzar un sueño”.

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Nani Kseiri.

Nani Kseiri.

Nani Kseiri (33) también es una argentina que vive en el exterior. Ella eligió mudarse a Barcelona en agosto de 2015. En ese momento, su deseo era trabajar en producciones audiovisuales, algo que al día de hoy hace esporádicamente. Pero como la sangre tira, en 2016 se anotó en un curso de patronaje y confección, como para sumar conocimientos de indumentaria a los ya adquiridos por el negocio de ropa que tenía su familia en Buenos Aires. “Conocía lo crueldad de la industria y sentía que podía hacer algo para mejorarla. Primero me capacité, luego hice un research muy grande sobre tejidos sustentables y finalmente fui armando un equipo chico pero súper comprometido con un proyecto de trajes de baño sostenibles al que llamé Las Nancys”.

Según explica Nani, “aunque la marca fue fundada en Barcelona, la conexión con Argentina es total”. Y agrega: “Desde el punto de vista productivo, tenemos algunos proveedores argentinos que nos hacen la moldería y asisten a lo largo del proceso aunque el nuevo desafío es darle un salto produciendo en Argentina lo que se venda allí. Esto está en línea con uno de nuestros valores que es la importancia de consumir productos locales y artesanales”.

En cuanto a su experiencia siendo una emprendedora argentina en España, dice que “tiene sus pros y sus contras”. “Lo primero que se nota es la falta de una red de contactos que te facilite información. En nuestra primera temporada tuvimos problemas con uno de los proveedores y se nos hizo muy difícil resolverlo por no conocer los temas legales y particulares de acá. Todo es aprendizaje. Por otro lado, la industria de la moda en España está más desarrollada por lo que hay mucha más competencia que en Argentina. Desde lo positivo ya van dos años donde como autónomos el estado nos da acceso a créditos baratos productivos que suman un montón y permiten ampliar el negocio o tomar mejores decisiones”.

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