17 de agosto 2022 - 16:07

Los perros y el moquillo: a qué prestarle atención

El moquillo es de fácil transmisión por contacto directo, y una vez contagiados los animales, pueden diseminar el virus al ambiente por varios meses.

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Adoptar un perro siempre es un momento de alegría, emoción y hasta una gran enseñanza de vida, sin embargo, algunos que no fueron cuidados con anterioridad o crecieron en una etapa muy precaria de higienización, pueden contraer el virus del moquillo, una enfermedad infectocontagiosa que puede afectar a otros animales.

El moquillo en los perros es de fácil transmisión por contacto directo, y una vez contagiados los animales, pueden diseminar el virus al ambiente por varios meses.

Es por eso que Melina Wajner, Veterinaria (MN 9218) a cargo del equipo de salud de Puppis, la reconocida cadena de tiendas especializada en productos y servicios para mascotas, brinda información sobre esta enfermedad para prevenirla y estar atentos ante los primeros síntomas.

La especialista señala que la infección comienza afectando al aparato respiratorio y puede llegar a afectar a muchos órganos o aparatos, entre ellos el sistema nervioso, incluso esta enfermedad puede causar diferentes síntomas, dependiendo de la o las fases que se presenten: fase respiratoria, fase digestiva, fase nerviosa o fase cutánea”.

Wajner recomienda estar atentos y tener en cuenta los signos clínicos, neurológicos y oculares para poder actuar rápidamente:

Signos clínicos: La enfermedad comienza con un pico febril a los 3 o 6 días post infección, que puede pasar desapercibido; seguido de un segundo pico de temperatura, el cual se asocia con la secreción nasal y ocular, depresión y anorexia.

Los signos clínicos van a depender de la virulencia de la cepa actuante, condiciones ambientales, edad y estado inmunológico del paciente. Al inicio existen signos inespecíficos como apatía, anorexia, hipertermia y compromiso de las vías aéreas superiores, siguiendo a estos, exudado nasal y ocular bilateral, que al pasar los días se hace mucopurulento, acompañado de tos, y en los casos más graves, disnea (dificultad respiratoria) y neumonía.

La forma clínica frecuentemente es grave y cursa con un deterioro multisistémico profundo, pudiendo afectar a animales de cualquier edad, aunque los cachorros de 12 a 16 semanas son los más susceptibles debido al descenso de los anticuerpos maternales.

Los signos digestivos son desórdenes gastrointestinales que cursan como vómitos, diarreas, hiporexia y anorexia, llevando a una importante deshidratación y pérdida de peso. No siempre están presentes y pueden agravarse con una infección bacteriana secundaria.

Podemos observar también, problemas dentales, como pérdida de esmalte, si la enfermedad se presenta antes del recambio dental.

Además, los signos neurológicos son los más importantes para poder predecir el pronóstico de la enfermedad. Según el lugar del sistema nervioso que se vea afectado, muchos perros experimentan anormalidades nerviosas pero no siempre acompañados de la enfermedad sistémica. Pueden presentar claudicaciones (renguera), espasmos y temblores musculares (tics), ataxia, convulsiones y mioclonías, encefalitis, rigidez cervical, hiperestesia, para o tetraparesia.

Estos signos no se pueden predecir, ni evitar, y dependen de la agresividad de la cepa actuante y del nivel inmunitario del paciente. La hiperqueratosis de las almohadillas plantares suele ser indicativa de la fase neurológica posterior de la enfermedad.

Por otra parte, con respecto a los signos oculares, las lesiones más significativas son neuritis, desprendimiento de retina hasta la ceguera. También podemos ver pacientes con úlceras de córnea y conjuntivitis.

Debido a que se trata de una enfermedad altamente mortal para los perritos, debemos estar atentos a la prevención y para ello, la vacunación es crucial para cubrir todas sus necesidades, dado que con un adecuado plan sanitario podemos evitarla”, afirma Wajner y agrega: “Siempre es importante concurrir al veterinario de cabecera y seguir sus indicaciones si algo no anda bien con las mascotas, ya que, de detectarse a tiempo, es probable que el problema se solucione mucho más rápido”.

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