Dicen que cuando una idea nace desde el corazón, su recorrido encuentra puerto seguro. Así fue con Siete Mares, el proyecto soñado por Emiliano Simonini (viajero, yogui y amante del océano) que transformó sus vivencias en una propuesta gastronómica que es pura travesía.
14 de junio 2025 - 00:00
Un restaurante donde confluyen el mar, los sentidos y la aventura
Siete Mares ofrece una experiencia sensorial única con arte y cocina de autor. Con sedes en Martínez, Victoria y Bariloche, abre su temporada frente al Nahuel Huapi.
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Siete Mares fusiona cocina, arte y emoción en una experiencia sensorial que ahora también vibra frente al Nahuel Huapi.
Siete MaresLo que comenzó como una visión íntima en Buenos Aires, hoy también se despliega al sur del país: la sede en Bariloche, ubicada frente al imponente Nahuel Huapi, inaugura su temporada de invierno con vistas mágicas, menú de autor y ese espíritu de aventura que ya es marca registrada de la casa. Un lugar que vale la pena descubrir, tanto por sus sabores como por el entorno.
En Martínez, el restaurante madre recibe a sus comensales como si fueran exploradores de otro mundo. Desde la puerta en forma de escotilla hasta los murales submarinos, cada detalle está pensado para generar una inmersión total. El ambiente (bañado en luces azules, con peceras, medusas luminosas, burbujas y una terraza con arena) logra una atmósfera especial. No se trata de una decoración temática, sino de una apuesta estética profunda, emocional, que da contexto a una cocina fusión que sorprende plato a plato.
En la carta, a cargo del chef Diego Centeno, los sabores se organizan bajo un sistema propio: AUDAS, por las iniciales de amargo, umami, dulce, ácido y salado. Esa brújula sensorial guía un recorrido por platos como el halloumi del bosque con tomates confitados, el tiradito con chutney de peras o el pad thai con langostinos. También hay opciones veggie, como woks con arroz yamaní y vegetales de estación.
El sushi, inspirado en los siete mares, combina técnica japonesa con ingredientes inesperados. Hay rolls con gambas en panko, alioli de maracuyá y praliné, otros con falafel y chutney de rabanito, y versiones dulces y picantes que redefinen la tradición. Para quienes buscan algo más, la carta suma ceviches, risottos y postres que apelan tanto al sabor como al juego visual: texturas de chocolate, cheesecake invertido o espumas cítricas.
La coctelería también tiene identidad propia. Mamacocha, Yemanjá GG y otras mezclas de autor, creadas por el bartender residente, se sirven en copas que parecen sacadas de un cuento acuático. Y los vinos, todos argentinos, maridan con precisión cada paso del viaje.
Pero Siete Mares no se detiene ahí. Los miércoles se organizan Experiencias, eventos íntimos donde se enseña a preparar sushi, se realizan catas con sommeliers invitados o se presentan cenas temáticas como Micelio In, donde el hongo es protagonista absoluto. Cada encuentro es una inmersión distinta: a veces en ingredientes, otras en historias contadas por buzos o expertos marinos. La idea siempre es la misma: despertar los sentidos y crear comunidad a través del compartir.
La sede de Victoria, ubicada en Punta Chica, ofrece delivery y take away con la misma calidad de cocina. Ideal para quienes quieren disfrutar del sabor de Siete Mares en casa o en picnics junto al río. Por su parte, la sede de Bariloche se apresta este invierno para lucir no sólo una carta inspirada en el entorno patagónico, sino también experiencias con productos locales, pensadas para acompañar la temporada alta de turismo.
Siete Mares es eso: un espacio donde comer se transforma en un acto poético. Un viaje sin pasaporte, pero con destino claro: el fondo del mar y lo más profundo del gusto.
Direcciones: Av. Del Libertador 13017, Martínez; Av. Del Libertador 3501, Punta Chica, Victoria; Av. San Martín 657, Km 0. Bariloche.
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