8 de abril 2006 - 00:00

Bush culpó a demócratas por fracaso de ley migratoria

El presidente de EEUU, George W.Bush.
El presidente de EEUU, George W.Bush.
Washington (EFE).- El presidente de EEUU, George W.Bush, culpó ayer al líder demócrata en el Senado, Harry Reid, de bloquear la votación de un proyecto de ley de reforma migratoria, y pidió al político de la oposición que ponga fin a sus "tácticas".

Las diferencias entre republicanos y demócratas impidieron el viernes el voto sobre una legislación que decida la suerte de los hasta doce millones de inmigrantes indocumentados en EEUU.

Pero en lugar de hacer referencia a las disputas partidistas, Bush se limitó ayer a arremeter contra Reid.

"Pido al líder de la minoría (demócrata) en el Senado que ponga fin a sus tácticas de bloqueo y que permita al Senado hacer su trabajo y aprobar un proyecto de ley justo y eficiente", dijo el presidente en su discurso radiofónico semanal.

El senador por Nevada señaló que al culpar a los demócratas Bush busca distraer la atención sobre los problemas que lo persiguen, entre ellos la acusación de que filtró información confidencial.

Reid insistió, en un comunicado de prensa, que los demócratas están "comprometidos con una reforma migratoria amplia y bipartidista" y recordó que su partido votó a favor de esa reforma en dos ocasiones la semana pasada.

"Fueron el presidente Bush y los republicanos en el Congreso los que carecieron de la fortaleza para plantar cara al ala de extrema derecha de su partido, los que bloquearon la reforma en dos días y los que pusieron la política partidista por delante", insistió Reid.

Sólo 38 senadores votaron el viernes a favor de concluir el debate y proceder a la votación final -60 votaron en contra-, lo que, a efectos prácticos, entierra la propuesta de los senadores Chuck Hagel y Mel Martínez.

Los senadores presentaron el jueves esa medida como un buen "término medio", que permitiría la legalización de unos siete millones de indocumentados y un programa de trabajadores temporales para el resto.

La traba principal, al parecer, para que la medida saliera adelante fue la negativa a permitir que avanzasen enmiendas republicanas que imponían más restricciones sobre quiénes y cuántos finalmente podían beneficiarse de la reforma.

El debate en el Senado tendrá que esperar ahora hasta después del receso de primavera de dos semanas que empieza el lunes.

Pero todo hace prever que aunque los legisladores estén de vacaciones, el tema seguirá candente.

El discurso de Bush fue ayer un buen recordatorio.

"La inmigración es un asunto emocional y de una importancia vital", dijo en su grabación radiofónica.

El presidente estadounidense hizo un guiño a los conservadores de su partido al afirmar que la seguridad fronteriza debe mejorar.

"Para mejorar la seguridad en las fronteras estamos contratando a miles de agentes", destacó Bush, quien añadió que su gobierno ha instalado nuevos sistemas tecnológicos de vigilancia como cámaras de infrarrojos.

También tuvo palabras para la comunidad empresarial, que respalda un programa de trabajadores temporales que les permita disfrutar de mano de obra barata.

"Una reforma migratoria amplia debe incluir un programa de trabajadores temporales que alivie la presión en nuestras fronteras al tiempo que rechaza la amnistía", destacó Bush.

El mandatario encontró también espacio para un sentimentalismo retórico que no parecen compartir los miembros de su partido que proponen deportar a "todos" los indocumentados.

"La inmigración es la señal de una nación segura y exitosa", afirmó Bush, para añadir que "dice algo de nuestro país el que gente alrededor del mundo esté dispuesta a dejar sus hogares, sus familias y arriesgarlo todo para venir a EEUU".

El debate sobre la reforma migratoria promete alcanzar su punto álgido una vez que el Senado alcance un acuerdo y comience la armonización con la propuesta de la Cámara de Representantes.

La citada propuesta, del republicano de Wisconsin James Sensenbrenner, ha puesto a millones de hispanos en pie de guerra al solicitar la deportación de todos los indocumentados, la construcción de un muro en la frontera entre EEUU y México y penalizaciones a los que ayuden a aquellos que no tienen residencia legal en el país.

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