2 de septiembre 2008 - 00:00

Cuanto más lejos de Bush, mejor

John McCain
John McCain
Saint Paul - Los republicanos se preparaban para una gran fiesta en su convención, en lo posible superior a la que la semana pasada celebraron los demócratas, pero entonces llegó «Gustav». Sin embargo, lo que se presentaba como una enorme molestia se tornó en una oportunidad.

Con la llegada del desastre, el aspiranterepublicano, John McCain, vio abiertala posibilidad de presentarse como un hombre de Estado, que comprende las necesidades del país y que es capaz de adaptarse a las circunstancias.

«Este es un momento en el que por supuesto tenemos que dejar de lado las políticas partidistas y tenemos que actuar como estadounidenses», afirmó en primera persona Mc-Cain en una videoconferencia desde Saint Louis para los republicanos ya congregados el domingo en Saint Paul para la convención que tenía previsto su arranque ayer. «Vamos a suspender casi todas nuestras actividades (en la primera jornada) excepto aquellas absolutamente necesarias», agregó el candidato, cuyo lema para la convención es «El país es lo primero».

McCain estuvo, además, durante el fin de semana en Mississippi, el estado inmediatamente al este de Luisiana, invitado por el gobernador local para conocer de primera mano los preparativos para la tormenta.

El senador por Arizona fue acusado por sus detractores de buscar simplemente la foto. Pero el efecto fue conseguido porque al mismo tiempo poco o nada se supo de su rival, el demócrata Barack Obama. Igual ocurrió cuando, durante el conflicto entre Rusia y Georgia hace sólo unas semanas, McCain se mostró muy activo mientras Obama disfrutaba de sus vacaciones en Hawai.

La jugada le salió bien políticamente por partida doble a McCain. No sólo consiguió una oportunidad para mostrarse como un estadista, sino que logró alejar de sí la sombra de George W. Bush. El presidente canceló su intervención prevista para ayer para prestar atención a Gustav, igual que su vicepresidente, Dick Cheney.

Tras el desastre en la gestión -hace tres años- de Katrina por parte del gobierno federal, lo mejor ante un nuevo huracán potencialmente mortal era tener lejos a Bush.

Al mismo tiempo, como destacó ayer la columnista del diario «Chicago Sun Times» Lynn Sweet, la irrupción del meteoro «hace imposible comparar con justicia» la convención republicana con la demócrata. Considerando el espectáculo digno de Hollywood de Denver la pasada semana, no es probablemente malo para los republicanos, que planeaban algo más modesto. Más allá de los beneficios políticos, el cambio de planes sí que ocasionó importantes trastornos prácticos y logísticos para la convención.

Aún se desconoce cuándo llegará Mc-Cain a Saint Paul, la ciudad «gemela» de Minneapolis, en el norte del país. Su director de campaña, Rick Davies, incluso insinuó que el aspirante podría no presentarse durante la convención si Gustav así lo requiere.

  • Discurso

    En principio, estaba previsto que Mc-Cain aterrizase mañana, el día en que oficialmente será designado aspirante a la Casa Blanca, y que el jueves pronunciase su discurso de aceptación en el cierre del encuentro.

    Las numerosas fiestas previstas para los cuatro días fueron suspendidas o reconvertidas en encuentros benéficos para las víctimas del huracán.

    Incontables discursos fueron eliminados o reescritos para moderar el tono agresivo. La campaña de McCain, según publicó el diario «Los Angeles Times», aseguró que los ataques a Obama serán reducidos al mínimo.

    «Cada día vamos a estudiar la situación según las condiciones», afirmó al rotativo Charles Black, uno de los consejeros del candidato republicano.

    McCain, mientras tanto, siguió con su papel. «Quiero agradecer a mis colegas republicanos en un momento en el que nos quitamos los sombreros republicanos y nos ponemos los de estadounidenses y decimos: 'Estamos con ustedes, vamos a cuidar a esta gente en un momento de necesidad'».
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