17 de febrero 2020 - 00:00

EE.UU. y los talibanes, a un paso de alcanzar un armisticio

Ambas partes anunciaron una tregua que se extenderá hasta fines de esta semana, un posible preludio al acuerdo de paz. Mientras que el Gobierno local, ajeno a la negociación, afirma que es el mejor acuerdo posible, los expertos advierten que no significa el final de la violencia.

DESAMPARO. Un grupo de niños afganos camina por un campo de refugiados en Islamabad, Pakistán. Afganistán está sumida en la violencia desde hace décadas.

DESAMPARO. Un grupo de niños afganos camina por un campo de refugiados en Islamabad, Pakistán. Afganistán está sumida en la violencia desde hace décadas.

Washington y Kabul - Estados Unidos y los talibanes reavivaron las esperanzas de paz en Afganistán al anunciar una tregua parcial de una semana en todo el país, que debe incluir a las autoridades afganas y conducir, en caso de ser respetada, a la firma de un acuerdo de retirada de las tropas estadounidenses.

Pero esta tregua, cuyo contenido es un poco nebuloso, no pondrá fin a los combates entre las fuerzas afganas y los insurgentes sino que está destinada a reducirlos. Aunque los expertos temen que los talibanes la utilicen para ganar terreno.

“Es una situación realmente precaria y los saboteadores de todos los lados maniobran ya para romper el equilibrio”, advirtió Ashley Jackson, investigadora del Overseas Development Institute.

El respeto de esta tregua parcial, que mostrará sobre todo la buena voluntad de los talibanes y su capacidad para controlar a sus soldados, es una condición para la firma de una acuerdo entre Washington y los insurgentes con vistas a la retirada de los 12.000-13.000 soldados estadounidenses que todavía siguen en Afganistán.

Un entendimiento está “muy cerca”, dijo el jueves pasado el presidente estadounidense, Donald Trump. Pero para la investigadora Jackson, “hay que estar loco para hacer esta apuesta”.

Estados Unidos y los talibanes llevan negociando más de un año el acuerdo para la retirada de los soldados estadounidenses de Afganistán, a cambio de la reducción de la violencia y garantías de seguridad, así como la apertura de un diálogo entre los afganos.

El Gobierno de Kabul lleva excluido mucho tiempo de las negociaciones, pero el ministro afgano del Interior, Masud Andarabi, precisó que las fuerzas de seguridad afganas, actores principales en el terreno y uno de los blancos principales de los insurgentes, “están dispuestas a defenderse y a respetar las condiciones de alto el fuego o una reducción de la violencia”.

Aunque advirtió que si “los talibanes siguen atacando, responderemos y Estados Unidos nos ayudará”.

El término “reducción” deja en realidad margen para que prosigan los combates. Con una media de 50 a 90 ataques por día, según Ashley Jackson, bastaría con que los talibanes reduzcan esta cifra a entre 20 y 30.

Los talibanes no han respondido a la solicitud de comentarios pero Mohamad Qasim, jefe adjunto de la Policía en la provincia de Kandahar (sur), bastión histórico de los insurgentes, asegura que están preparados para la paz.

“Los combatientes talibanes también están cansados de esta guerra. No tienen nada que ganar si la prosiguen”, dice Mohamad Qasim, que asegura que por lo oído en las conversaciones entre talibanes por walkie-talkie, “todo el mundo quiere la paz”.

Pero Jackson advierte de que una tregua podría fragilizar a las fuerzas gubernamentales en las zonas donde ya están rodeadas por los insurgentes y hacer que estos ganen terreno.

“Lo que me preocupa es que (los talibanes) ven esto como una oportunidad para reivindicar el control de más distritos”, explica.

El único precedente desde 2001 de un alto el fuego anunciado por los talibanes remonta a junio de 2018 durante los tres primeros días de la fiesta del Aid al Fitr, que marca el fin del ramadán. Tras escenas de fraternización sin precedentes, la violencia se reanudó.

Aunque la tregua sea un éxito, el acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes solo sería una etapa en el camino hacia la paz, recuerda Laurel Miller, antiguo diplomático y experto del International Crisis Group (ICG).

“El acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes no es un acuerdo de paz, aunque un diálogo intra-afgano podría llevar a un acuerdo de paz”, dice, destacando que este acuerdo “crea una oportunidad” para iniciar un diálogo intra-afgano”.

Vanda Felbab-Brown analista de Brookings Institution, espera que prosiga o incluso aumente la violencia.

“El diálogo (intra-afgano) puede empezar, pero la historia afgana está hecha de largas negociaciones y de combates continuos”, dice. “Esperen algunas semanas. Me sorprendería que la violencia siga al nivel esperado durante el periodo de reducción”.

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