El caos se apoderó de Haití y dificulta la ayuda internacional
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Los cuerpos de muchos de esos muertos están aun abandonados, los más afortunados cubiertos por piadosas sábanas blancas, en las calles de Puerto Príncipe.
Los cuerpos de muchos de esos muertos están aun abandonados, los más afortunados cubiertos por piadosas sábanas blancas, en las calles de Puerto Príncipe y, según la misma emisora, "algunos se están empezando a hinchar por el calor".
Otros están en el depósito de cadáveres del Hospital General de Puerto Príncipe, apilados unos sobre otros hasta alcanzar una altura de más de un metro en los pasillos e incluso en el patio, a la vista de los enfermos que reciben los primeros auxilios al aire libre.
Cubiertos con mascarillas, pañuelos o simplemente tapándose la nariz para evitar el hedor de la muerte y la basura acumulada por las calles, los haitianos deambulan por las calles e improvisan camastros y cocinas: "Cualquier cosa con tal de no volver a nuestras casas, todavía tenemos mucho miedo", comenta Jean, de 35 años.
"Vivíamos en un quinto piso de un edificio de unos sesenta vecinos; solo recuerdo que el mundo entero se puso a temblar, caí al suelo y cuando desperté estaba en plena calle, rodeada de cascotes, pero solo tenía una herida en el brazo", dijo Rachel, una estadounidense de 25 años con el brazo en cabestrillo.
En el aeropuerto se agolpan expatriados de todos los países, que tratan de huir. A ese mismo aeropuerto, donde el aterrizaje debe hacerse "a ojo" porque la torre de control sigue sin estar operativa, está llegando la ayuda humanitaria procedente de los cuatro puntos cardinales.
Sin embargo, según informó CNN, el Gobierno de Haití está ya negando el permiso para aterrizar más aviones, porque no hay pistas disponibles ni fuel suficiente para repostar.
"No se ha puesto en marcha ni siquiera una célula de gestión de la crisis", destacó la web de Radio Metropole en una suerte de pinceladas para ilustrar que el caos se ha adueñado de la ciudad.
Sin embargo, como dato positivo indica que unos 3.000 policías y "cascos azules" de la ONU han comenzado a despejar las principales arterias de la ciudad, a dirigir la circulación y a asegurar la seguridad en el aeropuerto, el puerto y los edificios públicos que quedan en pie.
La cuestión de la seguridad en Puerto Príncipe y otras partes de Haití afectadas por el terremoto es uno de los temas que preocupa debido al caos y la pobreza que se vive en el país.
El embajador de Haití en la Argentina, Raymond Mathieu, aseguró que "hubo algunos saqueos a supermercados en Puerto Príncipe y las tropas de las Naciones Unidas están preocupadas por la posibilidad de que saqueen armas".
A los envíos internacionales por aire llegados desde España, Colombia, China, EE.UU, Francia, Brasil y México, entre otros países, se ha sumado la ayuda que llega por carretera desde la República Dominicana, el otro país situado en la isla La Española, informó hoy el embajador dominicano, Rubén Silié.
La localidad fronteriza dominicana de Jimaní se ha convertido desde el miércoles en un centro de acopio en el que se coordinan las acciones de ayuda a favor de las víctimas del sismo.
Varios países y organismos internacionales han anunciado la concesión de ayuda económica para la reconstrucción, entre ellos Estados Unidos, con 100 millones de dólares, una cifra similar a la que enviarán el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
Además de esta ayuda, desde Ginebra la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) anunció que 40 terminales de satélite y 60 de banda ancha han sido enviadas a Haití para restablecer las comunicaciones básicas, lo que será esencial para contribuir a las tareas de rescate y a la ayuda de emergencia.
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