Empeora el Papa: se alimenta por sonda
Juan Pablo II reeditó ayer las dramáticas imágenes del Domingo de Pascua, intentando vanamente hablar ante los fieles congregados en la Plaza San Pedro. Debido a sus crecientes problemas para tragar la comida, los médicos debieron colocarle una sonda nasogástrica. El deseo es que eso mejore su nutrición y le permita fortalecerse, pero marca nítidamente sus crecientes penurias.
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Juan Pablo II entregó ayer una imagen similar a la del domingo de Pascua. Se mostró en público y, pese a sus intentos, no pudo hablar. Ahora, además, se alimenta a través de una sonda.
El vocero reiteró así que el timón de la Iglesia Católica permanece en manos del Pontífice. Las audiencias «públicas siguen aún suspendidas», señaló, sin embargo, el portavoz.
• Cuidados extremos
La Santa Sede también quiso desmentir indirectamente las versiones según las cuales el Pontífice podría ser hospitalizado nuevamente para la implantación de una sonda gástrica permanente, como escribió «Il Corriere della Sera».
Sin embargo, fuentes médicas indicaron que el tubo que le aplicaron ayer es un paso previo a la inserción de una sonda gástrica por endoscopia -que requiere anestesia- si el Papa tolera mal la sonda nasal.
Expertos aseguraron en Roma que la decisión de alimentar al Papa mediante la sonda nasogástrica le permitirá recuperar fuerzas y evitar riesgos. Diariamente se llevan a cabo cuidados extremos ante la posibilidad de infecciones que podrían empeorar la salud del Pontífice, ya que la zona de la traqueotomía se encuentra expuesta a factores externos.
El anuncio del Vaticano tuvo lugar momentos después de que Juan Pablo II se asomó sorpresivamente por la ventana de su estudio para dar su bendición a los fieles reunidos en la Plaza San Pedro, pero por segunda vez no logró hablar ante el micrófono. El saludo fue leído por un colaborador del Pontífice.
El Papa permaneció en la ventana de su estudio unos cuatro minutos. Karol Wojtyla trató de saludar a los presentes, pero como ya había sucedido el domingo de Pascua, no logró articular los sonidos.
Cuando un asistente le acercó un micrófono a la boca, emitió algunos sonidos, pero no estuvo en condiciones de pronunciar palabra y el micrófono fue retirado de inmediato.
Juan Pablo II hizo la señal de la cruz con la mano derecha a la multitud que lo aplaudía desde la plaza, antes de su intento de hablar.
Luego hizo unos movimientos con la cabeza y el brazo que parecieron no controlados.
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