Florence pierde fuerza pero deja al menos 23 muertos en costa este de EEUU
El servicio meteorologico de EEUU informó que la tormenta bajó de categoría y ahora es una depresión tropical. Sin embargo, las lluvias no cesan y advierten que el peligro aún continúa.
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Alrededor de la ciudad de Hampstead, en la costa de Carolina del Norte, los evacuados intentaron regresar a su hogar para ver los desperfectos causados por la tormenta a pesar de que las carreteras estaban inundadas, según un periodista de la AFP.
El sábado muchas personas trataron de regresar a sus casas conduciendo por carreteras inundadas y llevando motosierras para quitar los pinos que atravesaban las rutas.
El gobernandor de Carolina del Norte, Roy Cooper, alertó que transitar por las rutas es temerario.
"Todos los caminos del estado están actualmente en riesgo de inundación", dijo. "Mientras los ríos sigan creciendo y la lluvia cayendo, las inundaciones se extenderán. Más y más condados tierra adentro están librando órdenes de evacuación obligatoria", dijo.
Poco antes había alertado que la tormenta "está descargando colosales cantidades de lluvia: en algunos lugares se mide en pies, no ya en pulgadas"
En otra entrevista separada, Steve Goldstein, de la administración Nacional Oceánica y Atmosférica, dijo que algunas áreas recibieron lluvias de hasta dos pies (609,6 milímetros) mientras Florence se movía muy lentamente en el este de Carolina del Norte.
En New Bern, una ciudad de 30.000 cercana a la costa de Carolina del Norte e inundada desde el viernes, las autoridades rescataron a cientos de personas que habían quedado aisladas.
Más de 400 personas fueron rescatadas y 4.200 viviendas sufrieron daños en esta ciudad, explicó el alcalde Dana Outlaw.
Cuando llegó Florence, Charles Rucker, un maestro jubilado, solo había pasado cinco noches en la casa construida en 1830 que recién había comprado.
"Fue como si un tren bala hubiera irrumpido en mi sala", dijo a la AFP. "Estaba realmente aterrado", añadió.
La Agencia Federal de Gestión de Emergencias (FEMA) movilizó a 1.200 personas para las operaciones de búsqueda y rescate. El Ejército y voluntarios de todo el país también ayudan en las tareas.
Alrededor de 1,7 millones de personas en Carolina del Norte, Carolina del Sur y Virginia están bajo órdenes de evacuación voluntarias u obligatorias, y millones de otras viven en áreas que podrían verse afectadas por la tormenta.
Los meteorólogos prevén que en Carolina del Norte la acumulación de agua de las lluvias alcancen los 25 centímetros tierras adentro, y un metro en algunas áreas costeras.
Las autoridades no descartan que surjan tornados. "Algunos tornados son posibles en el sureste de Carolina del Norte y el noreste de Carolina del Sur", dijo la agencia nacional que atiende los huracanase.
El presidente estadounidense, Donald Trump, quien dio sus condolencias a las familias de las víctimas, visitará las áreas afectadas a principios o a mitad del semana próxima, "una vez que se determine que su visita no obstaculizará los esfuerzos de los servicios de rescate".
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