24 de febrero 2023 - 00:00

Guillermo Lafferriere, coronel retirado: "El peso de la guerra o la paz no pasa por Zelenski sino por EEUU y Rusia"

El coronel retirado del Ejército argentino, veterano de Malvinas y analista militar con una maestría en geopolítica, dialogó con Ámbito sobre la actualidad de la guerra en Europa. "Ucrania está en una situación muy mala pero hay gente que dice que está en el mejor de los mundos", afirmó.

El presidente de EEUU, Joe Biden, junto a su par de Ucrania, durante la reciente visita a Kiev.  

El presidente de EEUU, Joe Biden, junto a su par de Ucrania, durante la reciente visita a Kiev.  

Contra todo pronóstico, la invasión de Rusia a Ucrania cumplió un año este viernes. El alejamiento de las partes, sumado a la retórica beligerante latente, hace presumir que su final está lejos. Pero ¿Qué ocurrió en el terreno de batalla en todo este tiempo? ¿Cuál es el estado actual del conflicto? ¿Ucrania tiene el apoyo suficiente para defenderse de los ataques? ¿Qué se puede esperar para el corto plazo? Para disipar dudas e intentar comprender con mayor profundidad el desarrollo de la guerra europea, Ámbito dialogó con Guillermo Lafferriere, coronel retirado del Ejército argentino, veterano de Malvinas y analista militar con una maestría en geopolítica.

"El peso de la guerra o la paz no pasa por (Volodimir) Zelenski sino por EEUU y Rusia", afirma Lafferriere, respecto al rol secundario del presidente de Ucrania en el desarrollo del conflicto y en una posible solución negociada. Al mismo tiempo, señaló que la situación actual "era previsible" y "se pudo haber evitado hace muchos años atrás" si EEUU no presionaba para sumar a Ucrania a la OTAN.

Activo en redes sociales (Youtube y Twitter), Lafferriere se define a si mismo como "un hombre de Occidente, liberal en lo político y en lo económico". A la hora de brindar sus partes diarios sobre la guerra para sus seguidores, cuenta lo que realmente observa y lee respecto a lo que ocurre en el campo de batalla. "Ucrania está en una situación muy mala pero hay gente que dice que está en el mejor de los mundos", señala y advierte: "Por decir lo que digo me dicen prorruso y no es así".

Periodista: A un año del inicio de la invasión de Rusia, ¿Cómo observas el desarrollo de la guerra?

Guillermo Lafferriere: La guerra ha pasado por dos etapas. Para comprender eso primero hay que entender que los rusos han tenido siempre dos objetivos desde el día uno: la desmilitarización de Ucrania, es decir destruir sus fuerzas armadas, y la desnazificación, que yo lo interpreto como el cambio de régimen político. Cuando lanzaron la invasión, lo hicieron a una gran velocidad, con cuatro o cinco ejes diferentes, como si el objetivo fuera presionar a Kiev para que colapsara el régimen. Eso les hizo dejar flancos muy expuestos que los ucranianos aprovecharon para causarles daño en aquel entonces. No destruyeron las fuerzas armadas rusas, pero les causaron temor. Sin embargo, eso cambia cuando por presiones del gobierno británico de Boris Johnson a Ucrania se abortan los acuerdos que se estaban por concretar en Ankara, Turquía.

P.: ¿Pudo haber un acuerdo entre Rusia y Ucrania?

G.L.: Iba a haber un acuerdo, pero en abril el Reino Unido presionó para que no ocurriera. A partir de ese momento los rusos alteraron las prioridades de sus objetivos: pasaron de buscar un cambio de régimen a enfocarse en la destrucción de las fuerzas armadas ucranianas.

P.: ¿Qué implicó para Ucrania el viraje de Moscú?

G.L.: Primero, que Rusia avanzó con la destrucción de su infraestructura de manera impune. Cuando digo “impune” quiero decir que los ucranianos no tienen forma de poner fuera de combate a los misiles que lanza Moscú, mucho menos a los hipersónicos, algo que ningún país del mundo puede. Además, lo que es más grave para mí, es que no tienen posibilidad alguna de responderle a los rusos de la misma forma porque no cuentan ni con fuerza aérea ni con capacidad para afectarlos con misiles. La segunda cuestión que comenzaron a llevar a cabo los rusos desde el 8 de octubre aproximadamente en todo el frente, y que fue incrementadose, tiene que ver con cambiar la relación de poder de combate.

P.: ¿Con cuánto personal lanzó Rusia la invasión?

G.L.: Enviaron entre 180 y 200 mil hombres. Esa cantidad era muy menor comparada con los 600 mil que Ucrania disponía. Sin embargo, eso cambió en los últimos dos meses a partir de una movilización, parcial, de Rusia en la cual ha metido alrededor de 320.000 hombres más en el frente del Donbass. Actualmente debe tener alrededor de 500.000 hombres, más un número de decenas de miles que no se sabe bien en Bielorrusia, flanqueando Kiev.

P.: Por lo que comentas, Rusia no tuvo en sus planes conquistar todo el territorio ucraniano como se dijo en las primeras semanas de la guerra…

G.L.: En ningún momento los rusos tuvieron capacidad para hacerse de toda Ucrania, eso fue un mito. Era imposible en términos militares desde el día uno.

P.: Luego del cambio de objetivos de Rusia ¿Cuál es el escenario actual de la guerra?

G.L.: Se habla que en Rusia hay una segunda movilización en curso con otros 500 mil hombres, que a diferencia de los que están vendiendo pescado podrido no es una movilización en la que vayan casa por casa buscando gente, sino que convocan a militares que han pasado por el servicio de forma reciente. A todo eso habría que sumarle que desde hace aproximadamente seis meses todo el complejo industrial de Rusia se ha volcado al tema de la defensa. Con lo cual su capacidad de reponer pérdidas de material es muy superior a lo que Occidente puede hacer, pese a lo que la gente cree. Por decir lo que te digo me dicen prorruso y no es así.

P.: ¿Las sanciones que le impuso Occidente no afectan su poderío militar?

G.L.: No soy especialista en el tema financiero-económico, pero muchos pensaban que los rusos iban a estar liquidados en unos meses. En algunas notas que publiqué comentaba que había que tener cuidado con Rusia, al igual que con cualquier otra potencia militar, porque cuando estás dirimiendo poder en estos niveles el tema económico es importante, pero no es decisivo. Los rusos han encontrado varias formas para evitar estas sanciones. El colmo de todo esto es que India le compra petróleo a Rusia y se lo vende a Europa. Además, es mucho más que un proveedor de gas y de petróleo. Está lleno de tierras raras, minerales y se puede autoabastecer. Sumale a eso que es un país que está acostumbrado a…no te digo a sufrir…pero sí a dar esfuerzos prolongados.

P.: Últimamente se mencionan las dificultades de las potencias occidentales para reponer el material bélico, ¿A qué se debe?

G.L.: El inconveniente es que el armamento que pierde Occidente es sofisticado y no logra reponerlo con celeridad porque desde que cayó el muro no se prepara para guerras de alta intensidad prolongadas en el tiempo. Tuvo guerras de baja intensidad como Afganistán e Irak, contra enemigos que no tienen nada que ver con lo que está sucediendo entre Rusia y Ucrania. Entonces todo su complejo industrial militar no produce en escala. No acumulan en depósitos sino que producen a lo largo de los años, en contratos que son muy específicos y puntuales, para poder mantener la industria.

P.: ¿Nunca se consideró la posibilidad real de una guerra de este nivel en Europa?

G.L.: Occidente no lo pensó. Rusia, a diferencia de eso, durante todos estos años se ha ido preparando para una guerra de este tipo. Esto no significa que sea la Unión Soviética, la cual tenía capacidad militar convencional para al menos amenazar con llegar a Europa central. Hoy la Federación es una potencia militar que tiene capacidad para desarrollar guerras en su periferia, pero no para invadir Polonia, Alemania y seguir de largo. Su disuasión con la OTAN y con Occidente es nuclear.

P.: ¿Y en ese campo tiene posibilidad de competirle a las potencias occidentales?

G.L.: A diferencia de Estados Unidos, Rusia en 20 años renovó su sistema nuclear y es más moderno que el de Washington. Y en algunos campos tiene supremacía como en armas hipersónicas con capacidad nuclear. Es la única potencia que las tiene. Y además, es superior en armas nucleares tácticas, donde tiene una variedad que Occidente no posee.

P.: A la hora de la disuasión le permite tener una carta más en la mano…

G.L.: Varias cartas más. Aquí la gente se toma con sorna cuando se dice que Rusia puede llegar a usar el armamento nuclear, pero hay que tomar a esta guerra como un espejo de lo ocurrido en la crisis de los misiles del 62. En aquel momento, el mundo estuvo a punto de una guerra nuclear entre la Unión Soviética y Estados Unidos porque Moscú colocaba armas nucleares en Cuba, el “patio trasero” de EEUU. Lo que está ocurriendo ahora se debe a la expansión de la OTAN. Es lo mismo. Si México o Canadá dejaran instalar bases militares chinas en sus territorios, ¿Cómo reaccionaría Estados Unidos?

P.: Probablemente de la misma manera que Rusia…

G.L.: Exactamente, porque para las grandes potencias lo que ocurre en las inmediaciones de sus fronteras es un tema extremadamente delicado y no toleran amenazas allí. Las almas bellas van a decir que Ucrania tiene derecho como Estado a decidir quiénes son sus amigos. Sí, todo lo que quieras. Pero eso no ocurre en el mundo real porque cuando sos vecino de Rusia te conviene tener una situación de neutralidad, algo que se venía planteando desde hace 20 años.

P.: Si desde hace años se venía planteando que esto podía ocurrir, ¿por qué se desembocó en esta situación?

G.L.: Siendo realistas, esta situación era algo previsible que se pudo haber evitado hace muchos años atrás sin querer sumar a Ucrania a la OTAN. Y quien quería sumarla era EEUU, el resto de los países no quería saber nada.

P.: ¿Cuál es la mayor necesidad militar de Ucrania hoy en día?

G.L.: Zelenski está pidiendo dos cosas. Por un lado, reclama una fuerza aérea. Nadie se la va a dar aviones porque saben que es cruzar una línea roja peligrosa. Segundo: van por su tercera reposición de fuerzas blindadas. La primera fue la que tenían originalmente cuando se inició la guerra. Cuando Rusia la destruyó, la repusieron con material blindado que recibieron de países que estaban en la OTAN y otros que tenían viejo material soviético. Eso Moscú también lo destruyó. Ahora van por material blindado Occidental para reponer esa tanda.

P.: ¿Cuándo recibiría los tanques?

G.L.: Primero hay un tema de calendario, es decir, cuando van a llegar. Estados Unidos dijo que lo va a proveer a mitad o a finales de este año. Es muy largo el tiempo. Los 14 que proveerá el Reino Unido llegarán entre marzo y abril, mientras que los 14 de Alemania también lo harían en marzo. Luego están los Leopard 1 que son chatarra, construidos a mediados de los 70, que están fuera de servicio y que servirían para rearmar partes de otros. Van a llegar estos materiales a Rumania o Polonia. Algunos analistas argentinos dicen que la capacitación de la tripulación será en cuatro semanas pero lo normal es seis meses. Luego deben entrarlos a Ucrania. Hay dos variantes: por tren o por camiones. Son máquinas que pesan entre 60 y 70 toneladas. No los podes llevar andando porque destruís las orugas. Una vez en territorio ucraniano, van a ser pasibles de ser atacados por los rusos. No pueden concentrarlos en una zona de la frontera, tienen que dispersarlos para tratar de dificultarles el ataque, aunque en algún momento deberán concentrarlos. No sé cómo harán. Hay que entender que se están enfrentando a una potencia que tiene el dominio del espacio, con satélites.

P.: Además de las dificultades, cada vez más graves, de las potencias occidentales para proveer armamento, ¿cuál es la situación de las tropas ucranianas?

G.L.: Ucrania tiene dificultades para reponer sus tropas. Cuando estalló la guerra, entre ocho y diez millones de hombres abandonaron el país. Hoy en día hay cifras que aseguran que la relación de bajas es de 8 a 1 en favor de los rusos. Hay que tener en cuenta que estamos en una guerra de desgaste, no de corta duración, entre un país que tiene alrededor de 45 millones de personas contra otro de 150 millones. El Ejército ucraniano está golpeado desde hace muchos meses, sin capacidad de respuesta, sin capacidad militar para contragolpear en el mismo campo de combate. Están en una situación muy mala pero hay gente que dice que Ucrania está en el mejor de los mundos. No es así.

P.: Del otro lado, el riesgo de que la guerra escale obligaría a Moscú a convocar a una mayor cantidad de tropas ¿Cuál es el poder de movilización de Rusia en ese caso?

G.L.: Rusia hasta ahora ha hecho movilizaciones muy parciales. El Kremlin puede llegar a movilizar un millón y medio de personas. Acá en Argentina se ha dicho que las tropas rusas son todos borrachos, que están con hambre, con frío, sin munición y desertando en masa. Bueno, nada de eso está ocurriendo.

P.: Pareciera que, por un lado, Rusia no cederá con la agresión, mientras que Ucrania, lógicamente, no dejará de lado su reclamo por la soberanía de su territorio. ¿Ves alguna salida?

G.L.: Sinceramente no. Se habla de una salida de dos Coreas, pero no creo que los rusos quieran eso. Se me ocurre que van a intentar mantener una línea, un buffer zone, hacia el oeste. ¿Cuanto hacia el oeste? No lo sé, pero me fijaría como límite máximo el Dniéper. No creo que vayan a sentarse a un acuerdo de paz sin que para ellos se den las condiciones. Hay que pensarlo como si fueran Washington en el 62. Yo creo que es un juego de conveniencias.

P.: ¿Y del lado de Ucrania?

G.L.: Voy a ser muy drástico. El peso de la guerra o la paz no pasa por el señor Zelenski. Va a pasar por lo que decidan Washington y Moscú. Ucrania está peleando solamente porque tiene la asistencia de Occidente.

P.: Uno de los puntos de discusión sobre la guerra tiene que ver con el rol de EEUU y la OTAN. Durante su gobierno, Donald Trump dijo en varias oportunidades que la alianza era obsoleta y amenazó con abandonarla. Al año de la llegada de Biden comienza la invasión y hoy la alianza militar pareciera “revitalizada”. ¿ Consideras que la guerra les sirvió a EEUU y a las potencias occidentales para sostener y justificar la utilidad de la OTAN?

G.L.: No soy pro-Trump pero creo que si estuviera gobernando esta guerra no existiría. Cuando se enojaba con los europeos sobre el tema de la OTAN tenía razón porque no aportaban fondos. Ahí hay que distinguir el esfuerzo de Francia, muy larvado, con poco resultado, de tener una fuerza independiente de la OTAN. A fin de cuentas, ellos hoy hacen lo que dice EEUU porque el comandante militar de la alianza siempre es un estadounidense. Pero bueno, también hay otros países que están cómodos con pagar poco y que otros los defiendan. Se me ocurre también que deben estar preocupados con que esto escale demasiado y termine con un arma nuclear explotando en territorio europeo.

P.: ¿Qué puede ocurrir hacia adelante?

G.L.: Yo soy un hombre de Occidente, liberal en lo político y en lo económico. A mi juicio, el gran error estratégico de esta guerra es que hemos empujado a Rusia al lado de China y eso es malo para Occidente. La élite rusa cree equivocadamente que puede manejar esa relación con China de par a par. Yo tengo mis dudas.

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