24 de noviembre 2006 - 00:00

Hallan sustancia radioactiva en el cuerpo del ex espía ruso

Walter Litvinenko, padre del fallecido espía ruso, acusó al gobierno ruso de ser un peligro para el pueblo.
Walter Litvinenko, padre del fallecido espía ruso, acusó al gobierno ruso de ser un "peligro" para el pueblo.
Londres, (ANSA) - El ex espía ruso Alexander Litvinenko, fallecido este jueves en un hospital de Londres por envenenamiento, acusó en una carta póstuma al presidente ruso, Vladimir Putin, de su asesinato, en tanto el Kremlin calificó el hecho como una "tragedia".

La gravedad del caso fue tal que el comité de contingencia del gobierno británico, Cobra, presidido por el primer ministro, Tony Blair, se reunió el viernes dos veces en Downing Street para discutir el hecho, que amenaza tener implicaciones diplomáticas profundas en las relaciones entre Londres y Moscú.

Según informó ayer en conferencia de prensa el profesor Pat Troop, de la Agencia de Protección Sanitaria (HPA), se hallaron "altas dosis" de polonio-210 en el cuerpo del ex espía ruso.

De acuerdo a Troop, el polonio 210 fue ingerido o inhalado por Litvinenko, o introducido en su cuerpo a través de una herida.

El experto informó que las muestras tomadas en los dos hospitales donde estuvo internado el ex espía indican que es "insignificante" el peligro de que alguien que haya estado en contacto cercano a él pueda verse afectado.

Las autoridades no autorizaron hasta este viernes que se efectúen exámenes post-mortem a la víctima.

También se informó que restos de material radioactivo fueron halladas en un restaurante japonés, donde Litvinenko almorzó el 1 de noviembre, el día que comenzó a sentirse enfermo.

La noticia coincide con un anuncio del ministro del Interior, John Reid, quien confirmó que Scotland Yard sigue investigando el caso y comisionó a un equipo de expertos para hallar ese material radioactivo, en redadas a viviendas de Londres, incluida la propiedad de Litvinenko en el norte de la ciudad.

Antes de morir, Litvinenko escribió una carta en la que acusó directamente a Putin de planear su muerte y de "no respetar la vida, la libertad y los valores civilizados".

"Usted puede tener éxito en silenciar a un hombre, pero los gritos de protestas de todas partes del mundo van a resonar, señor Putin, en sus oídos, el resto de su vida.
Que Dios lo perdone por lo que ha hecho, no sólo a mí, sino a la querida Rusia y a su pueblo", expresa el texto del ex agente.

Litvinenko destacó, además, que el responsable de su grave estado era "indigno" de su cargo.

"Usted ha mostrado ser tan brutal y despiadado como sus más feroces críticos han denunciado", subrayó la nota, leída ante los periodistas y en presencia de Walter Litvinenko, padre del ex espía.

El padre de Litvinenko afirmó entre sollozos que el gobierno ruso "es un peligro mortal para el mundo".

Los amigos, allegados y familiares de Litvinenko declararon el viernes que fue envenenado porque investigaba la muerte, en octubre, de la periodista rusa Anna Politkovskaya, y por haber denunciado en el libro "Blowing Up Russia: Terror from Within" que los servicios secretos rusos estuvieron detrás de los ataques con bomba de 1999 a un bloque de departamentos de Moscú, que causaron la muerte de 300 personas.

Como Litvinenko, Politkovskaya era crítica del gobierno de Putin, y en especial de su política en la república de Chechenia para reprimir a grupos armados.

El presidente ruso replicó que la muerte del ex espía "fue instrumentada para provocaciones políticas".

Hablando al margen de la cumbre con la Unión Europea en curso en la capital finlandesa, Putin sostuvo que "lamentablemente acontecimientos trágicos como una muerte son utilizados con fines políticos.

El informe médico no dice que haya sido una muerte violenta y no hay razones para hacer ciertas especulaciones", agregó.

Al propósito de la carta póstuma donde el ex espía acusa a Putin, el presidente dijo que "si esta carta existe realmente, me pregunto por qué no fue publicada cuando todavía estaba vivo".

Litvinenko, de 43 años, reportó sentirse enfermo el 1ro. de noviembre, tras tomar el té con dos rusos en un hotel de Londres, y almorzar con un académico italiano.

Uno de los rusos, Andrei Lugovoi, declaró al periódico Daily Telegraph que pensó que "le tendieron una trampa", y aclaró que declaró en la embajada británica en Moscú en ese sentido.

Según The Times, la Policía británica está detrás del segundo hombre que acompañaba a Lugovoi, conocido sólo por el nombre de pila, "Vladimir", quien se supone estuvo vinculado con el envenenamiento.

De acuerdo al periódico, el ex agente de la KGB habló con un amigo, el director de cine Andrei Nekrasov, a quien le contó sobre su deseo de "sobrevivir", aunque sabía que no iba a poder ganar la batalla contra el envenenamiento.

"Los bastardos me atraparon, pero no atraparán a todo el mundo", dijo.

Para Nekrasov, la muerte de Litvinenko fue "un asesinato sádico, lento, perpetrado por alguien tremendamente cruel" y prueba que el Kremlin "tenía sus blancos".

Oleg Gordievsky, un ex coronel de la KGB que buscó asilo en Gran Bretaña a mediados de los 80, declaró que "no hay duda alguna" de que los servicios secretos rusos asesinaron a Litvinenko "con un veneno muy sofisticado desarrollado en los laboratorios secretos de la KGB".

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