22 de agosto 2019 - 00:00

Inédito: Bolsonaro acusa ahora a las ONG de incendiar la Amazonia

Los focos, que aumentaron 83% respecto a 2018, son causados por la deforestación, replicaron especialistas y hasta un organismo estatal. Estallaron las quejas en las redes sociales.

Catástrofe
Reuters

Salvador - El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, acusó sin pruebas ayer a las organizaciones no gubernamentales (ONG) de estar provocando incendios en la selva amazónica para avergonzar a su Gobierno después de que éste les retiró la financiación.

“Puede estar habiendo, sí, puede, no lo estoy afirmando, una acción criminal de esos ‘oenegeros’ para llamar la atención contra mi persona, contra el Gobierno de Brasil. Esa es la guerra que estamos enfrentando”, afirmó Bolsonaro en Brasilia, al tiempo que se realizaba en Salvador (Bahía, nordeste) una conferencia regional sobre cambio climático.

“Les sacamos dinero de las ONG. De las transferencias de fuera (para la protección de la Amazonia), el 40% iba para ONG. No lo tienen más. Acabamos también con las transferencias de órganos públicos” a esas entidades, dijo.

La política ambiental del Gobierno brasileño ya llevó a Alemania y Noruega a suspender sus donaciones al Fondo Amazonas.

En la red Twitter, el hashtag #PrayforAmazonas (“reza por la Amazonia”) fue la primera tendencia mundial, con 307.000 tuits, seguido por #ONGs, relacionado con las declaraciones del mandatario, un escéptico del calentamiento global.

Muchos mensajes denunciaron la escasa repercusión hasta ahora de la multiplicación de focos de incendio. “El pulmón del planeta desde hace 16 días se está incendiando y nos enteramos por redes porque los medios no hablan de ello”, escribió un usuario.

Entre enero y el pasado 19 de agosto se registraron 72.843 focos de incendios forestales en Brasil, un 83% más que en el mismo período del año pasado, según el Programa de Quemas del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE).

Los incendios en la región amazónica se deben a las quemas provocadas para deforestar un terreno, con el objetivo de convertirlo en área de pastoreo, o para limpiar áreas ya deforestadas, generalmente en la temporada seca, que debe acabar dentro de dos meses.

Pero la causa del actual descontrol, según analistas, es el fuerte aumento de la deforestación: 2.254,8 km² en julio, casi el cuádruple del mismo mes de 2018, según el INPE.

El ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, sostuvo en cambio que los vientos fuertes fueron los causantes del fenómeno. “Tiempo seco, viento y calor hicieron que los incendios aumentasen mucho en todo el país”, señaló en su cuenta de Twitter, anunciando el envío de brigadistas para contener los incendios.

Salles fue abucheado al hablar en la Semana del Clima de América Latina y el Caribe que se desarrolla en Salvador, un evento preparatorio de la cumbre de la ONU sobre el cambio climático del 23 de septiembre en Nueva York y de la conferencia del clima COP25 que se celebrará en Santiago de Chile en diciembre.

“La reunión que tenemos aquí consolida efectivamente la preocupación, el momento importante que vivimos en el mundo de cambio climático” y sirve “para que Brasil muestre ejemplos de sustentabilidad” y busque oportunidades de inversión”, acotó Salles.

Bolsonaro promueve desde su llegada al poder la apertura de reservas indígenas y de áreas protegidas a actividades agropecuarias y de minería. De hecho, evitó que el país albergara la COP25 desistiendo de organizarla y amenazó con sacar al gigante sudamericano del Acuerdo de París sobre Cambio Climático.

Pero su discurso generó resistencias incluso en sectores económicos, preocupados por eventuales medidas de cierre de mercados en Europa.

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