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Entre los heridos hay, además de estudiantes, profesores, miembros de la seguridad del campus y civiles que se encontraban en el lugar en el momento de los hechos.
Además, 10 personas perdieron la vida y otras siete resultaron heridas cuando un grupo de hombres armados con metralletas dispararon indiscriminadamente contra la gente que hacía sus compras en un mercado popular.
Según aseguraron fuentes de seguridad, los atacantes perpetraron el ataque desde dos motocicletas y un microbús en marcha, mientras atravesaban el mercado Al-Bunuq.
Horas antes, una bomba colocada en un minibús en el barrio chiita de Ciudad Sadr, en el este de la capital, dejó al menos 4 muertos y once heridos.
Otras quince personas fallecieron y decenas más resultaron heridas por la explosión de dos artefactos en una mezquita de un barrio sunnita, en el centro de Bagdad.
Además, 4 civiles perdieron la vida y diez resultaron heridos por el estallido de otro artefacto explosivo, también en el centro de la capital, según fuentes de la policía iraquí.
Esta fuerte ola de ataques se produjo un día después de que el hermanastro de Saddam, Barzán al-Tikriti, y el juez Awad al-Bandar, altos funcionarios del anterior régimen iraquí, fueran ejecutados por su implicación en la muerte de 148 chiitas de la aldea de Duyail en 1983.
Los dos antiguos colaboradores del ex presidente iraquí fueron condenados a muerte junto con Saddam -ejecutado el 30 de diciembre-, el pasado 5 de noviembre. Las tumbas de los tres, ubicadas en el mismo lugar, son sede de una procesión diaria de cientos de personas que les rinden homenaje.
Al-Tikriti era jefe de los servicios de espionaje, mientras que Al-Bandar presidía el tribunal que juzgó y condenó a muerte en un juicio sumarísimo a los 148 chiitas por su supuesta implicación en un atentado fallido contra Saddam.
También ayer, el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, llamó a todas las milicias y organizaciones armadas a deponer las armas y respetar las leyes del Estado, si quieren evitar «los golpes militares» que espera lanzar contra estos grupos.
A través de un comunicado, Al-Maliki aseguró que activará un nuevo plan de seguridad que «se mantendrá alejado de intromisiones políticas y se concentrará contra los que infringen la ley».
Asimismo, aseguró que la estrategia presentada el pasado día 10 por Washington para Irak «va por el camino que había pensado el gobierno iraquí», y se mostró optimista ante el nuevo plan de seguridad para Bagdad que entrará en vigor en los próximos días.
«Quien no quiera exponersea los golpes militares debe entregarse al gobierno y someterse a las leyes», dijo la nota.
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