24 de noviembre 2006 - 00:00

Irak: una nueva jornada violenta deja 52 muertos

Un inspector iraquí observa los restos de un coche bomba utilizado en un atentado en el distrito de Sadr.
Un inspector iraquí observa los restos de un coche bomba utilizado en un atentado en el distrito de Sadr.
Bagdad (Télam/SNI).- Más de medio centenar de personas murieron ayer en nuevos ataques entre grupos religiosos islámicos antagónicos en Irak, pese a los esfuerzos del gobierno por contener la violencia y evitar una guerra civil, un día después de la muerte de 215 iraquíes en el atentado más letal desde el inicio de la guerra, en marzo de 2003.

En una aparente represalia por el atentado del jueves en un barrio chiita de Bagdad, al menos 30 personas murieron y 24 resultaron heridas cuando presuntos militantes chiitas quemaron cuatro mezquitas y numerosas viviendas en la zona sunnita de Hurriyah, en la capital iraquí, informó la agencia ANSA.

Previamente, otras 22 personas murieron y 26 más resultaron heridas en la localidad de Tal Afar, 420 kilómetros al noroeste de Bagdad, cuando un suicida con un cinturón de explosivos se inmoló simultáneamente al estallido de un coche bomba frente a una concesionaria de autos en una zona chiita, informó la policía.

Los nuevos hechos violentos coincidieron con largas y masivas procesiones funerales en Bagdad en memoria de las 215 personas muertas el jueves en un atentado múltiple en el barrio chiita Sadr City de Bagdad, en el ataque más cruento en lo que va de la guerra.

Miles de hombres, mujeres y niños formaban un nutrido cortejo fúnebre que acompañaba a pie a cientos de autos que transportaban los cuerpos de las víctimas, pese a la vigencia en Bagdad de un toque de queda total destinado a evitar ataques de represalia.

Un día después del atentado, partidarios de Sadr en el gobierno responsabilizaron a Estados Unidos del ataque y amenazaron con boicotear al Parlamento y al Ejecutivo si el premier Maliki se reúne con el presidente norteamericano, George W. Bush, la semana próxima en Jordania.

Una vez que las procesiones fúnebres llegaron a Sadr City, los autos y combis con los cuerpos dejaron atrás a las personas que marchaban a pie y emprendieron su marcha hacia Nayaf, la ciudad santa chiita ubicada al sur de Bagdad donde serán enterrados.

Según el último balance de víctimas, al menos 215 personas murieron y 252 resultaron heridas cuando insurgentes sunnitas detonaron cinco coches bomba y dispararon morteros contra Sadr City, en medio de una incontenible violencia sectaria en el país.

Milicianos chiitas respondieron de inmediato y lanzaron casi 20 proyectiles de mortero contra una mezquita sunnita, una asociación de clérigos sunnitas y un barrio sunnita de Bagdad, y al menos diez personas murieron en estos ataques de represalia.

El ataque en Sadr City superó en cifra de víctimas al que hasta el jueves era el atentado más sangriento desde el fin de la guerra, una serie de ataques coordinados cometidos el 2 de marzo de 2002 contra peregrinos chiitas en Kerbala y Bagdad, que mató a 181 iraquíes e hirió a otros 573.

Irak atraviesa un período de imparable violencia sectaria, que comenzó este año tras la voladura por presuntos insurgentes sunnitas de una venerada mezquita chiita de la ciudad de Samarra, al norte de Bagdad.

La ONU dijo esta semana que 3.709 civiles murieron en Irak en octubre último, que fue el mes más letal para los civiles del país desde el inicio de la guerra, en marzo de 2003.

La ONU dijo también que 100.000 iraquíes abandondan su país por mes a causa de la violencia, y que al menos 1,6 millones ya lo hicieron desde el comienzo de la invasión norteamericana.

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