20 de agosto 2021 - 14:12

Minas en Colombia, motivo de muerte o lesiones en trabajadores

Los senderos empantanados, la vegetación espesa y la temperatura que promedia los 30°C, llevan un escenario peligroso al minero.

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Según la oficina del Alto Comisionado para la Paz, Colombia es uno de los países más afectados por minas, con más de 12.000 víctimas entre 1990 y 2021. De hecho, en el primer semestre de este año 263 personas -menores de 21 años- murieron o fueron heridos por minas, granadas o cualquier otro pertrecho.

El departamento Norte de Santander, al que pertenece el Catatumbo, es el segundo más castigado después del Cauca (suroeste), con 86 víctimas. "Uno no quisiera estar en una zona de estas pero no hay para donde salir", lamenta Efraín Soto, trabajador que perdió el ojo nueve años antes de que cayera otra mina que matara a su hermano de 41 años.

Su caso representa la lucha que persiste en la región del Catatumbo, fronteriza con Venezuela, tras la firma del acuerdo de paz con la exguerrilla FARC en 2016.

Son tierras sembradas de coca y artefactos explosivos, ocupadas por otros grupos alzados en armas que llegaron primero que el Estado y reemplazaron a los rebeldes. En esa zona biodiversa, donde los grupos ilegales hacen las veces de autoridad, el campesino de 38 años sobrevive a la violencia.

Efraín toma medicamentos para controlar las secuelas psicológicas desde hace ocho años. Así como además sufrió lesiones en su pierna, una "crisis nerviosa", "convulsiones" y "unas ganas de llorar, unas ganas de correr, miedo".

Según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), tras seis décadas de conflicto armado, las víctimas por artefactos explosivos en Colombia van en aumento.

"Yo vivía angustiado, uno cree que Dios no existe", remarcó la víctima cuando recordó que estaba hablando por celular con su esposa a pocos metros de su vivienda cuando una explosión lo sacudió en 2011.

En ese momento, familiares improvisaron una camilla con una hamaca para cargar al hombre de 1,94 metros por largas trochas. Después de cinco horas de trayecto a pie y en vehículo, llegó malherido al hospital de Cúcuta, donde estuvo en rehabilitación por cuatro meses.

"El segundo fue el 16 de abril del 2020", su hermano Carlos detonó accidentalmente una mina que afectó a ambos.

La tragedia se repitió: "Salir corriendo, buscar la hamaca y corra pal'pueblo otra vez. Y él desangrado, desangrado". A la localidad de Tibú llegó con "los labios morados" y falleció.

De un total de 1.122 municipios, Colombia desminó 448 desde que firmó la paz, pero 137 "no gozan de las condiciones necesarias" para ser intervenidos y el Catatumbo pertenece a ese eslabón, según la oficina del Alto Comisionado para la Paz.

Otro caso es el de Iván Rodríguez, quien sintió el "bombazo", "el humero y ese tierrero".

Se mantuvo "consciente" y "tranquilo" las cerca de tres horas que tardó en llegar al hospital, recuerda el joven de 24 años, que perdió su pie derecho y a quien casi le amputan un brazo herido.

Con muy poco seguimiento médico, hace terapias en casa con ayuda de su hijastro de 5 años.

Frente a este escenario, Juan Gabriel Luna, experto del CICR en el tema, destaca la "resiliencia" de las víctimas, tras uno de los talleres que organiza para prevenir más casos por distintos tipos de armas "diseñadas para matar, herir y mutilar".

"Uno ya no es el mismo, pero trato de seguir pa'lante porque para qué se va a poner uno mal si ya no le va a crecer el pie", se consuela Iván.

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