Histórico: el papa Francisco oficializó la presencia de mujeres en los altares

Podrán actuar como lectoras y acólitas, algo que ya ocurría, en base a autorizaciones especiales, en varios lugares donde hay escasez de curas. El pontífice argentino insiste en su camino reformista.

AUDACIA. Aunque para los más reformistas puedan resultar insuficientes, las medidas del papa Francisco para ampliar la participación de las mujeres en la Iglesia le generan fuertes roces con el ala más conservadora.

Ciudad del Vaticano - En lo que constituye un giro histórico para la Iglesia, el papa Francisco autorizó oficialmente que las mujeres sean lectoras y acólitas en el altar, aunque ello no implica que puedan ser ordenadas como sacerdotisas, anunció ayer el Vaticano.

Con un “Motu Propio”, una ley papal especial, Francisco formalizó la contribución de las mujeres en el altar y les reconoce dos funciones específicas durante las celebraciones litúrgicas, las que ya ejercían en algunos casos con la aprobación caso por caso de los obispos.

Se trata de uno de los temas abordados en octubre de 2019 durante el sínodo (asamblea de obispos) dedicado a la Amazonia, durante el cual los obispos de la región habían recomendado otorgar a las mujeres laicas más funciones dentro de la Iglesia, los llamados “ministerios”, debido a las dificultades registradas en zonas remotas, que carecen de sacerdotes.

“Estos ministerios laicos, al estar basados en el sacramento del Bautismo, pueden ser confiados a todos los fieles idóneos, sean hombres o mujeres”, subrayó el papa.

La ley, en su versión de 1983, confiaba esos dos mandatos a “laicos”.

La norma oficializa lo que hasta ahora era permitido solo como excepción y por necesidades pastorales en muchos lugares.

Si bien el Papa argentino permite que las mujeres lleguen al altar, sigue siendo reacio a cualquier forma de ordenación de las mujeres.

La idea fue debatida por los obispos de la Amazonia y cuenta con el apoyo de los obispos progresistas de Alemania.

En abril, el papa Francisco anunció la creación de una comisión para considerar la posibilidad de ordenar mujeres diáconos, un primer paso hacia el sacerdocio.

Los diáconos pueden casarse, pueden pronunciar el sermón en la misa, realizar bautismos, bodas y funerales. Sin embargo, no pueden celebrar misa, dar la eucaristía ni absolver los pecados después de la confesión, funciones reservadas a los sacerdotes.

En una carta, el Papa explicó que con su decisión se “amplía los horizontes de la misión de la Iglesia, evitando que se encierre en lógicas estériles destinadas sobre todo a reivindicar espacios de poder”.

El pontífice argentino está a favor de un mayor espacio para los laicos dentro de la Iglesia y en particular para las mujeres, sobre todo en sus instituciones.