19 de septiembre 2007 - 00:00

Sarkozy corta privilegios y desafía a los sindicatos

El presidente francés Nicolas Sarkozy entrega a un colaborador el texto del discurso queacaba de ofrecer, en el que anunció una serie de reformas laborales y previsionales de altoimpacto. El choque con los sindicatos parece inevitable.
El presidente francés Nicolas Sarkozy entrega a un colaborador el texto del discurso que acaba de ofrecer, en el que anunció una serie de reformas laborales y previsionales de alto impacto. El choque con los sindicatos parece inevitable.
París (ANSA, EFE, AFP, LF) - El presidente Nicolas Sarkozy lanzó ayer su mayor desafío a los sindicatos franceses al anunciar un nuevo sistema laboral y jubilatorio que suplante al actual, al que calificó como «injusto» y « financieramente insostenible».

El nuevo modelo se basa en la ampliación de la polémica semana laboral de 35 horas impuesta en 2000 por el último gobierno socialista y en la supresión de la jubilación a los 50 años para ciertas categorías laborales.

En una sala del Senado, Sarkozy habló durante una hora ante legisladores oficialistas y opositores y representantes sindicales, en ocasión del 40° aniversario de la Asociación de Periodistas de Información Social.

«Hay tres certezas: el sistema no es sostenible financieramente, desmotiva al trabajador y no asegura la igualdad de oportunidades», declaró el mandatario en su discurso.

Sarkozy prometió que el sistema que permite a 1,5 millón de trabajadores de ferrocarriles, de electricidad o el transporte urbano, entre otros, jubilarse a los 50 años y en condiciones ventajosas será «reformado sin demora». Según el presidente francés, se trata de una «cuestión de igualdad», ya que las diferencias laborales que permitían esos privilegios «han desaparecido».

Los gremios han advertido a Sarkozy en varias ocasiones sobre este tema sensible. Los principales gremios, CGT (comunista), la CFDT (socialista) y Fuerza Obrera (moderada) son partidarios de negociaciones, y la CGT en particular lanzó una amenaza de huelga general en caso de no ser consultada.

En 1995 el gobierno ya había tratado de implementar una reforma de los sistemas especiales de jubilación, pero un paro total que duró tres semanas obligó al entonces primer ministro Alain Juppé a retirar el proyecto.

Sarkozy reiteró ayer su rechazo a poner en marcha la reforma «por la fuerza» y sin dialogar con las organizaciones sindicales, pero al mismo tiempo insistió en su determinación de llevarla a cabo. En ese sentido anunció que el ministro de Trabajo, Xavier Bertrand, iniciará las conversaciones «con todos los actores implicados» a partir de hoy mismo.

Sobre las 35 horas semanales de trabajo, la intención gubernamental es acordar una «flexibilización ineludible» para definir otros horarios «más convenientes», señaló.

La medida que propone Sarkozy suprime los impuestos y las cargas sociales de las horas extras, que serán pagadas 25% más que las normales. Las empresas, por su parte, se beneficiarán de reducciones de las cargas patronales -mayores para las de menos de 20 empleados- para alentarlas a aumentar el número de horas extras.

Además, abogó por la aplicación de sanciones para los desocupados que rechacen dos veces un trabajo ofrecido.

Las reacciones de los sindicatos contra la propuesta fueron inmediatas.

Sarkozy «es partidario de soluciones defendidas por la MEDEF (la confederación de industriales) y no por las organizaciones sindicales», aseguró el secretario general de la CGT, Bernard Thibault, quien llamó a una jornada de movilización para el 13 de octubre.

Por su parte, el titular de Fuerza Obrera, Jean Claude Mailly, dijo que la propuesta del mandatario «anuncia una regresión» y agregó que su sindicato «no espera recibir consignas de nadie para entablar una negociación».

En la misma línea, el diputadosocialista Henri Emmanuelli denunció «retrocesos sociales» del anuncio presidencial y estimó que Sarkozy retoma «el catálogo de las reivindicaciones de la MEDEF».

Como contrapartida, la presidenta de la MEDEF, Laurence Parisot, declaró que el plan de Sarkozy es «fundador» y que «rediseña un modelo social a la altura de los desafíos modernos».

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