Sarkozy remodela su gobierno y ultima ya proyectos de reforma
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El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ayer durante un acto oficial. Su partido ganó las elecciones
legislativas, pero analistas dicen que el no haber cumplido con los vaticinios de un
triunfo arrasador supone una advertencia a su flamante gestión.
«Tras estas elecciones, la libertad de acción del gobierno se verá complicada por una izquierda repuesta, unos sindicatos fortalecidos y unos diputados de derecha inquietos por las elecciones municipales de 2008», resumió el politólogo Arnaud Leparmentier.
«El sí pero... de los franceses», «La derecha recibe un izquierdazo», «Una advertencia para Sarkozy», tituló la prensa ayer.
«Lo que ocurrió el domingo no fue un fracaso, ya que Nicolas Sarkozy tendrá una mayoría clara, pero es una advertencia. La izquierda no ha perdido su capacidad de reaccionar y movilizar», según los analistas de «Le Figaro».
Una abstención récord, que superó 40%, y un deseo de reequilibrar los poderes, acompañados por la polémica sobre un posible aumento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) -para compensar una baja de aportes patronales-son algunas de las causas subrayadas para esta mitigada victoria de la UMP, según sus líderes.
Para bien o para mal, con las legislativas del domingo se cerró un intenso ciclo electoral en
Francia y comenzó el tiempo de la acción y la realización de las promesas electorales.
En la práctica, todos los ministros serán mantenidos en el gobierno salvo Juppé, para el que habrá que encontrar un sustituto. Además, serán nombrados varios secretarios de Estado nuevos, probablemente de diferentes familias políticas para seguir demostrando que el gobierno desea ser abierto y plural.
Una vez que se confirme el gobierno, Sarkozy hará realidad su ambicioso programa de reformas, y los diputados comenzarán a discutir un paquete de normas fiscales de corte liberal que incluirá reducciones de impuestos considerables para quienes compren una casa, hereden o decidan que hay que trabajar más horas que las obligatorias.
Además, Sarkozy desea someter al visto bueno del Parlamento nuevas reglas sobre inmigración, concretamente para regular más severamente la reagrupación familiar así como instaurar una ley más severa contra los delincuentes reincidentes.
Para debatir estos proyectos, los diputados elegidos el domingo se reunirán en sesión extraordinaria en julio.
Por su parte, los socialistas, aliviados tras su honorable derrota, deben concentrarse más en su reforma interna -imprescindible para adaptarse a los nuevos tiempos y reconciliarse con sus electores-, que en la sustitución del primer secretario del partido, François Hollande, en 2008.
La noticia de la separación de Hollande y la ex candidata socialista en las presidenciales y posible aspirante a secretaria de la formación, Ségolène Royal, muestra sin embargo que la guerra por dirigir el partido y reformar sus bases tal vez no se ha declarado, pero de hecho ya ha comenzado.
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