8 de junio 2007 - 00:00

Se intensifican denuncias de cárceles secretas de la CIA en Europa

Bruselas (ANSA)- La agencia de espionaje norteamericana CIA cometió "acciones ilegales en Europa, secuestrando individuos, deteniéndolos en lugares secretos y sometiéndolos a técnicas de interrogatorio muy cercanas a la tortura", afirmó el senador liberal suizo Dick Marty en su segundo informe sobre el tema, entregado ayer al Consejo de Europa.

Los centros de detención secretos, en particular en Polonia y Rumania, de cuya existencia hay "bastantes pruebas", estaban a cargo "directa y exclusivamente de la CIA". Estas cárceles eran parte del programa de la CIA llamado "Detenidos de Alto Valor" (HVD por su sigla inglesa).

Un vocero de la Comisión Europea, ejecutivo de la UE, atribuyó seriedad a la denuncia, y exhortó a los gobiernos de los países acusados que hagan investigaciones consistentes.

En Polonia y Rumania, dijo Marty, centros clandestinos de detención de la CIA operaron entre 2002 y 2005 con el consenso de los presidentes de ambos países. Su existencia fue señalada también en el primer informe de Marty y en otro presentado al Parlamento Europeo, pero sin pruebas concretas.

El segundo informe entregado ayer, donde se propone que el Consejo de Europa vote una resolución, agrega que Estados Unidos hizo en 2001 un acuerdo secreto con la OTAN para permitir a la CIA detener a personas sospechosas de actividades terroristas en Europa.

Según Marty, hubo una colaboración pública y secreta entre Washington y los aliados europeos, sobre la base del acuerdo estipulado con la OTAN el 4 de octubre de 2001, utilizado "según muchas fuentes concordantes" también como plataforma para acuerdos secretos bilaterales secretos entre Estados Unidos y algunos miembros de la Alianza Atlántica.

Entre las medidas acordadas, según el informe, figuran las autorizaciones para los vuelos militares vinculados con operaciones contra el terrorismo y ayudas a los estados bajo amenaza terrorista.

"En muchos casos las acciones se produjeron con los permisos requeridos, con la protección o asistencia activa de las agencias gubernamentales nacionales", agrega Marty.

Polonia y Rumania reaccionaron ayer negando la existencia de las cárceles secretas en sus territorios.

Las prisiones no existieron y Polonia mantiene su posición al respecto, declaró el vocero del ministro de Exteriores, Robert Szaniawski, quien aseguró que las afirmaciones de Marty al respecto son infundadas. También autoridades rumanas rechazaron las conclusiones del informe de Dick Marty.

La Comisión Europea se dijo "muy preocupada" por el nuevo informe de Marty y pidió que los estados interesados realicen investigaciones "profundas y eficaces lo más rápidamente posible" para establecer la verdad y permitir la indemnización de las víctimas.

Friso Roscam Abbing, portavoz del vicepresidente de la Comisión, Franco Frattini, respondió así a las consultas periodísticas sobre el informe.

"Quiero recordar que según los principios de la Unión Europea la lucha contra el terrorismo debe ser realizada en el respeto a los derechos fundamentales y del estado de derecho", subrayó el vocero, para el cual las acusaciones del informe son "muy serias", y la Comisión las evaluará con la máxima atención.

En cuanto a los traslados de prisioneros, Abing subrayó que son "ilegales" y no deberían formar parte de actividades consumadas en aras de la lucha al terrorismo.

El informe del senador suizo también menciona el juicio que se lleva a cabo en Italia por el secuestro del imán egipcio Abu Omar, que "sufre obstáculos por consideraciones de secreto de estado". Marty subraya que en Italia así como en Alemania se invoca el secreto de estado, lo que causa "un serio obstáculo a la independencia del sistema judicial".

Hasta ayer, hubo cuatro informes del Consejo de Europa y el Parlamento Europeo sobre violaciones a los derechos humanos cometidas por los servicios secretos estadounidenses en Europa.

Los objetivos de ambas investigaciones fueron los vuelos secretos para trasladar detenidos ("extraordinary renditions") y las prisiones secretas ("black sites"). En el marco de las polémicas que estallaron en Europa, en septiembre de 2006 el presidente norteamericano, George W. Bush, admitió la existencia de un programa para detener e interrogar personas señaladas como presuntos terroristas en sitios en el exterior.

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