7 de abril 2005 - 00:00

Se profundiza la crisis en Ecuador

Quito (Reuters, EFE, ANSA) - El presidente de Ecuador, Lucio Gutiérrez, y una facción de la oposición buscaban ayer un mecanismo para reestructurar la Corte Suprema (CSJ), en medio de protestas y la advertencia de que el país podría caer en la anarquía total.

Gutiérrez y partidos opositores, liderados por el poderoso-Partido Social Cristiano (PSC), debatían una vía legal para destituir en el corto plazo a los 31 jueces de la CSJ designados en diciembre por una mayoría legislativa oficialista, a pesar de no tener facultades constitucionales para intervenir al tribunal o posesionar a su cúpula.

La solución para la crisis política que sacude al país, desatada por el control de la CSJ, contemplaría la aprobación de una ley para reducir el número de magistrados a 22 y permitir que un comité integrado por siete organizaciones sociales seleccione esta vez a los magistrados.

«Estamos en camino de llegar a un acuerdo»
sobre esta fórmula legal, confirmó Xavier Sandoval, un influyente diputado del PSC, la principal fuerza política del país y del Parlamento unicameral de 100 miembros. Sandoval explicó que ambos bandos debaten aún la posibilidad de que las reformas se conviertan en normas constitucionales mediante un referendo, una opción presentada por el propio Gutiérrez, quien busca catapultar políticamente su débil gestión con el apoyo que obtenga en las urnas la despolitización del sistema judicial. El anuncio de un posible acuerdo entre Gutiérrez y la oposición ocurrió mientras que en Quito sucedieron por segundo día consecutivo enfrentamientos en el Parlamento y en el máximo juzgado del país entre detractores de la CSJ y la policía, acciones que, de dilatarse una solución, podrían abrir paso a grave una ola de violencia.

En las protestas se ha demandado la salida de Gutiérrez, quien asumió el cargo hace 26 meses, tras liderar en 2000 una rebelión que depuso al presidente Jamil Mahuad, colocando a la democracia a las puertas de una crisis inconstitucional
.

Mientras la Iglesia alertaba que el país «se está haciendo jirones», las fuerzas armadas ecuatorianas advirtieron que no permitirán «que la anarquía se apodere» de la nación.

Los militares rechazaron así la solicitud del ex general y actual alcalde de Quito, Paco Moncayo, quien el martes les pidió que reaccionaran ante la crisis que vive Ecuador.

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