23 de enero 2022 - 09:50

Occidente y los talibanes inician conversaciones centradas en las mujeres y la crisis humanitaria

Noruega aloja la primera conferencia entre las potencias y los fundamentalistas en el poder en Afganistán para buscar una salida a la crisis que amenaza con hambruna a 23 millones de afganos.

La delegación talibana en un jet rentado por Noruega.

La delegación talibana en un jet rentado por Noruega.

Foto: AFP

Una delegación de talibanes, la primera que visita Europa desde el regreso de los fundamentalistas islamistas al poder en Afganistán, inició el domingo en Oslo conversaciones con miembros de la sociedad civil afgana, centradas en los derechos humanos.

Encabezados por su ministro de Relaciones Exteriores, Amir Khan Mutaqqi, los talibanes dedicarán la primera de las tres jornadas de la visita a reunirse con militantes feministas y periodistas.

El lunes, la delegación talibana se reunirá con responsables de Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia y la Unión Europea (UE).

El martes estará dedicado a los contactos bilaterales con las autoridades noruegas.

En la delegación talibana de 15 miembros, todos hombres, que llegó en la noche del sábado a bordo de un avión noruego, figura Anas Haqqani, uno de los jefes de la red Haqqani, considerada por Estados Unidos como un grupo terrorista.

Facilitadas por Noruega, las conversaciones se celebran a puerta cerrada en el hotel Soria Moria, en las afueras de Oslo.

Embed

Ningún país ha reconocido hasta ahora al gobierno talibán en Afganistán y la ministra de Relaciones Exteriores noruega, Anniken Huitfeldt, subrayó que las conversaciones "no constituyen una legitimación ni un reconocimiento".

"Pero tenemos que hablar con las autoridades que dirigen de facto el país. No podemos dejar que la situación política conduzca a un desastre humanitario aún mayor", aseguró.

"La formación de un sistema político representativo, la respuesta a las crisis humanitaria y económica, las preocupaciones de seguridad y antiterrorismo, y los derechos humanos, en particular la educación de las niñas y las mujeres", estarán sobre la mesa, dijo el Departamento de Estado estadounidense.

Los talibanes, que fueron expulsados en 2001 pero volvieron al poder en agosto tras una guerra relámpago, esperan que las conversaciones ayuden a "cambiar la atmósfera de guerra por una de paz", dijo a la AFP el vocero del gobierno islamista, Zabihullah Mujahid.

Desde agosto, la ayuda internacional que financiaba cerca del 80% del presupuesto de Afganistán se detuvo repentinamente y Estados Unidos congeló 9.500 millones de dólares en activos del banco central afgano.

El desempleo se disparó y los funcionarios llevan meses sin cobrar, en un país ya asolado por una grave sequía.

El hambre amenaza ahora a 23 millones de afganos, el 55% de la población, según la ONU, que pidió 4.400 millones de dólares a los países donantes este año.

"Sería un error infligir un castigo colectivo a los afganos solo porque las autoridades de facto no se están comportando bien", reiteró el viernes el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

A pesar de las promesas, las mujeres están excluidas de los puestos de trabajo en la administración pública y la mayoría de escuelas secundarias para niñas siguen cerradas.

Nargis Nehan, exministra afgana de Minas y Petróleo, ahora refugiada en Noruega, se negó a participar en las conversaciones, por temor a que "normalicen a los talibanes, los fortalezcan sin que cambien nada".

El analista político Davood Moradian criticó la iniciativa de paz que considera un "espectáculo" para el país anfitrión.

"Acoger a un alto cargo talibán ensombrece la reputación de Noruega como país que se preocupa por los derechos de las mujeres, mientras los talibanes han instaurado de facto un apartheid de género", afirmó.

Dejá tu comentario

Te puede interesar