9 de junio 2008 - 00:00

Teme Irán ataque de EE.UU. desde Irak

Mahmud Ahmadinejad
Mahmud Ahmadinejad
Teherán (EFE) - El presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, expresó ayer su apoyo al Gobierno del primer ministro iraquí, el chiita Nuri al-Maliki, quien le aseguró, por su parte, que no permitirá que la República Islámica sea atacada desde el territorio de Irak.

Al-Maliki, de visita oficial en Teherán desde el sábado, informó al mandatario iraní sobre el acuerdo que Bagdad tiene previsto firmar con EE.UU. para regularizar la presencia militar norteamericana en el territorio iraquí después de que expire el mandato de la ONU en Irak, a fines de 2008.

El régimen de Teherán ha mostrado una especial preocupación por ese acuerdo, y los medios de comunicación oficiales han emitido en los últimos días varios programas y comentarios en los que se advierte de que el pacto «garantiza una permanente presencia militar estadounidense» en el país vecino.

Irán, con especial influencia sobre la mayoritaria comunidad chiita de Irak, vincula su cooperación para el restablecimiento de la seguridad en ese país a que Washington fije un calendario para la retirada de sus tropas del territorio iraquí.

  • Favor

    «No permitiremos que Irak se convierta en un lugar para perjudicar la seguridad de Irán», dijo Al-Maliki en Teherán, y afirmó que «todos los grupos iraquíes (sunitas, chiitas y kurdos) están a favor de la promoción de las relaciones con Irán», según la televisión Al-Alam.

    Por su parte, Ahmadinejad instó a la comunidad internacional, especialmente los « países vecinos de Irak» a apoyar al Gobierno de Al-Maliki, y a «actuar a favor de la seguridad y la estabilidad iraquí». En su opinión, el restablecimiento de la seguridad en Irak «eliminaría los pretextos de los enemigos y no les permitiría intervenir en los asuntos iraquíes», según la agencia IRNA.

    El gobernante iraní ha responsabilizado en varias ocasiones en el pasado a las «tropas de ocupación» de la inseguridad en Irak, así como del conflicto sectario entre chiitas y sunitas en ese país.

    «Es necesario que la situación de seguridad en Irak alcance un buen nivel, ya que ello llevaría a los enemigos a dejar de intervenir en sus asuntos», recalcó ayer Ahmadinejad.

  • Soberanía

    La seguridad de Irán e Irak y el acuerdo que Bagdad negocia con EE.UU. centraron, asimismo, la reunión que los ministros de Defensa de los dos países, Mostafa Nayar y Abdelqader al-Abidi respectivamente, mantuvieron ayer en Teherán. Al-Abidi declaró tras la reunión que el Gobierno de Bagdad «no firmará ningún acuerdo que perjudique la soberanía y la independencia de Irak».

    Aunque se desconocen los detalles del futuro pacto iraquíestadounidense, la televisión Al-Alam informó ayer en su página web, citando al diario británico «The Independent», que EE.UU. «busca mantener 50 bases militares de forma permanente en el territorio iraquí». Además, asegura que Washington «quiere controlar el espacio aéreo iraquí y garantizar la inmunidad ante la ley iraquí para los militares y los contratistas estadounidenses». Esa presencia extendida de EE.UU. en el Golfo Pérsico cobra mayor importancia en la medida en que crece la tensión por el plan nuclear iraní, sospechado por Occidente de tener fines bélicos.

    Periódicamente, Ahmadinejad alude al fin de Israel, país que el fin de semana respondió advirtiendo que cualquier acción armada iraní conllevaría la «destrucción» de ese país.

    Fuentes diplomáticas en esta capital indicaron que Al-Maliki trató de conseguir que Irán reanude las negociaciones sobre la seguridad de Irak con EE.UU. El premier busca, por otro lado, la aplicación de los acuerdos firmados con Irán para la rehabilitación de algunas redes eléctricas en Irak y afianzar la cooperación comercial bilateral.

    Al-Maliki será recibido mañana por el líder supremo iraní, Ali Khamenei, antes de concluir su visita de tres días a Irán, la segunda este año a la República Islámica.
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