4 de marzo 2020 - 13:52

Un migrante muerto por la represión en la frontera entre Grecia y Turquía

Recibió un balazo en el pecho. Otros cinco migrantes resultaron heridos por disparos desde el lado griego. Turquía denunció la violación de derechos humanos.

Grecia decretó un estado de emergencia que facilita las detenciones sumarias.

Grecia decretó un estado de emergencia que facilita las detenciones sumarias.

Foto: Reuters

Un migrante murió y otros cinco resultaron heridos este miércoles en la frontera entre Turquía y Grecia en una nueva jornada de represión por parte de las fuerzas de seguridad griegas, mientras que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, denunció la violación de derechos humanos por parte del gobierno de Atenas.

Por tercer día consecutivo, los agentes griegos arrojaron gas lacrimónegno y balas de goma contra miles de migrantes que protestaron contra la colocación de alambres de púas y vallas para impedir su ingreso a Europa. Turquía denunció que, además, en esta jornada, emplearon munición real.

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La delegación provincial del Gobierno turco en Edirne informó que “seis hombres han resultado heridos: tres por disparos en el pie, uno en la ingle, otro en la cabeza y otro en el pecho”. Este último, fue atendido en el lugar de los hechos y luego trasladado en ambulancia al hospital de la Universidad de Tracia, donde perdió la vida, publicó el diario español El País.

Stelio Petsas, vocero del gobierno griego, rechazó categóricamente que sus fuerzas hayan herido o matado a los migrantes apostados en la frontera.

"No hay tal incidente con fuego de las autoridades griegas", aseveró Petsas y denunció que las autoridades turcas "crean y dispersan noticias falsas".

Turquía alberga a más de 4 millones de refugiados, en su inmensa mayoría sirios, pero hasta ahora les impedía salir en virtud de un acuerdo con la Unión Europea (UE) por el que recibe miles de millones de euros para asistir a los migrantes en su territorio.

Pero un reciente recrudecimiento de la guerra en Idleb, en el norte de Siria, llevó a Erdogan a abrir las fronteras para presionar a la UE para que tome una posición de apoyo en ese conflicto.

Migrantes en la frontera entre Turquía y Grecia

"Hoy cualquier país europeo que busca frenar a los refugiados, cerrar sus fronteras, golpearlos y hundir sus barcos está violando la declaración derechos humanos universales", afirmó durante un acto.

"Grecia hunde botes de goma, y deja que los niños mueran a bordo", fustigó Erdogan en un discurso ante un grupo de parlamentarios de su partido AKP, en Ankara.

"Hemos abierto las puertas a los migrantes que quieren ir a Europa. Esta decisión está en línea con el derecho internacional. Invitamos a todos los países de la UE, y en particular a Grecia, a respetar a los refugiados que llegan a su territorio, de conformidad con la Declaración Universal de derechos humanos", agregó.

En la frontera entre Turquía y Grecia hay la menos unas 20.000 personas, muchas de ellas mujeres y niños, deambulando a la espera de poder ingresar a territorio europeo.

La decisión de Turquía indignó a muchos países europeos, entre ellos Grecia y Francia, que ayer acusaron al gobierno de Erdogan de "chantaje" y de alentar de modo deliberado a desesperados migrantes a ingresar de manera ilegal a territorio de la UE.

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La frontera marítima de Grecia con Turquía también se vio presionada en los últimos días, con cientos de personas dirigiéndose a las cercanas islas griegas en botes, informaron medios locales.

Un niño murió a principios de esta semana cuando volcó el bote de goma en el que se trasladaba hacia la isla de Lesbos junto a otras personas.

Grecia dijo que la situación amenaza su seguridad nacional e impuso medidas de emergencia como deportaciones exprés y congelar las solicitudes de asilo durante un mes.

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