Un alienado puso en riesgo al Papa
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Benedicto XVI siguió saludando ayer a la multitud que lo vivaba en la plaza de San Pedro,
ajeno a que un desequilibrado acababa de poner a prueba a su custodia. El intruso fue
interrogado e internado en un hospital neuropsiquiátrico.
10.30 hora local, antes de dirigir su mensaje a los fieles. Después del atentando cometido por el terrorista turco Mehmet Ali Agca, quienes acuden a esos encuentros tienen que pasar por un control de seguridad. Según precisó ayer el Vaticano, un hombre armado no podría entrar en el recinto. De complexión más bien corpulenta y vestido con pantalón corto, camiseta y gorra, el joven saltó la barrera de seguridadque mantiene a distancia a la multitud en el sinuoso recorrido del papamóvil en la plaza de San Pedro e intentó subirse a la parte de atrás del auto descubierto.
En ese momento fue reducido por varios miembros del servicio de orden vaticano, entre ellos guardaespaldas de la Guardia Suiza papal vestidos de civil, que lo agarraron cuando todavía estaba alzándose sobre las vallas y lo tiraron al suelo. Antes de su internamiento, lo llevaron ante el juez único del pequeño Estado, Gianluigi Marrone, precisó el Vaticano.
Benedicto XVI, que como es costumbre en esos desplazamientos iba de pie, siguió saludando normalmente a los peregrinos.
Se trata del primer incidente de este tipo desde el inicio de su pontificado, el 19 de abril de 2005.
Aunque lo ocurrido ayer no pasó de una anécdota, el hecho recordó el atentado que sufrió su predecesor, Juan Pablo II, en la misma plaza de San Pedro hace 26 años.
El 13 de mayo de 1981, concretamente, el papa polaco fue alcanzado por un disparo del turco Ali Agca, que lo hirió de gravedad cuando iba a bordo de un coche descubierto en su multitudinaria audiencia general. El mes pasado, el Vaticano colocó una placa de mármol conmemorativa en la parte derecha de la plaza, donde ocurrieron los hechos.
El 25 de enero de 1989, otro joven, el inglés Joseph Mc Govern, de 23 años, también intentó abalanzarse sobre Juan Pablo II mientras gritaba que era «el hijo de Dios».
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