24 de noviembre 2006 - 00:00

Una multitud contra Hizbollah

Una masa humana acompaña el féretro del asesinado Pierre Gemayel horas antes de quese realice su funeral. El crimen fortaleció al bloque opositor a Siria, país señalado como elresponsable del hecho.
Una masa humana acompaña el féretro del asesinado Pierre Gemayel horas antes de que se realice su funeral. El crimen fortaleció al bloque opositor a Siria, país señalado como el responsable del hecho.
Beirut (EFE, AFP, Reuters, ANSA) - El Líbano ofreció ayer exequias populares a Pierre Gemayel, el ministro de Industria cristiano asesinado el martes, en una concentración que reunió a cientos de miles de personas en Beirut y que se transformó en una manifestación contra la oposición aliada de Damasco, que incluye a Hizbollah.

Una marea humana que ondeaba banderas rojas y blancas con el cedro verde, símbolo del país, se congregó en la gran Plaza de los Mártires, en el centro de la capital, cerca de la catedral de San Jorge de los Maronitas, donde se celebró el funeral.

Los asistentes escucharon el cargamento de consignas contra Siria que lanzaron los dirigentes libaneses, quienes desfilaron uno tras otro sobre un altar protegido por un cristal antibalas.

Los oradores prometieron que el asesinato de Gemayel no quedará impune. «No abandonaremos hasta que hayamos llevado a los asesinos a la Justicia», afirmó el ex presidente Amin Gemayel, padre del difunto, antes de reclamar la renuncia del presidente Emile Lahud, próximo a Damasco.

Gemayel se unió a «los otros mártires que habían rechazado el régimen de la tutela, muertes y asesinatos», recalcó el líder druso Walid Jumblatt, en alusión a los años de dominio sirio sobre el Líbano (1976-2005).

En la marcha en la que participaron centenares de miles de personas se abucheó a Siria, a la vez que varios participantes pisotearon pancartas con las fotografías de Lahud y del jefe del Estado sirio, Bachar al-Assad. «¡Saquen el dinero de Bachar de Baabda!» ( palacio presidencial libanés), gritaban los asistentes.

Las fuerzas de seguridad y el ejército blindaron varios sectores de Beirut, cuyas vías de entrada registraron fuertes embotellamientos. En la catedral se rindió homenaje al ministro asesinado, de 34 años, cuyo ataúd fue transportado a través de la multitud y acompañado por su familia hasta ser colocado frente al altar.

  • Oficiante

    El patriarca maronita Nasrallah Sfeir ofició el servicio, con cantos religiosos, según el antiguo ritual siríaco. Leído en francés, un mensaje del papa Benedicto XVI denunció el «acto incalificable» que costó la vida a Pierre Gemayel. En las primeras filas ocuparon su lugar el presidente del Parlamento, Nabih Berri; el jefe de la mayoría parlamentaria antisiria, Saad Hariri, con los ojos llenos de lágrimas; Walid Jumblatt y el primer ministro, Fuad Siniora, sentado al lado del ministro francés de Relaciones Exteriores, Philippe Douste-Blazy. El presidente Lahud estuvo ausente de la ceremonia.

    El ataúd fue enviado después a la localidad de Bikfaya, cuna de la poderosa familia maronita de los Gemayel, donde el difunto fue inhumado en el panteón de su familia.

    La muerte de Pierre Gemayel, ministro de Industria y diputado de la mayoría, disparó los temores de una nueva desestabilización en el Líbano. Los llamados a la calma, provenientes de la clase política, se multiplicaron desde el martes, mientras que los líderes antisirios señalaban la mano de Damasco detrás de este asesinato. Siria desmintió cualquier implicación. Gemayel es la quinta personalidad antisiria asesinada desde el atentado que costó la vida, el 14 de febrero de 2005, al ex primer ministro Rafic Hariri. Un mes después, el 14 de marzo, una manifestación de un millón de personas en el centro de Beirut precipitó la evacuación de las tropas sirias del Líbano después de 29 años de presencia. El sector antisirio actualmente en el poder, del que formaba parte Gemayel, llamó a los libaneses de todas las regiones a reunirse en Beirut para «exequias populares» y para hacer de esta jornada un nuevo 14 de marzo de 2005. La mayoría política reclama en particular la creación de un tribunal internacional para juzgar a los asesinos de Rafic Hariri.

    «Un tribunal internacional ya» y «La verdad» rezaban las pancartas que llevaba la multitud. El proyecto para esta instancia, reclamada por el gobierno libanés, fue validado el martes por el Consejo de Seguridad de la ONU, que decidió aportar un apoyo técnico para investigar asimismo sobre la muerte de Gemayel.
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