Mientras la multinacional Bridgestone gestiona ante el gobierno de Javier Milei el visto bueno para aplicar un plan de 290 despidos en Argentina, la casa matriz toma acciones a nivel internacional que dejan descolocada a la filial argentina en esa negociación.
- ámbito
- Negocios
Bridgestone: nuevas decisiones globales relativizan sus argumentos para concretar más despidos en Argentina
La multinacional japonesa lanzó un plan de recompra de acciones por u$s2.000 millones, en el marco de un plan de ajuste para aumentar los beneficios de los accionistas.
-
Crisis en Bridgestone: el sindicato sumó un nuevo argumento contra el plan de la empresa para aplicar más despidos
-
Crisis de Bridgestone: el Ministerio de Trabajo emitió un dictamen negativo para la empresa y la discusión entró en etapa de definiciones

Bridgestone está aplicando una reducción de costos que afecta sus operaciones en Europa, Estados Unidos y América latina.
Ocurre que la compañía argumenta en Argentina que está obligada a reducir sus operaciones debido a un contexto económico nacional adverso que está afectando su rentabilidad. Y para eso pide autorización a la Secretaría de Trabajo para reabrir el Procedimiento Preventivo de Crisis por el cual ya concretó más de 400 despidos el año pasado.
El gremio, por su lado, plantea que ese pedido es ilegal y denuncia que no existen las condiciones negativas que describe la empresa. Incluso, la Unidad de Crisis de la cartera laboral emitió un dictámen que aclara que Bridgestone no presentó documentación suficiente para acreditar la supuesta situación de emergencia.
En tanto, desde el exterior se van sumando elementos que ponen en duda la realidad del escenario nacional que plantea la compañía. Y remiten en realidad a un plan puesto en marcha por la casa central en Japón para aplicar un programa de recorte de gastos, con cierres de plantas y despidos, en varios de los mercados donde está presente.
El dato más reciente sobre la existencia de un plan global de ajuste en Bridgestone se conoció este lunes: la empresa lanzó un plan de recompra de acciones propias por u$s2.000 millones que mantendrá hasta el 23 de diciembre próximo.
La recompra representa el 11% del capital accionario de la compañía. Apenas se conoció la noticia, el precio de las acciones registró una suba de casi 6%. Y aunque en los días posteriores el valor de papel corrigió levemente hacia la baja, actualmente está en uno de los niveles más altos de los últimos cinco años, con un incremento acumulado de 47%.
El impacto positivo del anuncio fue lo suficientemente fuerte como para impulsar el precio de las acciones a su mayor suba intradiaria desde agosto de 2024, a pesar de que las previsiones de beneficios operativos y de ingresos netos para el año que comienza fueron inferiores a las estimaciones de los analistas.
Esta medida forma parte de la estrategia de Bridgestone para garantizar a sus accionistas un piso de beneficios de u$s3.300 millones para 2026.
Como parte de ese mismo plan, según informó en enero pasado la compañía al Nikkei, se propone lograr antes de finales de 2025 una reducción de costos equivalente a u$s660 millones.
Esta medida incluye el cierre de plantas en Europa, que Bridgestone atribuye al impacto de una disminución en la demanda de vehículos eléctricos en la región. Y también otras medidas que afectan las operaciones en países como Argentina, Estados Unidos yBrasil.
Un elemento nuevo para la discusión en Argentina
Como parte de la discusión local ante el pedido de Bridgestone de reabrir el PPC, el Sindicato Unico de Trabajadores del Neumático Argentino que conduce Alejandro Crespo puso sobre la mesa de discusión un dato que complicó la justificación empresarial de una crisis en su operación argentina: la filial de Estados Unidos informó el cierre de una fábrica en la ciudad de Nashville, Tennessee, como parte de un “Plan de negocios de mediano plazo” que abarca el período 2024-2026.
Bridgestone indicó que el cierre de esa fábrica ayudará a la empresa a “optimizar su presencia comercial y fortalecer su competitividad”.
En la comunicación de esa medida, que implica el despido de 700 trabajadores en ese país, Bridgestone admitió que como parte del mismo procedimiento “la empresa está llevando a cabo actividades de reconstrucción comercial en sus operaciones de América Latina, que incluyen esfuerzos de optimización de costos junto con reducciones en la fuerza laboral y la capacidad de producción en sus instalaciones y operaciones comerciales en Argentina y Brasil”.
Además, Bridgestone anunció reducciones de capacidad y de personal en su planta de neumáticos para vehículos agrícolas en Des Moines, Iowa, y reducciones adicionales de personal a nivel corporativo, de ventas y operaciones en Estados Unidos.
“Las reducciones de personal están impactando a nuestras ventas, operaciones y equipo corporativo en el continente americano, donde se necesita un realineamiento de los niveles de personal en respuesta al desafiante entorno económico”, indicó en un correo electrónico Emily Weaver, portavoz de la compañía.
Así, la existencia de un plan general de ajuste de Bridgestone a nivel global relativiza los dichos de la filial Argentina, que culpa a la crisis local por el ajuste en marcha. De hecho, la Unidad de Crisis que analiza el pedido de la empresa de neumáticos admitió formalmente que la empresa en Argentina no logró documentar el supuesto deterioro económico de su actividad para justificar el pedido de reapertura del PPC.
Ese documento expresa que “…corresponde señalar que la documentación presentada por la firma no acreditaría el deterioro económico, ni la evolución desfavorable respecto al Procedimiento Preventivo de Crisis previamente concluido en el año 2024…”
Ante eso, el SUTNA planteó: “En el mismo dictamen se le solicita nuevamente a la empresa más documentación, al tiempo que omite el incumplimiento de la empresa de acompañar otra documental que ya le fue requerida previamente, pero es claro que lo que debería ocurrir es el inmediato rechazo sin más demoras de este improcedente pedido”.
Dejá tu comentario