Susan Powter fue una de las mujeres más influyentes del fitness en los años 90. Con su estilo energético, su cabeza rapada y frases icónicas, construyó un imperio que generó millones de dólares a través de libros, videos y programas de televisión. Sin embargo, tres décadas después, la otrora gurú del bienestar vive una realidad muy distinta.
De ganar millones como gurú fitness a ser repartidora para vivir: la historia de Susan Powter
Una historia muy particular, que demuestra que después del éxito y la caída, hay lugar para la reinvención.
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La historia de Powter es una de esas que resumen la volatilidad del éxito en la era mediática. Pasó de llenar estadios y vender miles de copias de sus rutinas de ejercicio, a perder casi todo por malas inversiones y decisiones financieras erróneas. Hoy, a los 67 años, reconoce que ya no le avergüenza trabajar en lo que sea necesario para salir adelante, como repartidora de una conocida aplicación.
El ascenso de Powter como un ícono de los 90
Susan Powter nació en Sídney, Australia, en 1957, y emigró junto a su familia a Estados Unidos siendo aún niña. Su juventud no fue fácil: atravesó situaciones de abuso y dificultades familiares que marcaron profundamente su carácter. Pero su verdadera transformación comenzó después de su segundo embarazo, cuando decidió cambiar radicalmente su estilo de vida para recuperar su salud física y mental.
En los años 90, Powter se convirtió en un fenómeno cultural gracias a su mensaje directo, su carisma y una estética inconfundible: cabello completamente rapado, voz potente y un discurso de empoderamiento femenino a través del ejercicio. Su libro “Stop the Insanity!” se convirtió en un éxito editorial y la llevó a tener su propio programa de televisión. Con contratos millonarios, giras, y presencia constante en medios, se posicionó como una de las figuras más reconocibles del fitness en la década.
En su pico de popularidad, vivía rodeada de lujos y reconocimiento. Vendió más de 10 millones de copias de sus materiales audiovisuales, acumuló propiedades y disfrutó de una vida de celebridad. Su mensaje, que mezclaba bienestar físico con autoestima, conectó con una generación de mujeres que buscaban independencia y una nueva forma de cuidarse.
Las malas decisiones que la llevaron a perder sus millones
Pero el éxito no duró para siempre. Powter reconoció años después que su falta de conocimientos financieros y algunas malas decisiones la llevaron a la ruina. Según relató en entrevistas recientes, confió en asesores que mal administraron su dinero y, al mismo tiempo, intentó sostener un estilo de vida que ya no podía costear. Con el paso del tiempo, sus negocios se desmoronaron y los ingresos desaparecieron.
Hoy, Susan Powter vive en Albuquerque, Nuevo México, y trabaja como repartidora de Uber Eats. Aunque su realidad cambió por completo, conserva la energía y el optimismo que la hicieron famosa. En declaraciones a The Daily Mail, aseguró que no siente vergüenza de su presente: “He pasado por cosas peores. Esto también es parte de la vida”, afirmó. Su historia, que alguna vez simbolizó los millones del éxito, hoy representa la resiliencia de empezar de nuevo.
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