En una nueva edición del ciclo Ámbito Debate, especialistas y referentes del sector disertaron sobre Finanzas e Inversiones. El evento, llevado a cabo en la moderna torre Lex Tower, estuvo integrado por cuatro bloques en los que se abordaron, entre otros aspectos, la inclusión financiera, el impacto de las tecnologías y las alternativas de inversión.
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"Hoy en día la gente está buscando salidas rápidas, tecnológicas"
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Hernán Braude: "El desafío es contar con las capacidades para transitar el proceso de transformación digital"
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Andrés Pallaro: "Los trabajos del futuro son los que hay que dibujar, crear y darles forma"
El primer panel fue moderado por el director periodístico de Ámbito Julián Guarino y contó con la participación de Guillermo Jejcic, Director de Banca Minorista y TI de Itaú Argentina; Maximiliano Coll, Subgerente general de banca minorista del Banco Ciudad; Javier Timerman, Co-fundador de Banza; y Marcelo Delfino, Director de la Especialización en Finanzas Corporativas de Universidad Siglo 21.
Al analizar el impacto de la transformación digital en el modelo del negocio, Timerman se refirió al origen de Banza y cuál es su rol: “Nosotros en Adcap Grupo Financiero siempre nos especializamos en el sector corporativo e institucional. Cuando empezamos a ver como queríamos encarar ese negocio, pensando en la historia de cómo en el mundo han ido desarrollándose las inversiones personales, nos dimos cuenta que hoy en día la gente está buscando salidas rápidas, tecnológicas. Los inversores quieren tener la capacidad de tomar las decisiones rápido, a través de una plataforma que funcione y sea de confianza. Con eso, tratamos de desarrollar algo que faltaba en el mercado: una combinación entre un bróker tradicional, que da asesoría, y transformarlo a la realidad actual, con mecanismo tecnológicos rápido, para poder darlo en una plataforma. Queremos darle al cliente el servicio que en su momento le daba un bróker full service”.
“El cliente está cambiando y todas las industrias estamos viviendo ciertas disrupciones con la posibilidad de usar la tecnología para mejorar las experiencias de los clientes. Y la banca tradicional se está transformando también. Porque el consumidor pide algo nuevo”, explicó por su parte Jejcic, quien remarcó: “Y los bancos estamos desarrollando dos modelos que se combinan, entre lo físico y lo digital, porque hay ciertas cosas que el cliente quiere solucionar de manera presencial. En ese sentido, el banco desarrolló soluciones como Cuenta Chat, con el WhatsApp, donde encontramos que el usuario se sentía familiarizado con el entorno y podía solucionar distintos aspectos. El espíritu que busca la industria es satisfacer a un usuario que está demandando nuevas soluciones. Y quien no se transforma, va a quedar en el camino. Hay que buscar el equilibrio sano entre la digitalización, pero sin perder la calidad humana en algunas experiencias”.
Hacer foco en el tratamiento personalizado, más allá del uso de la tecnología, es clave. Así lo señaló Coll: “Tenemos una política de tener todos los canales disponibles. El cliente valora mucho la posibilidad de tener la atención personalizada. Con la tecnología es más fácil transaccionar, porque se ve que los clientes entran muchas más veces al banco. Ahora se puede consultar tu saldo cuando querés y donde querés. Hay gente que opera a las 3 de la mañana. Eso es porque tiene la facilidad para hacerlo. Pero nuestros clientes valoran que, cuando lo necesitan, tienen la posibilidad de hacerlo personalmente”.
En ese escenario, un aspecto fundamental es que las personas conozcan las herramientas, se familiaricen con las distintas posibilidades de inversor. Y la educación, en ese aspecto, es clave. “Las universidades, en particular la nuestra, tienen la misión de capacitar y educar, hacer conocidas estas herramientas para que sean aplicables en las prácticas. En nuestros programas siempre tenemos las últimas herramientas, que tratamos de mostrar y enseñar para que se posibilite el uso. Muchas veces no se usa lo que no se conoce, y hay herramientas que es importante que hagamos capacitación para que sean conocidas. El desarrollo pasa por la educación. Es fundamental la educación”, comentó Delfino.
Y detalló: “Con lo cual, nuestra visión es capacitar y educar para que pueda desarrollarse el sector privado, el público y la economía. Tenemos muchos programas ejecutivos, diplomaturas, que van enfocados a distintos actores. Lo mismo los programas ‘in company’. En los programas de posgrado tenemos un mix de público, que va desde el estudiante que recién se recibe, hasta empresarios pymes, gerentes, emprendedores, que buscan herramientas para desarrollarse y tener un mejor beneficio. Tenemos una diversidad de programas en distintos ámbitos”.
La tecnología, a fin de cuentas, puede ser un puente para la educación y la inclusión financiera. Al respecto, Timerman sostuvo: “Lo que queremos hacer en Banza es mostrarle la facilidad y la importancia de invertir al cliente. Se necesita educar a la gente para que pueda dedicarle lo poco o mucho que pueda ahorrar a entender que puede invertir”.
“Desde el punto de vista de los profesionales, tenemos una calidad superior a la media de otros países. No sólo desde el aspecto financiero, también en lo vinculado a la tecnología. Hay un grupo de usuarios o consumidores que también tiene un nivel de conocimiento de ciertas herramientas financieras superiores a otros países, pero en Argentina hay un trabajo para hacer en educación financiera en la base de la pirámide”, explicó por su parte Jejcic, quien remarcó: “Estamos transcurriendo en la primera parte de lo que sería la inclusión financiera. Lanzamos recientemente una cuenta de educación financiera, porque cuando lanzamos Cuenta Chat, mucha gente desconocía por ejemplo qué es un Fondo Común de Inversión. Hay un trabajo muy fuerte para hacer en ese aspecto. Y es algo que no responde solo al gobierno o universidades, sino a todos los actores”.
Uno de los principales déficits que remarcaron los especialistas es la educación de base. Así lo graficó Delfino: “Con el tiempo, cambió la educación. Hace muchos años, en la escuela secundaria se enseñaban herramientas de educación financiera. Pero ahora es algo que recién se ve en la educación universitaria. Deberíamos tenerlo como educación básica de la escuela. Nosotros cuando empezamos con los programas de grado, vemos un déficit en la formación financiera y la matemática. Sumado a que nos encontramos con una pospandemia, que fueron dos años difíciles, donde se hizo lo que se pudo”.
En ese contexto, Coll señaló uno de los proyectos que lleva adelante el Banco Ciudad: “En la escuela secundaria nos encontramos con chicos que son nativos digitales, pero que tienen muy poco conocimiento de instrumentos financieros. Entonces lanzamos un programa, en el que vamos a las escuelas y damos tres horas cátedras, teóricas y prácticas, donde damos cuentas a los alumnos, cómo se hace una cuenta, un plazo fijo. Los chicos se bajan las aplicaciones y empiezan a operar. Está teniendo mucha aceptación. De hecho, en la currícula de la Ciudad de Buenos Aires se incorporó educación financiera. Es necesario romper esa barrera de conocimiento de instrumentos financieros básicos. Esas cuentas que abrimos se mantienen activas, los chicos las empiezan a usar, por ejemplo para el viaje de egresados, para ahorrar. Estamos contentos porque es nuestro granito de arena y de a poco ir sembrando estas cuentas”.
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