Cuáles son las claves para evitar que su empresa sea víctima de actividades ilícitas
Existen una serie de pasos que pueden implementarse en primera instancia para emprender el camino hacia una verdadera integridad organizacional y transparencia en los negocios.
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Hoy nos enfrentamos a una economía cada vez más globalizada que nos obliga a reinventarnos casi a diario. Años atrás, competíamos únicamente con nuestros pares locales, pero hoy estamos sujetos a una competencia global.
Que el mundo esté cada vez más interconectado no sólo significa que debemos mejorar nuestros productos y servicios para sobresalir en un mercado supremamente saturado y competitivo. También que las empresas deben cuidar aún más su reputación y establecer un Programa de Integridad que mitigue los riesgos de ser víctimas de sucesos ilícitos a través de un conjunto riguroso de acciones, mecanismos y procedimientos internos que se adopten a lo largo y ancho de la organización.
Contar con un programa de esta naturaleza es clave para prevenir, detectar y corregir las irregularidades y delitos de corrupción que pueden estar llevándose a cabo al interior de la organización. No es fácil hacerlo; no hay una receta que se adapte a todas las compañías. Por el contrario, la implementación de este plan debe tener como eje central la realidad de la empresa, su organización y dimensión, capacidad económica y los riesgos propios de la industria a la que pertenece.
Aún así, sí existen una serie de pasos que pueden implementarse en primera instancia para emprender el camino hacia una verdadera integridad organizacional y transparencia en los negocios. Aquí se los comparto:
Contar con un sólido programa de auditoría interna: Este deberá contemplar, entre otros aspectos, un conjunto de reglas y procedimientos específicos para prevenir prácticas ilícitas en el ámbito de concursos y procesos licitatorios. Además, la compañía deberá contar con especialización en investigación de fraude y en la detección de actividades al margen de la ley.
Tener una efectiva política de due diligencepara los clientes: Saber quiénes son los clientes de la empresa, cuál es su reputación en el mercado, qué es lo que hacen y cómo conducen su negocio es fundamental. Años atrás sólo importaba vender; sin embargo, si hoy en día un cliente tiene una mala reputación, se cae en el riesgo de contagio, al ser asociado con sus malas prácticas o, en un caso peor, involucrado con las mismas.
Saber quiénes son nuestros proveedores: En años anteriores, el foco del negocio estaba direccionado a comprarle al proveedor que ofreciera los precios más bajos y con la calidad adecuada. Hoy, además, el proveedor tiene que mostrar que posee una buena reputación y a la hora de adquirir sus productos es clave consultar si cuenta con un correcto Programa de Integridad.
Hacer negocios con un proveedor que se encuentra envuelto en temas de corrupción también puede traer problemas al contratante, dañando la imagen de su empresa por añadidura, con implicancias que podrían, incluso, dejarlos fuera del mercado.
Conocer a tus empleados: Es indispensable conocer cuál es el background de los colaboradores, así como su reputación en términos profesionales. Es clave tener en cuenta que la mayoría de los fraudes son cometidos internamente (ya sea por acción u omisión del funcionario interviniente). También se ha demostrado que si un fraude no se investiga, genera un mensaje negativo dentro de la organización. Por esta razón, el conocimiento de los funcionarios es un elemento fundamental a la hora de contar con un sólido Programa de Integridad.
Implementación de un código de ética: El propósito de este documento interno es enunciar las normas y principios éticos que deben inspirar la conducta y actividad de los miembros de la compañía. Dichas normas y principios tienen su fundamento en la responsabilidad de cada funcionario hacia la sociedad.
Capacitaciones internas: Es necesario brindar capacitaciones periódicas sobre el Programa de Integridad a directores, administradores y empleados en general. Es fundamental que este abarque a toda la organización y no sólo a los directivos.
Antes de terminar, es vital mencionar que la implementación de un Programa de Integridad eficiente requiere de una cultura corporativa edificada sobre la ética empresarial. Construirla no es fácil; supone embarcar a la empresa en un largo viaje, donde la honestidad será la brújula que ayude a mantener el rumbo.
(*) Director ejecutivo asociado de la Práctica de Investigaciones y Disputas de Kroll
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