10 de agosto 2021 - 20:33

La pyme que sorteó la pandemia y se expande fabricando contenedores de residuos reciclables

En la actualidad Modulmet no se dedica solo a la fabricación de contenedores de distintos tamaños. También fabrica tanques de combustibles para helicópteros, embarcaciones, tanques de agua, boyas y balizas marítimas, y palets plásticos, entre otros productos.

Actualmente Modulmet desarrolla máquinas para rotomoldeo computarizadas, de última generación y de grandes dimensiones.
Actualmente Modulmet desarrolla máquinas para rotomoldeo computarizadas, de última generación y de grandes dimensiones.

En pandemia muchas pymes se vieron obligadas a cerrar debido a la falta de actividad. Además, el encarecimiento del dólar fue un fuerte golpe para las industrias que necesitaban insumos del exterior para seguir funcionando. Sin embargo, otras se adaptaron, le encontraron la vuelta, y no solo siguieron funcionando en el difícil contexto sino que además crecieron.

Es el caso de Modulmet, una empresa familiar que se dedica la fabricación de máquinas para rotomoldeo, matricería y producción de piezas plásticas y que desde la Ciudad se expande en el interior bonaerense fabricando y vendiendo contenedores de 1100 litros, para camiones de basura de carga trasera que, además, son reciclables y más económicos que los importados. Hoy le vende a varios municipios y elabora casi íntegramente su producción con insumos locales.

Modulmet nació en 2003 del ingenio de Dante Marcucci, quien tuvo la iniciativa de trabajar los contenedores. Parte del proceso vino desde Italia, desde donde se “importó” la idea de la matricería y el modelo. “El proceso de rotomoldeo es más lento que el de inyección que se utiliza en Europa, pero también más barata la inversión inicial”, explica a Ámbito Bruno Guazzini, yerno de Dante, quien se encarga de la difusión de los productos. Además, permite que el plástico que se utiliza en la fabricación se pueda reciclar.

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Dante Marcucci en sus comienzos hace más de 10 años, con su primer molde de pelotas rotomoldeadas.

Dante Marcucci en sus comienzos hace más de 10 años, con su primer molde de pelotas rotomoldeadas.

Hasta 2019, el valor bajo del dólar le impedía a esta empresa competir con los importadores porque el costo de producción era un 20% que fabricar en la Argentina. Tras la disparada del tipo de cambio que se produjo a final de ese año, más la gestión en el proceso, hicieron a la empresa competitiva y con una importante expansión. Una de las claves fue conseguir un proveedor local de la materia prima reciclable. Y ahora sumó un aliado para aumentar la producción, a la que le ofrecerá el know how y la matricería para contar con stock suficiente para abastecer de forma inmediata la demanda.

Uno de los objetivos hoy de Modulmet es entrar al negocio en la Ciudad. Mientras tanto, Bruno viaja por el interior de la Provincia ofreciendo su producto. De hecho, una de las licitaciones que ganó fue en Chivilcoy donde lograron ofrecer un precio menor al que presentó un competidor que importaba los contenedores desde Brasil. Otro agregado que ofrece a sus clientes es que al ser reciclables pueden entregar algunas unidades en mal estado para canjearlas por una nueva recuperada con el mismo plástico.

Uno de los problemas que tenía la producción local es que el plástico importado está atado no solo al precio del dólar, sino también al del petróleo.

Bruno viene de una familia que sabe de industria. Su abuelo comenzó en los años 50 con la producción de válvulas de gas y robinetes, y allí él se desempeñó hasta 2010, cuando cuestiones familiares lo llevaron a abrir su propio camino con apenas 21 años. Con el tiempo, el contacto con sus clientes lo llevaron a combinar esas necesidades con quien ya era su suegro. “Fabricaban camiones de basura y necesitaban contenedores”, recuerda. Así fue como comenzó a colaborar con él en negocios puntuales, como el de los contenedores.

Durante los últimos 3 años, mientras viajaba por su emprendimiento personal, aprovechó para afianzar los contactos con municipios del interior, aunque en principio sin suerte dado que todavía era más barato importar los contenedores que fabricarlos en el país. Pero el salto del dólar en 2019 le abrió la puerta para que el producto tenga un precio competitivo. “Estos últimos dos años Modulmet creció muchísimo”, cuenta.

“Ante las múltiples devaluaciones entre 2019 y 2020, surgió la necesidad de conseguir un producto que conservara los estándares de calidad europeos, pero hecho en Argentina y pagado con pesos”, dice Bruno, aunque también el crecimiento de la empresa hay que atribuirlo a una buena gestión para lograr bajar los costos y que el precio de venta sea el más competitivo posible. “No dejamos que la tecnología de afuera nos pase por encima”, afirma.

En la actualidad Modulmet no se dedica solo a la fabricación de contenedores de distintos tamaños. También fabrica tanques de combustibles para helicópteros, embarcaciones, tanques de agua, boyas y balizas marítimas, y palets plásticos, entre otros productos.

Bruno remarca que más allá del costo, el proceso “es respetuoso del medio ambiente”. “Contenedor que no sirve más se recicla y la materia prima se vuelve a usar”, explica. El plástico que se utiliza es polietileno de mediana densidad, que al calentarlo se reconvierte en una suerte de plastilina que puede reutilizarse en nuevos productos.

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