3 de junio 2025 - 11:57

Bonos soberanos a nivel global: ¿suba de rendimientos y aumento de la incertidumbre?

El epicentro de la inestabilidad ha sido, sin dudas, la guerra arancelaria impulsada por Donald Trump, que ha reconfigurado las dinámicas del comercio internacional y ha puesto en jaque la confianza de los inversores en los mercados de bonos.

Argentina ha protagonizado un tímido regreso a los mercados con la emisión de un bono en pesos de 1.000 millones de dólares

Argentina ha protagonizado un tímido regreso a los mercados con la emisión de un bono en pesos de 1.000 millones de dólares

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En estos primeros cinco meses de 2025, el desempeño de la renta fija a nivel global ha estado marcado por una mezcla de volatilidad e incertidumbre que refleja las tensiones geopolíticas, el ajuste de expectativas monetarias y los desequilibrios fiscales que persisten en algunas economías. El epicentro de la inestabilidad ha sido, sin dudas, la guerra arancelaria impulsada por Donald Trump, que ha reconfigurado las dinámicas del comercio internacional y ha puesto en jaque la confianza de los inversores en los mercados de bonos.

En Estados Unidos, los bonos del Tesoro han vivido un verdadero terremoto. La rebaja de la calificación crediticia a finales de abril ha hecho que los inversores exijan mayores rendimientos para compensar el riesgo creciente. Los bonos a 30 años han superado niveles del 5% por primera vez desde 2007, mientras que la curva de rendimientos continúa mostrando señales de una posible recesión. La incertidumbre fiscal, alimentada por la expansión del déficit a raíz de la agresiva política arancelaria, ha generado un marcado deterioro en la percepción de la deuda soberana estadounidense.

Japón, en tanto, ha visto cómo los rendimientos de sus bonos han escalado hasta niveles inéditos en los últimos quince años, reflejando el final de la era de las tasas negativas y el creciente temor a un despegue inflacionario. Las presiones inflacionarias, derivadas de aumentos salariales y de la expectativa de mayores costos energéticos por la guerra arancelaria, han forzado al Banco de Japón a dejar atrás la política ultraexpansiva que caracterizó la última década. Esto ha convertido a los bonos japoneses en una competencia inesperada para los títulos del Tesoro norteamericano, desplazando flujos de capital y reconfigurando el mapa global de las inversiones de renta fija.

En la Unión Europea, la situación es algo más matizada. Los bonos de referencia, especialmente los alemanes, han registrado un aumento en sus rendimientos, en parte como reflejo de la normalización monetaria del Banco Central Europeo y de la presión que implica el encarecimiento de la energía por las tensiones comerciales. Sin embargo, la región se ha beneficiado de su solidez fiscal relativa y de la percepción de menor riesgo crediticio en comparación con Estados Unidos, lo que ha sostenido la demanda por su deuda y ha evitado que se desate un episodio de ventas masivas.

Argentina, por su parte, ha protagonizado un tímido regreso a los mercados con la emisión de un bono en pesos de 1.000 millones de dólares, que mostró un rendimiento altísimo cercano al 30%. Este rendimiento exorbitante pone en evidencia el todavía delicado equilibrio fiscal y financiero del país, a pesar de los esfuerzos del gobierno de Javier Milei por restaurar la confianza de los mercados mediante un drástico ajuste fiscal y un nuevo acuerdo con el FMI. La percepción de riesgo sigue siendo altísima, pero los inversores parecen dispuestos a explorar oportunidades selectivas en la deuda argentina, a la espera de señales más claras de sostenibilidad.

Martin Pelletier, senior en finanzas corporativas, refuerza la idea de que los inversores internacionales no han dimensionado completamente la magnitud de esta crisis silenciosa que se está gestando en el mercado de bonos. La falta de conciencia sobre los riesgos latentes —desde el impago selectivo hasta la pérdida de credibilidad de los grandes emisores— podría desencadenar episodios de volatilidad aún más extremos en el corto plazo.

En suma, el mercado de renta fija global está siendo sacudido por un reacomodamiento de expectativas y por el resurgimiento de temores fiscales y geopolíticos. La guerra arancelaria lanzada por Trump ha puesto en jaque la sostenibilidad de la deuda estadounidense, mientras que Japón y la Unión Europea navegan con cautela hacia un escenario de mayor normalización monetaria. Argentina, a su vez, intenta reinsertarse en los mercados con rendimientos siderales que reflejan tanto el riesgo como la oportunidad. Para los inversores, el mensaje es claro: se avecinan tiempos de selección cuidadosa y de evaluación rigurosa de las perspectivas fiscales y geopolíticas en cada región.

Analista financiero

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