Guillermo Marijuán imputó a Gabriela Michetti por un posible delito de acción pública. Todavía no sabemos con claridad de dónde salió el dinero que robaron de la casa de la ex vice presidenta, porque no preexistía en su declaración jurada, ni se supo nunca físicamente de donde había salido. El abogado Martínez Herrero dijo: “En la declaración jurada de Michetti no figura la suma de 50 mil dólares”.
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Estábamos frente a un ateneo de embusteros, coacheados por Duran Barba para mentir con naturalidad. Vea en el link de este video a Sturzenegger confesándolo ante un grupo de extranjeros:
No vamos a abordar con amplitud el tema, pero vale la pena mencionar la magia de Duran Barba. Fue como sacar campeón a un equipo de potrero con el peor plantel del mundo. Un reconocimiento que claramente no celebramos, pero que merece la atención de quienes perdieron. No solo al evaluar el resultado del relato construido, sino también por el quiebre de la construcción hegemónica cultural que obtuvo. El marketing y los medios aliados lograron instalar en forma diferenciada, un enemigo político.
Es obvio que Duran Barba leyó a Carl Schmitt y lo empleó junto con un grupo de pseudo periodistas mercenarios. Uno de ellos en poco tiempo pasó de develar la trama de los medios concentrados, a beneficiarlos estableciendo la grieta. Duran Barba logró articular la cadena equivalencial Laclauniana para las minorías burguesas.
Nadie puede negar que Macri ganó no solo la elección, sino la batalla “incultural”.
Obviamente cuando en un año se abrieron ochenta expedientes por conflicto de intereses en el gobierno, más la incompetencia manifiesta de todas las áreas, sospechadas de corrupción en cada área, con caos de financiamiento; la cosa tenia que dar un vuelco.
DESHONESTIDAD POR DOQUIER, LA ECONOMIA NO DISIMULABA MAS
La ausencia de planificación para viabilizar las promesas de campaña, el déficit fiscal desbocado con endeudamiento creciente y caro, la inflación, el negocio de los Lebacs que ya remuneraban 40% en dólares y superaban en magnitud al equivalente total de la base monetaria. Caída del salario, aumento del desempleo, cierres de Pymes y expansión de la pobreza, no eran cosas menores en el primer cuatrimestre 2017.
Como expusimos en entregas anteriores, con la incertidumbre que se percibía desde el exterior era claro que las inversiones productivas no iban a llegar. A Macri lo sorprendieron infraganti con la auto condonación del Estado, a su grupo empresario por la deuda del Correo. También a empresas de energía se hicieron otras condonaciones. Saltó el Panamá Papers, había muchos equivalentes cada día.
En una nota a un medio, el ministro de Educación decía de cuerpo suelto: “Metemos doce, el periodismo de investigación y la oposición se concentran en una, mientras hacemos once”. Como la de las Lebacs, el regalo a Nextel previa autorización de venta, etcétera. Todo esto lucia como un arrebato vehemente y furioso, un frenesí delirante de codicia que irritaba y exacerbaba los ánimos de quienes observaban impávidos.
Y, como “el que ama el dinero, no se sacia de él”, el presidente se atajaba en España y decía que existía un entorno ansioso (circulo rojo) que le pedía resultados y ajuste. Es que el presidente estaba engolosinado, “el círculo rojo” le pedía que pase la pelota porque estaba haciendo muchos goles para el solo.
Al principio cumplía a pie juntillas, a los dos días de asumir Macri intentó una grave violación institucional al intentar cubrir dos vacantes de la Suprema Corte por decreto, sin acuerdo del Senado. Velozmente reculó, para evitar un juicio temprano del fingido republicanismo pregonado. Mas adelante, en un solo día retrocedió en la condonación del Estado a su propia empresa y dejó sin efecto la rebaja de las jubilaciones que respecto al ajuste previsto le permitía ahorrar más de 3.000 millones de pesos al año, a costa de los más vulnerables.
Siguiendo el guion: en todos los casos, se trataba de “tanteos” para ver si había reacción sectorial y/o popular. La confesión ante las cámaras de aquel ministro sugería que no había “errores de cálculo”. La dinámica era: asegurado el blindaje mediático y ciertos aliados políticos sociales y económicos, “mandarse”. Al saltar la liebre, el gobierno retrocedía.
El problema de Macri era que la situación había cambiado, ya no estaba en el primer año de gobierno, cuando al retroceder neutralizaba costos, vendiendo la idea de: “este gobierno reconoce sus errores”. Se estaba terminando la paciencia de muchos y también el argumento falaz de la “herencia recibida”. El público empezaba a interesarse por lo que se dejaba conocer a través de C5N. Por eso, como se supo esta semana que querían acabar con la señal. La gente de a pie, se desayunaba de cuestiones inaceptables.
En lo económico venían de 2016 que fue un fiasco, al caer el PBI (-2,3%) en lugar de crecer 1,5% como había prometido el gobierno. También era obvio que habían desmejorado todos los indicadores sociales. Estos elementos hacían que la opinión pública se hubiera tornado censuradora, desconfiada, no condescendiente y muy nerviosa.
Habían torcido que dar “marcha atrás” era una actitud de humildad, considerada un éxito del gobierno que sabía rectificar errores y escuchar, pero ahora se cuestionaba la presumida inexperiencia o incapacidad para gobernar. Se hablaba de supuestos intentos de “curros perentorios” dada las reiteradas y ligeras rectificaciones de medidas. Pero otra vez, fue el asunto del Correo lo que conmovió al gobierno en sus aspectos éticos y morales. La gente comenzaba a creer que Mauricio era Macri. Tremendo descubrimiento de historias que experimentaba la juventud que deseaba un cambio y votó por Cambiemos.
La detención de Milani y la citación de Cristina obraban como “bombas de humo” para contrarrestar los resultados mediáticos del grosero hecho de condonarse una deuda a si mismo. Parecía que ya nada más sería útil para neutralizar esta maratón de hechos sospechosos de corrupción. Una desgracia tras otra, el Tesoro iba a compensar económicamente a Odebrecht y le iba a pagar un resarcimiento por rescindir un contrato y lucro cesante donde se detectaron irregularidades.
Por entonces la reunión convocada por el peronismo bonaerense para unificar la estrategia electoral fue exitosa, mencionando que a la misma asistió Máximo Kirchner y toda la pesada de la Matanza. El conflicto social salió a la calle con los movimientos sociales, sectores del FPV, el PJ y la CGT; que decidieron participar de la marcha de protesta del 7 de marzo 2017.
Se minimizaron las encuestas, pero Cambiemos en la provincia de Buenos Aires había caído en picada. A su vez Macri fue despreciado por Rodríguez Saa, habiendo visitando San Luis, el gobernador se negó a recibirlo. La suspensión del “timbreo” evitaba el riesgo de que continuaran maximizándose los desprecios, pero evidenciaban un síntoma claro y preciso. Se estaba descorriendo el velo.
Por último, con el objeto de recuperar la iniciativa a través de la política exterior, el viaje a España de Macri fue el quehacer principal, que no abundaba en resultados económicos y amenazaba con otra tremenda denuncia de corrupción contra la primera dama.
Macri viajó con cinco ministros y doscientos empresarios, para no traer nada, fuera de las fotos con el rey y Mariano Rajoy-que le tiro de las orejas por el déficit fiscal-. El Tour fue operado, ambicionando que los medios locales lo proyecten como un “estadista”, una semana después del papelón del Correo, la rebaja a los jubilados y el fracaso de imponerse en la paritaria bancaria.
La comunicación telefónica de cinco minutos con Donald Trump y la indeterminada expresión de la canciller Malcorra, de que el encuentro sería entre abril y junio, era la aspiración de mostrarse como prioridad de EE.UU. algo que no sucedía. Trump tuvo extensas comunicaciones telefónicas con los presidentes de Perú, México y Colombia, pero con Macri, no quería hablar.
Muchos argentinos que estaban indignados en 2015, ahora recelaban del apogeo de tantas evidencias que proyectaba aquella pura decadencia.
Profesor de Posgrado UBA y Maestrías en universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de 6 libros. @PabloTigani
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