Me surge este interrogante luego de explorar la información emergente de una encuesta que realizó EY meses atrás a más de 350 miembros de directorios en Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Estados Unidos y México sobre cuáles eran los temas prioritarios de su agenda 2024.
Esto es lo que más les preocupa a los directores de empresas: ¿y el talento?
Algo paradójico asoma de las opiniones en la encuesta, hay una brecha entre empleadores y colaboradores respecto a cómo están percibiendo este escenario.
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Allí aparecen como temas principales para todos los países participantes, las condiciones económicas, seguido de las estrategias de asignación de capitales. A continuación, la ciberseguridad y privacidad de datos. Y, luego, mencionan dos temáticas que caen respecto a su relevancia comparada con un año atrás, que son la innovación y las tecnologías en evolución y la agenda de talento.
La mayoría de quienes responden, coinciden en que no le han brindado el tiempo suficiente a la innovación y menos aún a la agenda de talento; para la cual, incluso, afirman no contar con la información apropiada.
Pareciera que nos está ganando el corto plazo que, obviamente, es importante y necesario abordar, pero, por otro lado, la conexión que la innovación y el desarrollo de talento tiene con la sustentabilidad de las organizaciones debiera posicionarlos como de ocupación clave en la agenda del equipo directivo, justamente, para optimizar los resultados del negocio a futuro y, también, a corto plazo.
Profundizando, seguro somos conscientes del impacto de la aceleración que ha tomado la inteligencia artificial (IA) aplicada y, en consecuencia, la presión que los propios colaboradores, especialmente los que deseamos conservar o atraer, generan para no interrumpir su uso habitual cuando acceden al ámbito laboral.
Entre paréntesis, esto desafía a quienes se ocupan de la ciberseguridad en las organizaciones pues deben concentrarse en habilitar alternativas de disponibilidad de herramientas basadas en IA para impulsar su uso efectivo y brindar soporte, protegiéndose de intrusiones maliciosas y asegurando la privacidad de los datos.
Lo mencionado sobre el comportamiento de los colaboradores alerta sobre el creciente poder de influencia que estos ejercen a la hora de comprometerse con los desafíos que la organización presenta.
Por lo tanto, la situación exige mayor dedicación del equipo directivo para generar una propuesta de valor que favorezca la fidelización de aquellos colaboradores que hacen la diferencia a la hora de sopesar los resultados del negocio.
Por otra parte, algo paradójico asoma de las opiniones en la encuesta, hay una brecha entre empleadores y colaboradores respecto a cómo están percibiendo este escenario. Un número importante de los empleadores parece estar subestimando la fluidez del mercado laboral, asumiendo que el contexto retador del clima económico reduce la probabilidad de que los colaboradores busquen nuevos empleos. Pero, esto contrasta con la alta propensión que aflora de los datos relevados sobre la disposición que expresan los colaboradores a dejar sus empleos actuales dentro de los próximos 12 meses.
Hacerse cargo de desplegar una gestión efectiva sobre la fidelización y adquisición de talento, también, pareciera recomendable para impactar positivamente sobre las condiciones económicas y las estrategias de asignación de capitales que, según emerge de los datos de esta encuesta, son preocupaciones prioritarias de los equipos directivos.
Partner en Backer&Partners, Master en Sociología y Coach especializado en Recursos Humanos y Transformación Cultural y Digital.
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