Quienes dirigen el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial se reunieron la semana pasada en la ciudad de Washington para avanzar con su agenda de colonialismo financiero, generando condiciones de saqueo y empobrecimiento para los países del sur global.
Deuda ecológica con el sur global: la crisis climática exige la anulación de las deudas
El movimiento internacional "Deuda x Clima" reclama al FMI y al Banco Mundial la anulación de las deudas ante la crisis climática. El objetivo es llevar el reclamo de los países en desarrollo a la COP27 de Egipto.
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Desde la iniciativa global "Deuda x Clima" convocamos a todos aquellas personas de buena voluntad que aún no se plegaron a los movimientos sociales, climáticos, ambientales, y de trabajadores a reclamar por la anulación de las deudas.
Desde el movimiento global "Deuda X Clima" les respondimos con una acción en todos los continentes, más precisamente en 22 ciudades distintas, en reclamo de la anulación de las deudas financieras ilegítimas impuestas a nuestros países empobrecidos, fundamentalmente en las regiones de América Latina, África y el Sudeste Asiático, ante la crisis climática y ecológica que se agrava cada vez más.
En este marco, en Argentina, un conjunto de organizaciones ambientales, sociales y sindicales nos movilizamos a las oficinas del FMI en Buenos Aires.
“La deuda es con los pueblos y con la naturaleza” fue el lema de nuestra movilización hasta la calle Paraguay 1178, ya que allí en el primer piso, están las oficinas del FMI, justamente y no es casualidad en el mismo edificio y oficina donde en la década del ’90 se definió técnicamente la entrega del patrimonio del Estado nacional argentino a la ola privatista neoliberal, conocida como globalización.
La oficina del FMI amaneció el viernes 14 de octubre pasado rodeada de vallas y decenas de pertrechados efectivos de dos fuerzas de seguridad: Policía Federal Argentina y Policía de la Ciudad. El reclamo de los ambientalistas, sindicatos, organizaciones sociales y políticas que impulsan la campaña “Deuda x Clima” fue pacífico, ruidoso y vistoso.
Ante unos 300 compañeros pude plantear que nos preocupa el reciente informe de las Naciones Unidas para el Desarrollo donde alertan que 54 países se encuentran en una grave crisis de deuda y necesitan un alivio inmediato de esos procesos de endeudamiento para evitar una pobreza aún más extrema. Ese conjunto de países representa más de la mitad de la población más pobre del mundo.
La ecuación de pobreza, deuda y crisis climática ubica a estos países en horizontes de escenarios catastróficos. El ejemplo de ello es Pakistán: las lluvias monzónicas en ese país, fueron por primera un 800 por ciento más fuertes de los normal, a la vez, sus glaciares se derriten a un ritmo acelerado e inédito tras meses de calor extremo de hasta 50 grados y sequías insoportables. Las consecuencias de este proceso de agravamiento del calentamiento global, en uno de los países con mayor deuda financiera del mundo, marcan un antes y un después en cuanto a escenarios sociales y ambientales de características catastróficas: 1350 muertes, 300 de ellos niños; un millón de casas destruidas, más de 30 millones de personas desplazadas, 900 millones de cabezas de ganado muertas. Literalmente un tercio del país quedó bajo el agua en esta histórica inundación de la cual aún se está recuperando. Se ha declarado una emergencia humanitaria por la destrucción generalizada de las cosechas y las infraestructuras.
La gravedad del escenario de Pakistán, genera una alerta al resto del conjunto de países empobrecidos, que van a ser quienes más padecen los efectos del calentamiento global y de la crisis climática de la cual no son los responsables.
Es por ello que se habla de deuda ecológica de los países del norte global con los países del sur. Las potencias son las principales emisoras de gases que provocan el calentamiento global. El mundo está compuesto por 195 países, pero sólo unos pocos son responsables de lanzar a la atmósfera alrededor del 75% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) comprobó que cada año se emiten a la atmósfera de la Tierra más de 36.000 millones de toneladas de CO2, el principal de los gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático. La mayor parte de estos gases nacen del uso de combustibles fósiles, la generación de energía por vías no renovables y las actividades humanas contaminantes. A contramano de la implementación del Acuerdo de París en el 2018, el mundo batió todos los récords registrados en la historia de la humanidad de concentración de CO2 en la atmósfera. En concreto, la concentración alcanzó en 2018 las 407,8 partes por millón (ppm), lo que supone casi un 47 por ciento más que el nivel preindustrial, antes de 1750.
Sin embargo, una mayoría de esta contaminación proceden de apenas un puñado de países:
- China, ronda el 30% de todas las emisiones mundiales registradas en 2019;
- Estados Unidos emite casi el 14%;
- India, con 2.654 millones de toneladas de CO2;
- Rusia, con 1.711 millones de toneladas de CO2;
- Japón, 1.162 millones de toneladas de CO2;
- Alemania, 759 millones de toneladas de CO2;
- Irán, 720 millones de toneladas de CO2;
- Corea del Sur, 659 millones de toneladas de CO2;
- Arabia Saudita, 621 millones de toneladas de CO2;
- Indonesia, con 615 millones de toneladas de CO2.
Los países del norte global y las principales empresas del mundo son los responsables del calentamiento y la contaminación de la atmósfera. Los países pobres y endeudados son quienes más van a padecer las consecuencias. Según el informe publicado este año por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) se estima que, sólo en la próxima década, el cambio climático llevará a entre 32 millones y 132 millones de personas más a la pobreza extrema. El calentamiento global pondrá en peligro la alimentación mundial, y también aumentará la incidencia de la mortalidad relacionada con el calor, las enfermedades cardíacas y los problemas de salud mental.
A su vez, en un escenario de altas emisiones, el aumento del riesgo de inundaciones podría provocar 48 mil muertes adicionales en niños menores de 15 años en 2030 debido a la diarrea. Las especies animales y vegetales y los ecosistemas también enfrentarán cambios dramáticos, como por ejemplo que los manglares no puedan contrarrestar el aumento del nivel del mar, la disminución de las especies marinas dependientes del hielo y la muerte de árboles a gran escala.
De esta forma, los científicos alertan que cada décima de grado de calentamiento adicional en la temperatura promedio del planeta aumentará las amenazas para las personas, las especies animales, vegetales y los ecosistemas.
En este momento, entre 3 mil 300 millones y 3 mil 600 millones de personas viven en países altamente vulnerables a los impactos climáticos, con puntos críticos globales concentrados en los pequeños estados insulares en desarrollo, el Ártico, el sur de Asia, América Central y del Sur y gran parte del África subsahariana.
Ante este alarmante escenario, el FMI y el Banco Mundial pretenden avanzar con su agenda global de mayor endeudamiento con el objetivo de profundizar un sistema de explotación de recursos que poseen los países del sur global, en beneficio del norte global, pretendiendo imponernos una agenda neocolonial que nos condena a ser territorios de sacrificio y poblaciones descartables.
El líder político/espiritual más respetado de estos tiempos, el Papa Francisco, señala que en un mundo donde el “Dios dinero” está por sobre la vida nos lleva al suicidio de la especia humana. En ese mismo sentido, pero en el año 1972, o sea 50 años atrás, en el contexto de la Cumbre de Estocolmo, el tres veces presidente argentino, Juan Domingo Perón, escribió: “Mensaje Ambiental a los pueblos y gobiernos del mundo” donde alertaba sobre el peligro de la supervivencia humana y planteaba la necesidad de un esfuerzo internacional mancomunado, para revertir este proceso de destrucción del equilibrio planetario.
En este momento, nuestra patria representa un caso paradigmático en América Latina y el mundo de cómo el FMI presiona a los países con deudas impagables para condicionar sus economías, controlar sus recursos y aplicar sus planes. Actualmente Argentina se encuentra nuevamente vinculado al FMI, a partir de la aprobación del mayor préstamo otorgado en la historia del organismo, violando su propio Convenio Constitutivo. Se trata de una deuda ilegítima de u$s44.000 millones, que se destinaron en su totalidad a la fuga de capitales.
En este sentido que desde la iniciativa global "Deuda x Clima" convocamos a todos aquellas personas de buena voluntad que aún no se plegaron a los movimientos sociales, climáticos, ambientales, y de trabajadores a reclamar por la anulación de las deudas, cuya dinámica va a impedir que contemos con recursos para generar un procesos de adaptación a esos graves escenarios y avanzar hacia una transición justa, que permita otro modelo de mundo con un modo de producción y consumo sustentables.
No perdemos las esperanzas y convocamos a seguir ejerciendo nuestro derecho democrático de la resistencia pacífica para lograr que se incorpore en la COP27 de Egipto las problemáticas del colonialismo, el saqueo y las deudas financieras ilegítimas que padecen los países del sur global.
Sociólogo ambientalista, integrante de la campaña global Deuda X Clima, coordinador en América Latina de la Internacional Progresista. (TW: @OlssonJuanPablo)
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