"La Fed está convencida en que lo mejor que puede hacer es no tocar nada"
(Mientras espera que se comience a filmar la segunda parte de la película «Wall Street» -se llamará «El dinero nunca duerme»-, el especialista en mercados internacionales que se escuda con el nombre de Gordon Gekko, el personaje central, opinó que la decisión de la Reserva Federal de mantener sin cambios las tasas es una señal de que consideran que la economía está bien. Por eso volaron los mercados. Este fue el diálogo que Gekko mantuvo con este diario.)
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G.G.: Toma distancia de las vicisitudes recientes. Aunque reconoce que el crecimiento económico se tornó más lento en la primera parte del año, lo minimiza, trascartón, aventurando un repunte a una tasa moderada en los próximos trimestres.
P.: Nada nuevo.
G.G.: No. Repite también el mantra de que el riesgo de inflación constituye la preocupación predominante.
P.: Quien especulara con la eventualidad de la Fed asumiendo una postura neutral se habrá sentido decepcionado...
G.G.: No era una apuesta muy fuerte ni muy extendida. Por eso tampoco se trata de una desilusión importante.
P.: Tras las últimas reuniones se detectaba un patrón de mensajes mucho más benignos en los breves comunicados ad hoc que en las minutas -más detalladas-publicadas tres semanas después. ¿Cree que asistiremos a una repetición? ¿Que lo verdaderamente jugoso surgirá recién cuando se conozcan las minutas?
G.G.: Este comunicado -al ser tan escueto-dice mucho más que los anteriores. No hay hojarasca; por ende, no hay dónde esconderse. Deja claro que la Fed está convencida en que lo mejor que puede hacer es no tocar nada. Con más ornamento -y a título personal-Janet Yellen, la presidenta de la Fed de San Francisco, explicó, un par de semanas atrás, las razones para preferir la inacción. La conveniencia de mantener las tasas en 5,25% y vigilar la situación de cerca y con mucha atención.
P.: ¿No se corre el riesgo -viendo la trayectoria en declive de la evolución del PBI- de que la Fed reaccione cuando sea demasiado tarde?
G.G.: Se toma ese riesgo. Que es más tenue que lo que parece a simple vista pero, de ninguna manera, es despreciable. La demanda interna en los EE.UU. se preserva enhiesta, avanzando 2% anualizado en los últimos cuatro trimestres, sin acusar erosión en el margen. Imagino que la Fed considerará esa conducta como una suerte de seguro implícito mientras espera de brazos cruzados...
P.: Es un seguro con una póliza de cobertura un tanto magra. Si revisa la letra chica, verá que se basa, por entero, en un consumo familiar que no se enteró que hay una crisis inmobiliaria.
G.G.: No lo discuto. Es más, no se correría este riesgo, a mi juicio, si la inflación núcleo no persistiese fuera del rango de 1%-2% que la Fed juzga aceptable.
P.: ¿Piensa que la Fed ya estaría recortando las tasas de interés si no fuera por la indocilidad de la inflación?
G.G.: Eso pienso. Impulsada por un motivo de precaución. El mismo argumento que la llevó a discontinuar la suba en agosto pasado cuando la desaceleración de la economía era una hipótesis aun carente, en ese entonces, de una confirmación cabal.
P.: ¿Cómo interpreta la reacción de los mercados posterior a la reunión? Las acciones retoman -con énfasisun recorrido ascendente...
G.G.: «Si la economía tuviera un problema grave, la Fed nos hubiera avisado.» Esa parece ser la conclusión. No es que no haya problemas, por supuesto, pero el listado es conocido y, hoy por hoy, se los acepta sin mengua para las cotizaciones. El «momentum» -esta dinámica de suba vertiginosa que se realimenta a sí misma-prevalece por sobre cualquier otra consideración.
P.: Si la Fed hubiera develado una mayor sensibilidad por la suerte de la economía, el mercado hubiese descontado un próximo recorte de tasas. Un buen motivo -tambiénpara escalar.
G.G.: Esa es la idea que exige cuidado; la noción de que pase lo que pase, la trepada de la Bolsa «no puede fallar». A decir verdad, no es en Wall Street donde está más acentuada. Mire las Bolsas de Shanghai y Shenzen, y allí la verá desplegarse en su máxima expresión. Da vértigo con sólo mirar.
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