9 de agosto 2006 - 00:00

"La salud de la economía ha vuelto a ubicarse en el tope"

(Para el experto en mercados internacionales, personificado como Gordon Gekko de la película «Wall Street», no se ha resuelto el dilema entre una economía que se debilita y una inflación subyacente que crece perjudicada por la energía. Sin embargo, opina que la pausa en la suba de tasas, decidida por la Fed en la jornada de ayer, debe verse como un cambio de prioridades. «La salud de la economía ha vuelto a ubicarse en el tope.» Además, mantener la tasa en 5,25% no le parece sorpresivo, el mensaje inesperado lo encuentra en «suavizar la mención a un endurecimiento adicional en el texto del comunicado oficial».)

La salud de la economía ha vuelto a ubicarse en el tope
PERIODISTA: La Fed optó por dejar las tasas en 5,25%, sin cambios. La decisión no es una sorpresa, era lo que descontaban los contratos a futuro, pero la fría respuesta de los mercados sí se apartó de lo esperado. ¿Cuál es el problema ahora?

Gordon Gekko: No veo ningún problema nuevo. Aunque tampoco se ha resuelto el dilema anterior entre una economía que se debilita y una inflación subyacente que trepa azuzada por la energía.

P.: Pero la Fed parece haber tomado partido...

G.G.: Correcto. La pausa debe verse como un cambio de prioridades. La salud de la economía ha vuelto a ubicarse al tope.

P.: ¿Piensa que la Fed retomará el sendero de subas cuando el comité de política vuelva a reunirse en setiembre?

G.G.: La gran sorpresa que nos dejó ayer la Fed no fue la decisión que tomó. No sólo interrumpió el alza de tasas que venía ejecutando desde junio de 2004, sino que suavizó la mención a un eventual endurecimiento adicional en el texto del comunicado oficial. Allí hay un mensaje que no se esperaba. Así como en su discurso del 5 de junio Bernanke señaló que la inflación subyacente era una amenaza que avanzaba a una velocidad más allá del umbral de lo aceptable, ahora la breve misiva oficial rebaja la estatura del problema.

P.: A pesar de que la inflación corre hoy más de prisa que a comienzos de junio...

G.G.: Sucede que la fragilidad de la economía ha quedado también en mayor evidencia. La solución salomónica ha sido elevar el umbral de lo aceptable en materia de inflación -como se consigna en el Informe Monetario presentado a fines de julio en el Congreso ya no es 2% sino 2,75% para 2006- y darle un respiro a la economía real.

P.: Ello convalida la idea que transmiten las cotizaciones de los futuros de fed funds, que la Fed ha terminado con su faena alcista.

G.G.: Por lo menos, no lo refuta. Quizá la objeción más concreta a esa idea pueda aportarla Jeff Lacker, el titular de la Fed de Richmond.

P.: Lacker fue quien rompió la unanimidad. Quien, en la reunión de ayer abogó por continuar con los aumentos de tasa.

G.G.: Yo diría que la unanimidad se quebró, no por Lacker quien mantuvo su postura, sino por los demás miembros del comité que viraron de opinión.

P.: Usted siempre sostuvo que Bernanke iba a poner énfasis en arribar a decisiones unánimes. ¿Qué pasó esta vez?

G.G.: El comunicado de la Fed omite toda referencia a los argumentos de Lacker. Y esta vez su redacción es tan escueta que ni siquiera informa algo tan elemental como las solicitudes de incremento en la tasa de descuento. Se supone que la Fed de Richmond, por lo menos, habrá pedido ajustar dicha tasa. Y si nadie lo hubiera hecho, lo usual es igual dejarlo sentado por escrito. Queda claro que no hubo quien lo convenciera de cambiar de parecer. La impresión que dejó, en cambio, la reunión de junio fue que Hoenig y Yellen estaban ya por frenar la suba pero la aceptaron en aras de preservar el consenso.

P.: ¿Se sienta un precedentedelicado?

G.G.: No. Uno puede decir que está en los genes de la Fed de Richmond. Ya su predecesor -Al Broaddus- supo acuñar un récord de 6 votos en discrepancia con Greenspan.

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