Las palabras clave en la ruta hacia la libertad financiera

Comenzaré con una pregunta que utilizo a menudo para iniciar mis conferencias y capacitaciones: ¿El dinero es lo más importante para lograr la libertad financiera?

Ser libres financieramente no es nadar en dinero, sino fundamentalmente no depender de nadie más, ni siquiera de factores ajenos a nosotros.  
Ser libres financieramente no es nadar en dinero, sino fundamentalmente no depender de nadie más, ni siquiera de factores ajenos a nosotros.  

Es posible que una respuesta afirmativa sea lo primero que nos surja al escuchar esta pregunta. Y, en parte, está bien para quienes piensen que sin dinero no se puede edificar ningún sueño o empresa. Sin embargo, algunas personas ponen por delante otros factores, como los hábitos, las habilidades, el conocimiento o la dedicación. Parecen simples palabras, pero no. Son los mojones que nos guían en la ruta hacia esa libertad financiera que anhelamos.

¿Y qué tienen en común estas acciones? Que, para desarrollarlas, para adquirirlas, para pulirlas, se necesita tiempo. El tiempo es la variable fundamental en la construcción del capital. El inicio de ese proceso no es igual si uno se dispone a hacerlo a una edad avanzada, supongamos, cuando le faltan cinco años para su retiro y advierte que en poco tiempo no tendrá tantos recursos para sostener la calidad de vida que lleva (no hablamos de riqueza, sino de igualar el estándar de nuestros años laboralmente activos), que comenzarlo cuando somos jóvenes e imaginamos que tenemos toda la vida por delante. Aquí hay una trampita muy tentadora. Porque es precisamente esa juventud la que nos lleva a procrastinar esa proyección con la excusa de que “estamos viviendo la vida”. Y la vida se vive siempre, pero algunas decisiones es imprescindible tomarlas a tiempo.

En suma, cuánto más tiempo pongamos a trabajar nuestro dinero -que no necesariamente tendrá que ser mucho-, más va a aportar a la construcción de nuestro capital, lo que redundará en la consolidación de nuestra libertad financiera más temprano que tarde. Como vemos, esta es la respuesta al dilema inicial.

Otra de las palabras clave en este viaje hacia el objetivo es la coherencia. Sin este elemento, todo se hará cuesta arriba o se bifurcará hasta desorientarnos. La relación entre la ganancia, el gasto y la inversión debe ser equitativa, porque de lo contrario la empresa fracasará. Sólo así, podremos hacer lo que soñamos, creo, todos unánimemente: disfrutar del camino. Ser libres financieramente no es nadar en dinero, sino fundamentalmente no depender de nadie más, ni siquiera de factores ajenos a nosotros.

Herramientas financieras para construir capital:

  • Fondo de emergencia que contenga entre 6 y 12 ingresos mensuales en una cuenta comitente.
  • Obligaciones negociables o cauciones en el mercado de capitales.
  • Adquisición de dólar MEP o Contado con liquidación.
  • Seguro de vida que proteja el mayor capital que tenemos, que somos nosotros mismos (ante enfermedades o incapacidad, no sólo muerte).
  • Un seguro de retiro que nos permita sostener la calidad de vida que teníamos antes de que comience esa etapa.
  • Inversiones a mediano plazo para períodos de disfrute y placer.

Lecturas sobre finanzas para todas las edades:

  • Más allá del plazo fijo, Alejandro Bianchi
  • La economía explicada a los jóvenes, Joan Antoni Melé
  • Las billeteras son de Marte, las carteras son de Venus, Marcelo Elbaum y Cecilia Boufflet
  • Aporofobia, el rechazo al pobre, Adela Cortina
  • La producción del dinero, cómo acabar con el poder de los bancos, Ann Pettifor
  • Silver, un cuento de educación financiera para niños y no tan niños, Gabriela Totaro

Especialista en Educación Financiero y CEO de GT Educación Financiera, una consultora cuya misión es divulgar la educación financiera desde la temprana infancia. Es Psicopedagoga, diplomada en finanzas y productora de seguros.

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