5 de septiembre 2007 - 00:00

"Los bancos ingleses tienen exposición a todo lo que se haga en este mundo"

El periodista dialoga con un experto en mercados internacionales que se escuda bajo el seudónimo de Gordon Gekko -protagonista de la película «Wall Street»-, quien analiza la mayor prescindencia del Banco de Inglaterra -que mañana bajaría las tasas-en la crisis inmobiliaria que afecta a los mercados, a diferencia de lo hecho por la Fed y el BCE. La postura de la entidad inglesa -dice-se ubica en las antípodas del enfoque Greenspan, aunque advierte que hay coincidencias en las que hay que reparar.

Los bancos ingleses tienen exposición a todo lo que se haga en este mundo
PERIODISTA: El Banco de Inglaterra es el único banco central que enfrenta la crisis de los mercados de crédito sin apelar a ninguna medida de excepción. No inyectó liquidez ni cambió las condiciones de los redescuentos. Mucho menos tocó las tasas de interés. Supongo que no las subirá en la reunión de mañana...

Gordon Gekko: Era lo que estaba previsto hasta que estallaron las turbulencias. Fueron cinco alzas desde agosto de 2006. Lo lógico, ahora, es desensillar, dejar las tasas donde están y esperar que pase el chubasco...

P.: Uno percibe una visión crítica sobre la gestión de la Fed de la era Greenspan. Que irrumpe, como siempre ocurre, con atraso. Lo curioso es que campea también entre sus colegas profesionales. Así se advierte en Jackson Hole...

G.G.: La postura del Banco de Inglaterra, yo diría que se ubica en las antípodas del enfoque Greenspan. Estas diferencias son de vieja data. No es un gesto oportunista de última hora. Pero también hay coincidencias en las que nadie hoy parece dispuesto a reparar...

P.: ¿Cuáles?

G.G.:
Los dos bancos centrales presidieron un gigantesco boom inmobiliario. A decir verdad, en Inglaterra, mucho más robusto que en los Estados Unidos. Y lo mismo puede decirse de la mayoría de los países de Europa. O de Australia. No es una factura que haya firmado Greenspan solamente. Y EE.UU. no fue el precursor de la bonanza, sino el último en anotarse...

P.: ¿Cómo se las arregla el Banco de Inglaterra para capear la crisis sin tomar medidas específicas de aliento? Uno compara con el Banco Central Europeo (BCE) o la Fed y la diferencia notable es el empeño de ambos en acomodar el shock adverso ensanchando la oferta de liquidez...

G.G.: La estrategia es muy simple. Quien necesite fondos, que los pida. La ventanilla de descuento -un mecanismo de emergencia-está habilitada para proveer los fondos que no se pueden obtener en el mercado interbancario.

P.: A una tasa superior: 6,75% versus 5,75%...

G.G.: Bagehot era inglés. Se nota. Su espíritu está vigente. Recuerde el lema de Lombard Street: prestar generosamente, con buenas garantías, a una tasa que suponga una penalidad...

P.: ¿Hubo necesidad de tomar mucha asistencia?

G.G.: Sólo se registraron dos operaciones puntuales. Barclays protagonizó ambas. Dos semanas atrás, tomó 314 millones de libras (aproximadamente el doble expresado en dólares), cinco minutos antes del horario límite, cuando se le cayó una operación con HSBC. La semana pasada acudió de nuevo. Esta vez en procura de 1.600 millones de libras. Otro error técnico, se «colgó» el sistema de pagos Crest y cargó con la culpa...

P.: Una bonita cifra. Pero muy distantes de los montos fabulosos que volcaron el BCE y la Fed. Y que uno sepa, en Londres no quebró nadie. ¿Está el Banco de Inglaterra mostrando que otro camino -más austero-es igualmente posible?

G.G.: Las circunstancias difieren. Son parecidas, pero distintas. En Alemania, por ejemplo, hubo que rescatar a un par de bancos regionales. Y hay que definir todavía quién aportará capital para estabilizar la situación de un jugador más grande. Un cuadro similar en Londres, pienso, hubiera requerido una intervención más decidida.

P.: Pero uno podría comparar Inglaterra con EE.UU.

G.G.: Los bancos ingleses tienen exposición a todo lo que se haga en este mundo -la mercadería subprime y las estructuras conexas no son una excepción. Aun así, me gustaría comprobar en caso de que el epicentro de la crisis fuera el mercado residencial inglés, si el banco central podría mantenerse prescindente...

P.: No lo cree ...

G.G.:
No. Fíjese que el mercado interbancario tiende a calmarse en EE.UU. mientras se encrespa en Inglaterra. Lo primero es resultado claro de las iniciativas de la Fed. La tasa de fed funds efectiva se niveló con la meta de 5,25%. Llevó tiempo, pero se consiguió...

P.: No cante victoria. Surgieron complicaciones visibles tanto el jueves como el viernes últimos...

G.G.: Vencía el período de mantenimiento de dos semanas que se usa para estimar las exigencias de encaje. Siempre -aun en condiciones normales-puede haber desfases y un salto de tasas. Pero el mercado se calma, las tasas convergen y la varianza cae a plomo. En Inglaterra la tasa Libor en libras se disparó a 6,79% -un punto completo por encima del umbral del banco central.

P.: Quizá también haya sido el producto de un hecho fortuito, puntual...

G.G.: La decisión de Synapse, un administrador londinense de hedge funds, de cerrar uno de sus fondos de renta fija fue el disparador de este «pico» -que supuso la tasa más alta desde el caso Long Term Capital, en 1998-. Pero aun limando las crestas, la realidad es de una iliquidez persistente, muy pronunciada. Como usted dice, no se cayó nadie, ningún jugador de peso, pero la erosión procede. ¿Es razonable alentar que, en circunstancias de escozor, el sistema opere permanentemente a tasas más elevadas? No estoy para nada convencido. En el límite, es la experiencia latinoamericana convencional. Puede no comulgar con el enfoque expeditivo de Greenspan (básicamente una aplicación de la receta de Milton Friedman), pero no se me ocurre algo peor que un régimen que amplifique los shocks. Nada más inestable.

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