La apertura importadora de la actual gestión de gobierno ya está generando consecuencias en distintos sectores de la industria nacional. Lo que parece ser un beneficio por los “menores precios” que se ofrecen a los consumidores tiene en realidad una contraparte que es el golpe a la industria local.
Menos industria nacional
La avanzada importadora del Gobierno ya golpea a la industria local, achica el superávit comercial y profundiza la pérdida de poder adquisitivo. Con salarios en caída histórica y más empleo precario, el modelo de desregulación exhibe sus límites mientras se debilita la producción nacional.
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Según los últimos datos de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), entre enero y octubre las importaciones de prendas aumentaron 102% en dólares y 154% en volumen frente a los 10 primeros meses de 2024. Tal es el caso de las plataformas virtuales que venden productos desde otros países a bajo precio o, más recientemente, la marca H&M que comenzó a vender ropa importada en un importante supermercado.
En términos más generales, la balanza comercial da cuenta de los efectos de la liberalización de las importaciones, que se incrementaron un 29% en el acumulado hasta octubre, mientras que las exportaciones aumentaron un 8,1%. Como consecuencia de ello, el superávit se redujo de 16.000 millones de dólares en 2024 a 6.850 millones durante el mismo lapso de 2025.
El poder de compra de la mayoría de la ciudadanía sigue en descenso. Según datos oficiales, los salarios privados registrados se posicionan un 20% por debajo del primer año disponible de la serie (2017), mientras que los salarios públicos cayeron un fortísimo 33%.
A esta dinámica se le suma la reciente fijación del salario mínimo vital y móvil (SMVM). No se registraba un nivel tan bajo en términos reales desde el año 2003, en plena recuperación de la crisis de 2001. Si comparamos esta situación con lo que ocurría en 2011, el salario mínimo se encuentra un 63% por debajo en términos reales que el vigente en ese momento.
Esta situación es particularmente grave al tener en cuenta que el SMVM determina además los montos de los planes sociales, programas como el ex Potenciar Trabajo (ahora llamado Programa Volver al Trabajo o de acompañamiento social), las Becas Progresar o el seguro de desempleo. En definitiva, en coincidencia con las políticas que promueve el gobierno de Milei, se estaría tendiendo a que deje de ser una referencia y así continuar con la desregularización en la fijación de ingresos.
La mencionada caída en la producción nacional también hace mella en el mercado de trabajo. Como mencioné en mi columna anterior, desde la asunción del gobierno libertario se perdieron miles de puestos de trabajo formales, especialmente en el sector industrial, la construcción y el sector servicios. Por otro lado, el moderado incremento en la cantidad de trabajadores monotributistas sería un indicador de un mercado laboral más precarizado. Ejemplo de ello son las plataformas de “delivery”. Según los cálculos de una de las empresas más conocidas de este rubro, la cantidad de repartidores creció un 40% en comparación con el año pasado. El escenario es el de una economía que pierde puestos de trabajo formales y donde hay proliferación de empleos de menor calidad, menores ingresos y peores condiciones laborales.
Este escenario no es casual. Es consecuencia de las políticas de desregulación y de la falta de un Estado presente que fomente la producción nacional. Algo que no sorprende dado que el propio Presidente lo manifestó antes de asumir y luego lo reivindicó: “Soy el topo que destruye al Estado desde adentro”.
A esta altura no caben dudas de que éste no es el camino. No es viable una economía en la que el beneficio es sólo para una minoría y gran parte de la población observa cómo día a día empeora su realidad. Para revertir esta situación no basta con modificar ciertas políticas, otro modelo es necesario. Un modelo con un Estado presente que proteja a la industria, a las MiPyMEs y, como consecuencia, al empleo y a los ingresos de la mayoría de la población.
Presidente Partido Solidario
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