Datos reales y supuestos proyectivos:
Javier Milei y Luis Caputo, premio Nobel al "Estado Trader"
El presente artículo analiza la coyuntura económica argentina en base a números, haciendo especial énfasis en la configuración del equipo económico nacional. Se plantea que, lejos de conducirse un programa de estabilización sostenible, las políticas implementadas replican prácticas propias del trading especulativo, con consecuencias potencialmente fatales sobre la producción, el salario real, el empleo, el sistema previsional y la estabilidad social.
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A partir de un breve enfoque cuantitativo documental y cualitativo, se advierte sobre los límites del actual experimento político-financiero.
- La proyección de inflación del FMI de (18-23%) para 2025 estimada en su Staff Report es imposible, porque requiere un IPC promedio mensual de 1,4% desde abril.
- Tipo de cambio real multilateral y Banda Cambiaria en términos reales (a precios de hoy) debería valer $1.620. Su apreciación es del 38% y seguirá apreciándose con inflación de 3% mensual.
- Actividad económica de marzo 2025: Según FIEL, la industria cayó (-1.4%). Según Orlando Ferreres cayó (-2.3). La producción automotriz se derrumbó (-16.8). La demanda eléctrica total se desplomó (-11%). La demanda eléctrica industria y comercio cayó (-9.2%). Los despachos de cemento en el mercado interno se derrumbaron (-7.2%). El comercio exterior en promedio se hundió (-10.5%). La recaudación del IVA se desmoronó (-7.2%). La Confianza del consumidor DI TELLA descendió (-6.7%) y la Confianza en el gobierno declinó (-5.5%).
- Es obvio que las tasas de crecimiento de finales 2024 y comienzos 2025 no eran extrapolables como había dicho Milei que creceríamos al 10%. Esa cifra ya la habíamos cuestionado porque es imposible y obedecía a un cálculo amañado.
- La heterogénea recuperación del salario real por sectores se desaceleró y cayó entrando en el cuarto mes consecutivo comienza a derrumbarse. El gobierno se niega a homologar acuerdos entre empresas y trabajadores.
- Ahora Economía tendrá que afrontar $8 billones en vencimientos de deuda en pesos. La última vez, solo obtuvo 70% de refinanciación. Los bancos están dejando de prestarle dinero al Estado.
- Desde el 11 de abril, (cambio de régimen), el desplome acumulado de 13% del “dólar contado con liqui” más el plazo fijo, terminó rindiendo 18% en dólares, hubo ganancias de hasta 24% en dólares. Es insostenible.
El presente artículo analiza la coyuntura económica argentina en base a números, haciendo especial énfasis en la configuración del equipo económico nacional. Se plantea que, lejos de conducirse un programa de estabilización sostenible, las políticas implementadas replican prácticas propias del trading especulativo, con consecuencias potencialmente fatales sobre la producción, el salario real, el empleo, el sistema previsional y la estabilidad social. A partir de un breve enfoque cuantitativo documental y cualitativo, se advierte sobre los límites del actual experimento político-financiero.
Introducción
La Argentina desde el 11 de abril 2025 parece, a primera vista, vivir una primavera financiera. El dólar oficial luce estable, los mercados celebran el “superávit fiscal” y el FMI aplaude la vocación reformista del gobierno. Sin embargo, bajo esa superficie pulida por traders devenidos funcionarios, late una economía fragilizada, licuada y peligrosamente condicionada. Nos proponemos desentrañar las lógicas detrás del experimento en curso, más emparentado con una estrategia de arbitraje financiero que con un programa económico racional.
Como afirma Michael Lewis (1989) en su retrato seminal sobre Wall Street: “la verdad es un lujo innecesario”. Esa máxima parece haber sido adoptada como política de Estado. (El póquer del mentiroso, de Michael Lewis, Alienta Editorial, 1989)
Del Estado keynesiano al “Estado trader”
El pasaje de un modelo estatal centrado en la producción y el trabajo hacia otro dominado por la lógica financiera no es nuevo. Pero en la actual administración argentina adquiere características extremas; el Estado no solo se somete a las reglas del capital especulativo, sino que está directamente gestionado por sus ex operadores.
Este fenómeno, que denominamos “Estado trader”, representa una mutación institucional en la que las funciones clásicas del Tesoro y del BCRA son absorbidas por un ethos cortoplacista, propio de la mesa de dinero. No hay política económica, hay planillas y pantallas. No hay conducción, hay spreads.
Los actores integran lo que podría llamarse la “Hermandad del póquer del mentiroso”. Exceptuando al presidente, todos ellos fueron formados en el universo de las finanzas globales: JP Morgan, Deutsche Bank, QFR Capital Management. Ninguno proviene de la economía real, la administración pública o el desarrollo productivo, incluyendo a Milei. Su experiencia está en el arbitraje, la ingeniería financiera, el uso de instrumentos derivados, y el diseño de “relatos y negocios para inversores golondrinas externos”.
Las consecuencias de esta formación son visibles en cada decisión del equipo económico estan presentes, endeudamiento, represión cambiaria, apertura sin control a capitales especulativos y sospechosos, licuación de pasivos previsionales y desmantelamiento del aparato estatal.
Ficción fiscal, ajuste real
Uno de los relatos más difundidos es el del “superávit fiscal genuino”. Según declaraciones oficiales, Argentina habría logrado equilibrio primario en 2024 y los primeros meses 2025. Sin embargo, este supuesto logro se sustenta en postergaciones de pagos, licuación del gasto en jubilaciones, deudas con proveedores y provincias, y una agresiva colocación de deuda interna.
Entre enero 2024 previo al 11 de abril 2025, la deuda pública aumentó alrededor de 110.000 billones de pesos en compromisos financieros, principalmente en pesos indexados o atados al dólar. A ello hay que sumarle ahora 14.500 millones de dólares de un “repo”, Banco Mundial y FMI ya desembolsados, más unos 10.000 millones de dólares más que entraran próximamente, según el gobierno adelantó. La deuda interna se multiplica en silencio mientras el BCRA sostiene artificialmente el tipo de cambio con tasas reales positivas en dólares que alimentan un nuevo y extravagante ciclo de carry trade.
A los ojos del mercado, se trata de “confianza”; para la economía real, es una bomba de tiempo.
La bicicleta financiera recargada versión 2025
Con un tipo de cambio oficial semi fijo que cayó artificialmente y TEA de 55%, el incentivo para realizar arbitrajes entre pesos y dólares es irresistible. El resultado: entrada masiva de capitales golondrina, sobrevaluación cambiaria y freno a las exportaciones reales.
El presidente del BCRA, Santiago Bausili, lidera una política monetaria que prioriza los intereses del sistema financiero por sobre cualquier noción de desarrollo. Lejos de neutralizar la especulación, el sistema actual la institucionaliza.
Dolarización informal y fuga cultural
La inestabilidad latente ha producido un fenómeno paralelo; la dolarización informal. Aunque no se haya formalizado una política oficial en este sentido, la economía doméstica ya funciona en buena medida bajo patrón dólar. Salarios licuados, contratos indexados y desconfianza estructural en el peso consolidan una psicología social de dolarización. La moneda nacional pierde centralidad y, con ella, el poder soberano del Estado.
Impacto productivo y social. La fiesta de pocos, el ajuste de muchos
Mientras los traders festejan en Bloomberg, la industria local agoniza. El salario real y las jubilaciones han caído fuertemente respecto a 2023. El desempleo estructural crece en los cordones industriales del país y la inversión bruta interna fija se contrae enérgicamente. El ajuste recae casi exclusivamente sobre los sectores más vulnerables y la clase media.
La demolición del sistema previsional es apenas una muestra. La recaudación de consumo cae, los aportes se desploman y las jubilaciones mínimas pierden poder de compra mes a mes. La supuesta disciplina fiscal es, en rigor, un ajuste regresivo.
Blanqueo sin controles
Una de las medidas más controvertidas que impulsa el gobierno es la legalización del ingreso de fondos no declarados sin obligación de justificar origen. Bajo el disfraz de “apertura al capital”, se consagra un mecanismo de blanqueo que convierte al país en una guarida de capitales informales. Lejos de incentivar inversiones productivas, se trata de un enclave financiero offshore dentro del territorio nacional.
La calma antes de la tormenta
El año 2025 podrá proyectarse oficialmente con una apariencia de estabilidad. Pero esa calma es ilusoria. Detrás del tipo de cambio contenido y el relato del superávit, se acumulan desequilibrios macroeconómicos que amenazan con estallar. Inflación reprimida, deuda creciente, caída del consumo y malestar social generalizado conforman una bomba de tiempo que no se resuelve con declaraciones televisivas.
El equipo económico, lejos de diseñar una estrategia de desarrollo, juega con la paciencia de la ciudadanía y la credulidad de los inversores. Como en “El póquer del mentiroso”, todo se basa en sostener el relato hasta que no quede nadie con fichas para seguir apostando. Cuando la partida termine, los actores de la tragedia ya no estarán. Pero la cuenta, como siempre, quedará para el país.
Director de Fundación Esperanza. Profesor de Posgrado en UBA y universidades privadas. Máster en Política Económica Internacional, Doctor en Ciencia Política, autor de seis libros.
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