8 de febrero 2007 - 00:00

Peligroso: con vicios del pasado, se busca aumentar más sueldos

La puja por lograr aumentos de salarios se concentra en reclamos por recategorizaciones, equiparaciones salariales, reconocimientos de nuevas funciones y jerarquías, y en supuestos actos de discriminación. No hay dudas de que estamos frente a la búsqueda de ajustes en cada empresa y caso por caso, en función de viejos vicios del pasado, que pueden acoplarse con las negociaciones generales que comenzarán seguramente en marzo.

Las situaciones planteadas responden a causas independientes y originadas en distintos momentos. En efecto, el pedido de los sindicatos y de los trabajadores de ubicar a cada persona en la categoría que corresponda conforme a su tarea y funciones es producto del congelamiento convencional experimentado entre 1991 y 2003. Al respecto, hay empresas que directamente omitieron la categoría en el recibo de salarios, otras que indicaron una categoría genérica, y finalmente, hay un grupo importante que otorgó categorías superiores a las que correspondía a su personal para generar aumentos. Hoy, con los ajustes y diferencias provocados por la actualización de los salarios básicos de los convenios colectivos, es posible obtener una diferencia salarial originada en estas discrepancias. Estos reclamos no sólo son hacia el futuro, sino que inclusive pueden concretarse por el pasado teniendo en cuenta el plazo de prescripción de por lo menos dos años.

  • Distintos salarios

  • Otro reclamo se basa en las divergencias que existen entre los distintos trabajadores que revistan en la misma categoría, tarea o función, y tienen asignados salarios distintos. Si bien es viable el salario diferenciado en orden a la evaluación por desempeño, mayor eficiencia, cumplimiento general o particular de su trabajo, laboriosidad y contracción a las tareas de cada trabajador, debe acreditarse objetivamente. Cuando la evaluación o diferenciación se produce sin tomar en cuenta estos parámetros, se plantea el reclamo de la equiparación con el nivel mayor del grupo o, en el peor de los casos, basado en el promedio de ellos.

    En lo que hace al personal profesional, el fuera de convenio y el de los mandos medios, se han generado distorsiones por el aumento importante del personal convencionado, comparado con aquellos cuyos ajustes dependían de la determinación o de la decisión de cada empresa en particular. No sólo no se realizaron en la misma proporción, con lo cual la pirámide de las compensaciones se convirtió en un trapecio irregular, que a su vez ofrece contradicciones cuando los montos son similares frente a responsabilidad de diversa magnitud.

  • Discriminación

    Por último, existen los reclamos por discriminación, sobre la base de una versión simplista que consiste en solicitar el salario del trabajador de mejor retribución, a menudo recurriendo a elementos que pueden dar lugar a cierta sensibilidad. Los reclamos de las mujeres en general, y en particular de las casadas con hijos, de los trabajadores con posibles diferenciaciones originados en aspecto físico, nivel social, color de la piel, religión, lugar de nacimiento, etc., se emplean como punto de apoyo a un reclamo en procura de mejorar el ingreso, haciendo comparaciones no comparables. En efecto, para que exista discriminación, debe ser arbitraria, violando el principio de igualdad que debe privar entre las personas sólo en igualdad de circunstancias.

    En síntesis, los salarios tendrán movilidad con una serie de niveles de fricción que exceden el marco de las negociaciones entre sindicatos y empresas, y que operan antes y después de ellas como un factor adicional de reclamación, de protesta y en alguna medida, de rebeldía en procura de mejores ingresos.
  • Dejá tu comentario

    Te puede interesar