15 de octubre 2025 - 10:20

Premio Nobel de Economía 2025: Reconocimiento a la innovación en el crecimiento económico

El Nobel de Economía 2025 premia a Mokyr, Aghion y Howitt por explicar cómo la innovación impulsa el crecimiento económico moderno.

El premio Nobel de economía de este año reconoció a Joel Mokyr de las Universidades Northwestern y de Tel Aviv, Philippe Aghion del College de France, INSEAD y la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, y Peter Howitt de la Universidad Brown

El premio Nobel de economía de este año reconoció a Joel Mokyr de las Universidades Northwestern y de Tel Aviv, Philippe Aghion del College de France, INSEAD y la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, y Peter Howitt de la Universidad Brown

El premio Nobel de economía de este año reconoció a Joel Mokyr de las Universidades Northwestern y de Tel Aviv, Philippe Aghion del College de France, INSEAD y la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, y Peter Howitt de la Universidad Brown, por sus contribuciones a la comprensión del crecimiento económico basado en la innovación.

Es un hecho estilizado conocido desde hace mucho tiempo que el crecimiento económico, entendido como el aumento sostenido del producto por habitante, es un fenómeno moderno que tiene poco más dos siglos de existencia, que a su vez está principalmente explicado por el gran progreso de la tecnología ocurrido en el mismo período. Lo que no sabíamos antes de la obra del historiador económico Joel Mokyr, que recibirá la mitad del premio, es por qué antes de la Revolución Industrial nacida en Gran Bretaña no hubo crecimiento económico.

En su vasta obra Mokyr probó que fue la interacción entre la ciencia y tecnología reforzándose mutuamente lo que permitió el despegue del crecimiento económico. Obviamente, antes de la Revolución Industrial hubo numerosas innovaciones tecnológicas. Sin embargo, estas invenciones fueron esporádicas y no tuvieron un impacto sostenido en la expansión de la producción. ¿Cómo se entiende esto? La respuesta de Mokir es que los innovadores no sabían por qué funcionaban sus invenciones: no tenían una explicación científica.

El cambio fundamental se da con el surgimiento de la Ilustración, un fenómeno paneuropeo pero que en las condiciones de la Gran Bretaña del siglo XVIII le permitió liderar la Revolución Industrial. La ventaja de Gran Bretaña era que contaba no solo con Universidades y sociedades científicas, sino además con artesanos altamente calificados e ingenieros, lo que posibilitó esa interacción mutua entre los avances científicos y las innovaciones empresariales. Se trata de un cambio que permeó a toda la sociedad y la volvió abierta a nuevas ideas. Mokyr también destacó que la innovación tecnológica suele causar conflictos porque genera ganadores y perdedores, en otras palabras, es una destrucción creadora, para usar el término acuñado por Joseph Schumpeter hace más de 80 años. En consecuencia, para sostener el progreso tecnológico y evitar que los perdedores bloqueen las innovaciones se precisaron instituciones que manejen el conflicto, como el Parlamento.

La otra mitad del premio reconoce las contribuciones conjuntas de Aghion y Howitt a la teoría del crecimiento económico basado, precisamente, en la destrucción creadora de las innovaciones. Las contribuciones de Aghion y Howitt se encuadran dentro de las teorías del crecimiento endógeno, cuyo pionero, Paul Romer, recibió el Nobel en 2018. Tanto Romer como Aghion y Howitt, siguen a Schumpeter al identificar la actividad innovadora de empresas que persiguen maximizar sus beneficios como el motor del crecimiento económico, y la necesidad de estas de tener poder de mercado para poder recuperar sus inversiones, alejándose así del paradigma antes dominante de la competencia perfecta.

Romer, y Aghion y Howitt, también coinciden en que el crecimiento económico en el equilibrio de libre mercado puede ser menor al óptimo social porque los innovadores no se apropian totalmente de los beneficios que generan por la existencia de derrames (externalidades positivas) de su conocimiento tecnológico hacia otras empresas, y porque fijan precios mayores al costo marginal de sus productos.

Sin embargo, a diferencia de Romer, como Aghion y Howitt incorporan además en su obra el rasgo de destrucción creadora que suele tener la innovación, si la destrucción llegara a ser muy elevada, cabe la posibilidad de que el crecimiento en libre mercado sea mayor que la socialmente óptima. Esto tiene implicancias de política importantes. La existencia de externalidades positivas justificaría subsidiar parcialmente las actividades innovadoras (creadoras) pero la posibilidad de alta destrucción de las inversiones en innovaciones pasadas aconseja comparar ambos efectos caso por caso, antes de otorgar subsidios.

La incorporación de la destrucción creadora permite dar cuenta de varias regularidades empíricas. Existen altas correlaciones empíricas positivas entre la creación y destrucción de puestos de trabajo, la creación y cierre de empresas, y el crecimiento de la productividad. La implicancia de política de estas regularidades empíricas explicadas por Aghion y Howitt es que habría que facilitar la movilidad de los trabajadores y la creación de nuevas firmas. Sin embargo, añaden, esa mayor flexibilidad laboral debería ser acompañada por un buen seguro de desempleo y el reentrenamiento para que los trabajadores pueden emplearse en las empresas en expansión. Cabe preguntarse si este esquema de “flexiguridad” implementado en varios países europeos es aplicable en la Argentina dados los altos niveles de informalidad existentes.

En relación a la política fiscal, cabe destacar dos consecuencias del enfoque schumpeteriano de Aghion y Howitt. Por un lado, la implementación políticas fiscales contracíclicas, es decir, tener superávit fiscal en el momento alto del ciclo y déficit en las recesiones para reducir la volatilidad de las fluctuaciones macroeconómicas, puede elevar la tasa de crecimiento promedio, debido a que las recesiones afectan más intensamente las actividades de innovación de las empresas medianas y pequeñas que suelen tener problemas de liquidez para financiarse. Por otro lado, el impacto de la presión tributaria sobre el crecimiento depende no tanto de su nivel sino de la calidad del gasto público que financia (infraestructura, educación, ciencia, protección social, etc.).

Una implicancia importante del enfoque de Aghion y Howitt para los países en desarrollo es la del crecimiento basado en la imitación versus el crecimiento basado en la innovación. Las políticas e instituciones requeridas en cada caso son diferentes. Para países alejados de la frontera, la flexibilidad laboral y la libre entrada de empresas no son necesarias porque hay mucho que ganar imitando y adaptando la tecnología de los países más desarrollados, e invirtiendo en educación básica y secundaria. Los países que se encuentran cerca de la frontera tecnológica, además de facilitar la movilidad laboral y la creación de empresas, deberían también fomentar la educación universitaria, el desarrollo del mercado de capitales y la protección de la propiedad intelectual, para impulsar la innovación. El fracaso en adoptar estas últimas políticas, según Aghion podría frenar el crecimiento y llevar a la llamada trampa del ingreso medio, es decir, no poder superar un nivel de producto por habitante intermedio, que ejemplifica con el caso de Argentina.

Por último, vale la pena mencionar que el enfoque de Aghion y Howitt no necesariamente se opone a las políticas industriales. Mencionaremos dos ejemplos. En colaboración con Acemoglu (Nobel 2024), Bursztyn y Hemous, Aghion demuestra la necesidad de subsidiar las innovaciones limpias para enfrentar el desafío del cambio climático. Finalmente, en un trabajo con Dewatripont, Du, Harrison y Legros, Aghion estudió el efecto de subsidios a la producción en China y encontró un efecto positivo sobre la productividad en los sectores donde había más competencia y donde los subsidios estaban más difundidos.

Profesor titular de Crecimiento Económico, Facultad de Ciencias Económicas de la UBA e investigador en el IIEP/Conicet

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