El trabajador debe ser oriundo de la provincia o domiciliarse en ella para ser contratado, o contar con un tiempo mínimo de residencia. La provincia debe otorgar el carnet habilitante previo el cumplimiento de los requisitos precitados. A su vez, distintos sindicatos son los que dictan los cursos que, una vez aprobados, son los que generan el derecho al carnet supuestamente profesional.
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Estas normas encuentran sus antecedentes varias décadas atrás, cuando los gobiernos locales querían priorizar a los comprovincianos frente a la presencia o a la inmigración de otros países limítrofes, como fue el caso de Chile, Paraguay, Uruguay, Bolivia, Perú y hasta República Dominicana.
Luego, se pasó de la oculta o encubierta xenofobia a la prioridad de los locales sobre las provincias vecinas, a menudo arraigadas en una rivalidad folclórica a veces ancestral; otras, circunstancial. En el caso de los extranjeros, se competía frente a personas a menudo indocumentadas que trabajaban al margen de las leyes laborales y previsionales por salarios más bajos que los de los trabajadores locales.
En el caso de la rivalidad entre provincias, generalmente se luchaba contra la hegemonía regional de la provincia rica, desde las que tenían posiciones subalternas o una economía dependiente. En algunos casos, era mera rivalidad entre dos pueblos vecinos; en otros, encubría viejas rencillas que hasta se podían rastrear en las campañas contra los indios y en el enfrentamiento entre caudillos.
Aislamiento
En tiempos modernos, estos requisitos o recaudos provienen en especial de las provincias que contaban con regímenes promocionales, o con explotaciones o inversiones nuevas, a los que se les impuso la contratación de los trabajadores locales muchas veces con prescindencia de su capacidad y competencia para cubrir razonablemente con las exigencias del puesto, en desmedro de los más aptos.
Otro factor reciente es la lucha contra el desempleo, la marginación y la pobreza, que en cada provincia argentina tiene fuentes culturales, educativas, de aislamiento en lo que hace a las nuevas tecnologías y las fórmulas y teorías que imponen el trabajo, la inversión, la competitividad y la previsibilidad. Todos estos valores son requisitos indispensables para que una empresa se proyecte en el largo plazo.
En nombre de estas rivalidades locales se cometieron muchos errores históricos, que incluso pusieron bajo serios compromisos al gobierno provincial, y de hecho, hasta lo hipotecaron cuando se observaban las medidas en el mediano y largo plazo. De hecho, los inversores priorizaron ciertas provincias en desmedro de otras por razones de competitividad o de excesiva protección localista.
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