20 de febrero 2004 - 00:00

Avatares de la protesta

«No puede ser que por reclamar sus derechos nos terminen afectando a nosotros... y nuestros derechos ¿dónde quedan?», se quejaba amargamente una mujer que debió abandonar una línea de colectivo y cruzar a pie el Puente Pueyrredón ante la barrera humana de «piqueduros» que enmascarados y con palos en las manos bloqueaban el paso. Fue común ver vehículos que atravesaban a paso de hombre y por cuentagotas los únicos resquicios callejeros que dejaban los piquetes en las zonas que conectan la Capital Federal con el conurbano bonaerense.

• La Cámara de Empresas de Autotransporte de Pasajeros (CEAP) evalúo como «importantísimas» las pérdidas económicas que produjo en el transporte de pasajeros el corte de los piqueteros. El presidente de la Cámara, Héctor Tilve, reseñó que hubo líneas que terminaron su recorrido al borde del Puente Pueyrredón, Victorino de la Plaza y Alsina y otras que debieron hacer extensísimos recorridos para evitar toparse con los pique-teros.

Una de las pocas (si no la única) autovías por la que se pudo transitar normalmente fue la autopista del Oeste. Es que ese sector está controlado por efectivos de Gendarmería Nacional que tienen como mecánica impedir que los piqueteros realicen cortes.

• Para salir de la zona sur del Gran Buenos Aires, no se pudo contar ayer con el llamado Puente Pueyrredón «viejo» que corre paralelo al nuevo y que se había convertido en el último año y medio en la vía de salida más rápida en caso de piquetes para los habitantes de Avellaneda y Lanús. Desde diciembre de 2002, el puente viejo está habilitado sólo para automóviles y transportes medianos como ambulancias, y una barrera de altura inhibe el paso de colectivos y camiones. El puente Vélez Sarsfield, que habitualmente usa el autotransporte en caso de corte del Pueyrredón, ayer también estaba cortado, por lo cual no hubo colectivos durante casi todo el día que pasaran de Capital a la zona sur y viceversa. La opción era el ex ferrocarril Roca, pero había que pasar por la estación Constitución, cuyas boleterías estaban tomadas por los piqueteros. Los piqueteros se habían ubicado además en el ingreso de la auto-pista Buenos Aires-La Plata, no frenando el paso. Sin embargo, el amplio despliegue policial en la zona, cumpliendo la orden judicial de que no se impidiera el tránsito, y los piqueteros en la rotonda de ingreso a la autopista, desalentaron a los automovilistas por temor a encontrarse con disturbios cuando estuvieran circulando.

En La Plata, usualmente escenario de piquetes por ser la sede del gobierno provincial, presentó, sin embargo, ayer una jornada calma: apenas algunas complicaciones de tránsito en las calles céntricas a la hora que los grupos de piqueteros se movilizaban y luego un corte, con paso alternativo, en el acceso a la autopista La Plata-Buenos Aires, por calle 32.

• El operativo «preventivo» de seguridad, montado por la Policía Bonaerense, resultó exitoso porque garantizó el libre tránsito -a pesar de inconvenientes menores- sin que se produzcan incidentes entre los manifestantes y los efectivos policiales.

El juez Adolfo Ziulu, que había solicitado a la provincia que «intervenga» para impedir cortes totales, junto al ministro de Seguridad, Raúl Rivara, fiscalizaron la evolución de los procedimientos.

Durante cinco horas grupos de desocupados bloquearon las boleterías en las estaciones ferroviarias de Once y Constitución. Durante ese tiempo centenares de pasajeros viajaron gratis en las líneas de los ferrocarriles General Roca, en Constitución, y Sarmiento. Las empresas decidieron permitir el acceso a los trenes para no generar incidentes.

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