22 de junio 2007 - 00:00

Bergoglio-Moyano, el cóctel explosivo

Jorge Bergoglio volverá a desembarcar en la arena política criolla, esta vez luciendo sotana sindical. Junto a Hugo Moyano, jefe de la CGT, el cardenal argentino participará el sábado 30 de la Semana Social en Mar del Plata, un escenario ideal para volver a evocar la «inequidad escandalosa» que, según las palabras del jefe del Episcopado, padece la Argentina en tiempos de Néstor Kirchner.

Es que a cuatro meses de las elecciones presidenciales, la presentación de la fórmula Bergoglio-Moyano puede resultar desestabilizadora para la Casa Rosada. El camionero ya habilitó a sus gremios adictos para superar la barrera del 16,5% de aumento salarial acordado con el gobierno. Y para instrumentar públicamente ese reclamo, en tiempos de índices inflacionarios y de desocupación maquillados por un INDEK intervenido, nada mejor que la compañía del arzobispo más temido por el establishment kirchnerista.

Hace un mes, Bergoglio denunció en la reunión del Celam en Aparecida, Brasil, la «inequidad escandalosa» que atraviesa el país. Fue días después de la visita del papa Benedicto XVI, sabiendo que sus críticas tendrían repercusión internacional.

La pobreza y la injusta distribución del ingreso son los temas preferidos del arzobispo de Buenos Aires para fustigar a la administración Kirchner, tanto que en su viaje a Brasil hasta se atrevió a difundir sus propias cifras sobre la pobreza: «Entre 2002 y 2006 en la Argentina crecieron 8,7% los índices de medición de la indigencia; hay 26,9% en el nivel de la pobreza y estamos en la región aparentemente más desigual de mundo, la que más creció y menos redujo la miseria», disparó en aquel entonces el jefe del Episcopado argentino.

  • Corpus Christi

    El último cruce llegó durante la marcha de Corpus Christi, cuando el purpurado argentino reclamó no manipular el pasado para sacar réditos políticos, insinuación antikirchnerista que le valió el reto de uno de los funcionarios más creyentes del gabinete, Aníbal Fernández: «Si la religión se utiliza como bandera política, no es la Iglesia de Cristo», fue la respuesta, breve pero terminal, del ministro del Interior.

    Tras su frustrada sociedad electoral con Elisa Carrió y Jorge Telerman en la Capital Federal, ahora Bergoglio tendrá la oportunidad de experimentar nuevamente un globo de ensayo político, esta vez con el evangelista Moyano. La excusa surgirá de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, presidida por Jorge Casaretto, quien, junto con el Obispado de Mar del Plata, organiza la Semana Social, el 29 y el 30 de junio y el 1 de julio de 2007, en el Hotel 13 de Julio, de Mar del Plata.

  • Uniendo fuerzas

    El lema «Ser ciudadano - Cultura ciudadana: cumpliendo deberes, defendiendo derechos» les permitirá a Moyano y al jefe del Episcopado unir fuerzas en sus reclamos. El trabajo en negro, el índice de desocupación que el gobierno difunde como de un dígito -9,8%, camuflado con planes sociales que alientan el clientelismo y desfiguran justamente el «rol cívico de la ciudadanía política», para citar al rabino Sergio Bergman -y la pobreza representan el caldo de cultivo perfecto para que la dupla camionera- episcopal presione al gobierno en plena campaña política con vistas al 28 de octubre.

    Aunque la organización está a cargo de la Pastoral Social de Casaretto, las jornadas que tendrán lugar en Mar del Plata están íntimamente ligadas con la ronda de diálogo que la Comisión, también episcopal, de Justicia y Paz comenzó a fines del año pasado con la participación de la CGT, la CTA, y los empresarios de la UIA de Juan Carlos Lascurain y de la AEA de Sebastián Bagó para definir una agenda social paralela a la del kirchnerismo.

    A fin de mes, Moyano disertará sobre «Ciudadanía y el mundo del trabajo», junto a otros dirigentes sindicales, intendentes como Martín Sabbatella ( Morón) y Miguel Lifschitz (Rosario) y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, único representante del gobierno, que expondrá sobre «La gestión pública de ser ciudadano». A diferencia del año pasado, cuando Daniel Filmus participó de la Semana Social, este año no habrá ningún ministro del gabinete invitado al encuentro organizado por la Iglesia Católica.
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